CELAG
Los resultados
económicos de las economías latinoamericanas y caribeñas en el año 2015
nos introdujeron en un nuevo ciclo de bajas tasas de crecimiento en
buena parte de los países de la región. Las expectativas para este año
2016 vienen a confirmar este deterioro de la situación económica
regional. Eso sí, con importantes diferencias entre países y
subregiones. Con los datos publicados en el mes de julio en el “Estudio
Económico de América Latina y el Caribe 2016: La Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible y los desafíos del financiamiento para el
desarrollo” [1] por la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) tenemos que
la economía de regional (América Latina y el Caribe) se contraerá en
2016 un 0,8% frente al descenso de 0,5% de 2015. La subregión más
afectada será América del Sur, con una caída de sus PIB del 2,1%,
liderando estos descensos la economía brasileña y la economía
venezolana, aunque también es necesario destacar que la economía
argentina con cada revisión de las previsiones empeora sus desempeños.
Por el contrario, y también en la región suramericana, destaca el buen
desempeño que sigue mostrando la economía boliviana con un crecimiento
del 4,5%.
Estos malos resultados de desempeño económico en las
cifras macro está también afectando a las cifras de inclusión económica y
social, produciéndose deterioros en los avances mostrados durante las
últimas décadas en cuanto a la reducción de la pobreza y la desigualdad.
Igualmente, el presupuesto del Sector Público se ha visto disminuido en
buena parte de los países de la región, en muchos de los casos motivado
por la caída del precio de las materias primas que dotaban al Sector
Público de buena parte de sus recursos, o en otros casos por la apuesta
por políticas de corte neoliberal.
Sin embargo, y a pesar de
esta reducción de los recursos tanto del Estado como de buena parte del
sector empresarial, hay cierto sector que sigue gozando de unas elevadas
tasas de ganancia, lo que parece situarlo en una posición privilegiada
ante la difícil situación que enfrenta la economía regional. Hablamos,
como no, del sector financiero en la región.
Esta desconexión
de lo que ocurre en los resultados de la economía nacional y los
resultados de las entidades financieras privadas es una muestra más de
la desconexión cada vez mayor que existe entre la economía real y la
economía financiera. Las cifras que hoy en día alcanza la economía
financiera superan con creces las de la economía real. La banca privada,
dejó atrás hace mucho tiempo su rol de mero intermediario entre los
agentes que tienen excedentes de dinero y aquellos agentes que necesitan
tomar dinero prestado. Desde la formación de la economía de mercado,
pero con mucha más fuerza desde las décadas de los 70’ y 80’ del siglo
XX, las entidades financieras se han ido especializando cada vez más en
los futuros y derivados y la creación de dinero ficticio. Según los
datos de Genovesa López (2016) el dinero ficticio fruto de la
especulación financiera supera en 125 veces el dinero en metálico. Otra
muestra más de la capacidad especulativa de la banca hoy en día y sus
posibilidades de crear inmensas crisis que surgen de la economía
financiera pero que afectan a la economía real.
Así ocurrió en
2007-2008 con el estallido de la crisis financiera en EEUU que
rápidamente se contagió a la economía real, principalmente en Europa. La
salida en ese momento por la que apostó la Troika europea (Banco
Central Europeo, Comisión Europea y Fondo Monetario Internacional) fue
la de salvar a las entidades financieras con dinero público y de esta
forma “sanar” a la economía financiera sacrificando a la economía real.
Salida clásica desde el neoliberalismo, que alega que estas entidades
financieras son demasiado grandes como para dejarlas caer. Sin embargo,
parece que no hay problemas en dejar caer a las economías de los
Estados.
Lo que ocurre en América Latina hoy en día es
diferente. La que está sufriendo el deterioro es la economía real,
mientras que la economía especulativa sigue alcanzando unas muy buenas
tasas de crecimiento en la región. De las 10 entidades financieras más
grandes de la región, tan sólo 1 de ellas ha obtenido pérdidas en alguno
de los años de 2014, 2015 o los dos primeros trimestres de 2016 (Cuadro 1). El
resto de las entidades financieras han seguido obteniendo unos
cuantiosos beneficios que no se han visto afectados por la reducción de
las economías nacionales ni de los presupuestos del sector público.
Como hemos dicho, tan sólo una entidad ha obtenido pérdidas en estos
años de crisis económica en la región. Concretamente el 8vo mayor banco
de la región, el HSBC Bank de Brasil, que además desde 2015 lleva
lanzando mensajes de su intención de desprenderse de su negocio en
Brasil (recordemos que la matriz de HSBC está en Londres) y que se ha
confirmado esta misma semana con la intención declarada de la compañía
de vender todos sus negocios en Brasil [2] (al igual que en Brasil, HSBC
también plantea su salida total de Turquía y estima que la reducción de
sus activos ocasionará la pérdida de alrededor de 50.000 puestos de
trabajo). El caso de la filial del HSBC Bank en la región no es ni mucho
menos único y hay que tener en cuenta que buena parte de las entidades
financieras de mayor tamaño que operan en la región son de capitales
extranjeros, por lo que no dudarán en salir de la región si ven la
posibilidad de mayores negocios en otros territorios.
