Moscú. Rusia no excluye que Estados Unidos pueda llevar a
la práctica sus amenazas de intervenir militarmente en Venezuela, a
pesar de que la inmensa mayoría de países rechaza esa opción por violar
todas las normas del derecho internacional y apoya la búsqueda de una
solución negociada, dijo este viernes el canciller Serguei Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa agregó:
Si ello llega a suceder, habrá caído la máscara de las intenciones reales de la política de Washington en América Latina: no le interesa para nada, como quiere hacer creer, la democracia en la región, pretende sólo someter a quien se atreva a no cumplir sus órdenes.
Lavrov habló con la prensa después de sostener aquí una reunión con
la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, quien vino a Rusia para
poner de relieve que Caracas y Moscú mantienen una excelente relación y
agradecer la ayuda solidaria que está prestando Rusia, en particular la
entrega de las primeras siete toneladas y media de medicamentos, así
como los envíos regulares de trigo.
El anfitrión ruso señaló que, en su opinión, la política injerencista
de Washington, que calificó de abiertamente insultante para los países
latinoamericanos,
difícilmente pueda contribuir a aumentar el prestigio de Estados Unidos en la región, porque
estoy convencido de que los latinoamericanos, que tienen hondas raíces de apego a la democracia y de cooperación dentro de los estructuras regionales, harán oír su voz de forma inequívoca, igual que la mayoría abrumadora de miembros de la comunidad mundial, comentó.
Confía Lavrov en que prevalezca el sentido común en el gobierno estadunidense y no llegue al extremo de
emprender ese tipo de aventuras.
La reunión con la visitante venezolana tuvo lugar al día siguiente de
la crucial votación en el Consejo de Seguridad de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) que no pudo destrabar la crisis política y
económica de Venezuela.
Lavrov restó importancia a que el borrador que pedía elecciones
libresy el acceso libre a la
ayuda humanitaria, presentado por Estados Unidos, consiguió el apoyo de nueve de los 15 miembros del Consejo, en tanto que el proyecto ruso que solicitaba respeto a la soberanía y la no interferencia en los asuntos internos del país latinoamericano logró sólo cuatro votos en favor.
Recomendó no hacer esa suerte de aritmética:
No hay que contar cuántos votos hubo en favor de un proyecto de resolución y cuántos de otro, lo principal es que no se aprobó ninguno de los dos. Y ello no significa que uno de estos proyectos tenga más legitimidad que el otro.
Explicó:
La Carta de la ONU establece el procedimiento de toma de decisiones, el cual implica un carácter obligatorio para toda la comunidad internacional y ese procedimiento supone la no existencia de un veto por parte de cualquier miembro (permanente) del Consejo de Seguridad. Por tanto, añadió,
si hay un veto, significa que ese proyecto carece de fundamento legítimo y la cantidad de votos tampoco quiere decir que uno es mejor, como se quiere presentar, que otro proyecto de resolución. Así son las reglas, y en estas reglas se basa el derecho internacional moderno.
La vicepresidenta Rodríguez, por su parte, dio a conocer que la
oficina que la compañía Petróleos de Venezuela tenía en Lisboa será
reubicada en Moscú como medida para evadir las sanciones impuestas por
Estados Unidos a finales de enero pasado, así como en consonancia con
los planes de expansión de la cooperación en el ámbito del petróleo con
los consorcios rusos Rosneft y Gazprom.
Ahora es el mejor momento para hacerlo. Estamos cambiando el formato de nuestras relaciones, y Europa no nos ofrece las garantías necesarias porque el mundo capitalista incumple sus propias leyes: no es capaz de asegurar la conservación de nuestros activos, afirmó Rodríguez.
Juan Pablo Duch
Corresponsal
Periódico La Jornada
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