El resto
de entidades que aparecen en el listado siguen obteniendo beneficios en
los años 2014, 2015 y primer semestre de 2016. Si comparamos además los
beneficios netos obtenidos en el primer semestre de 2016 con los que
obtuvieron en el primer semestre de 2015, tenemos que de las 9 entidades
financieras que obtienen beneficios, 4 de ellas consiguen aumentarlos
aún más en lo que llevamos de año (Cuadro 2).
Además, aquellas que en el Cuadro 2 muestran descensos en sus niveles
de ganancias, pueden explicarse en buena medida por haber aportado los
datos en ese cuadro en dólares. Lo que más que una disminución de la
ganancia real en la moneda nacional, es resultado de la devaluación que
muchas de las monedas nacionales en la región experimentaron entre 2015 y
2016 respecto al dólar. Al pasar las cuentas de resultados a dólares
teniendo en cuenta el tipo de cambio en el momento concreto, se puede
apreciar el descenso, siendo en muchos de los casos explicado únicamente
por el diferencial cambiario. Por el contrario, si dejamos los
resultados expresados en las monedas nacionales, vemos como en este
caso, de las 9 empresas que obtenían ganancias, 6 de ellas incluso
consiguen unos mejores resultados en el primer semestre de 2016 con
respecto al primer semestre de 2015 (Cuadro 3). Concluyéndose que
a pesar de la crisis económica en la región, las entidades financieras
más grandes siguen obteniendo muy buenos resultados, e incluso más de la
mitad mejoran sus resultados al comparar el primer semestre de 2015 con
el primer semestre de 2016.
Por otro lado, podemos observar que entre las 10 entidades financieras
privadas más grandes de la región existe una alta concentración
geográfica de las mismas, perteneciendo la mitad de las mismas a Brasil,
4 a México y 1 a Chile. Para ampliar el número de países origen de las
entidades financieras estudiadas, en el siguiente cuadro representamos a
aquellas que encontrándose entre las 50 más grandes a nivel regional
por valor de activos, son a su vez la más grande en su país de origen.
Con esto conseguimos agregar 6 entidades financieras adicionales de
otros tantos países (Cuadro 4).
Vemos como estas entidades, al igual que ocurría con 9 de los 10 bancos
más grandes, siguen obteniendo elevados márgenes de beneficios durante
2014 y 2015, así como durante el primer semestre de 2016. Aunque es
cierto que su volumen de ganancias se ha reducido, esto no ha mermado su
capacidad de seguir acumulando capital. Igualmente, estas ganancias
expresadas en dólares están sujetas a las fluctuaciones de los tipos de
cambio. Concretamente en Argentina y en Colombia esto tiene un gran
efecto, mientras que los datos del Banco Pichincha de Ecuador y Banistmo
en Panamá no se verían afectados al estar sus economías dolarizadas.
Un caso que merece la pena destacar es el de las entidades financieras
Argentina durante el último año. La llegada del nuevo gobierno ha
provocado mediante el impacto de la devaluación y el aumento de la tasa
de interés un boom en la ganancia de los bancos privados. La bicicleta
financiera con la compra de LEBACS (Letras del Banco Central) al 38% en
el primer trimestre del año 2016 dio ganancias extraordinarias a estos
bancos. El cobro de comisión por colocación de deuda, permitirá que los
bancos elegidos sean los mayores beneficiarios de estas transacciones.
Y, para que no decaiga, a partir de septiembre entró en vigencia la
liberalización de comisiones bancarias por uso de tarjeta de crédito,
administración de cuenta corriente y otros paquetes financieros. Luis
Varela en un análisis para el diario El Economista, muestra que del
total de empresas que operan en la bolsa, se redujo la ganancia total
comparando con los datos del primer trimestre de 2015 [3]. Sin embargo,
analizando detenidamente los sectores de las empresas, señala que los
bancos privados se encuentran entre los pocos ganadores.
En
conclusión, vemos como la actual situación de crisis que padecen buena
parte de los países de la región, especialmente los del subcontinente
Suramericano, y que afecta de una u otra forma a la mayor parte de la
población, no afecta, sin embargo, a las principales entidades
financieras privadas que tienen operaciones en los países de la región.
Esto es así por el poder que siguen atesorando las mismas, que permite
sortear y externalizar las posibles amenazas que se ciernen sobre ellas.
Ni siquiera la mayoría de los gobiernos progresistas que se sucedieron
en buena parte de los países de la región durante la última década y
media, han conseguido reducir este poder.
Notas:
[3] CEPAL http://www.cepal.org/es/ publicaciones/tipo/estudio- economico-de-america-latina-y- el-caribe
Este informe fue publicado en http://www.celag.org/informe- las-ganancias-de-la-banca- privada-en-america-latina/
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