Por Carmen Esquivel *
La
Paz (PL) América Latina vive en medio de una disputa entre los
proyectos de libertad y emancipación, y las intenciones de las
oligarquías de restablecer el neoliberalismo y subordinar a los pueblos a
los intereses de Estados Unidos.
En esa difícil coyuntura el camino
es la unidad, expresó en exclusiva a Prensa Latina el intelectual,
analista político y exministro de Gobierno de Bolivia, Hugo Moldiz.
Durante la entrevista, Moldiz se refirió a la arremetida contra los
gobiernos progresistas en la región, al papel de los medios en estas
campañas y al debate nacional en torno a la convocatoria de un nuevo
referendo para la repostulación presidencial.
PL: En la actualidad hay una ofensiva contra el proceso de cambios en Latinoamérica. ¿Quiénes están detrás de esta campaña?
Hugo
Moldiz: La arremetida existe desde hace casi 17 años, cuando empezó una
ola revolucionaria que -de manera casi inesperada- echó abajo la tesis
del pensamiento único, del mundo unipolar y de la victoria definitiva
del capitalismo y su variante táctica, el neoliberalismo.
Comenzó con el triunfo de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales
efectuadas en Venezuela en 1998 y continuó después en Argentina, Brasil,
Ecuador, Bolivia y otros países.
Todos estos procesos fueron
asediados con amenazas de golpes de Estado, magnicidio, sanciones
económicas, e incluso, intervenciones militares.
¿Cuál es la
diferencia con lo que pasa hoy? Que después de la muerte de Chávez, un
gran articulador continental, el imperio y las oligarquías, que son los
dos grandes actores, llegan a la conclusión de que es momento de una
contraofensiva.
PL: ¿Cuál es el objetivo de esta contraofensiva?
HM:
Tiene varios propósitos. Desde el punto de vista económico reactivar el
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que se traduce en la
Alianza del Pacífico y la Asociación Transpacífico, cuyo objetivo es
subordinar a América Latina a Estados Unidos.
Políticamente, se
busca reconstituir gobiernos de corte neoliberal, lo cual significa
privatización, achicamiento del Estado, despido de trabajadores, y una
muestra clara es lo que está sucediendo hoy en la Argentina del
presidente Mauricio Macri.
Pero también tiene un objetivo
geopolítico más amplio, que es crear una especie de contención frente al
crecimiento de la economía china y el papel que política y militarmente
empieza a tener nuevamente Rusia, como una señal de avanzar hacia un
mundo multipolar.
PL: En el caso de Bolivia, ¿cómo se ha dado esta agresión al gobierno del presidente Evo Morales?
HM:
A través de un método bastante nuevo en Bolivia, pero con antecedentes
en el área, que es lo que se llama "La guerra de IV Generación", es
decir, el uso de la mentira como arma de desestabilización y de
generación de conflictos, y para desgastar y empañar el liderazgo del
primer presidente indígena del país.
Todo ello con el respaldo
de redes sociales y medios de comunicación, a quienes con mucha
precisión se les ha llamado el Cartel de la Mentira.
PL: Frente a esta estrategia, ¿cuál cree usted que debe ser la respuesta de América Latina?
HM:
La Unidad. América Latina debe seguir demostrando que una mayor
autonomía frente a Estados Unidos es un camino que le conviene a todos,
no sólo a los Gobiernos de izquierda, sino también a los de derecha, si
algo de dignidad tienen frente a sus poblaciones.
Así lo
entendieron todos cuando se creó la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde convergen gobiernos de
diferente corte, pero que encuentran un espacio para debatir problemas
comunes y amenazas del siglo XXI, como el narcotráfico y el terrorismo.
El imperio va a tratar de quebrar la Celac para hacer resurgir la
Organización de Estados Americanos, va a intentar matar el Mercado Común
del Sur a través de una mayor liberalización, y va a pretender
minimizar el impacto de la Unión de Naciones Suramericanas.
También intentará eliminar el proyecto de la Alianza Bolivariana para
los Pueblos de Nuestra América que tan brillantemente fue lanzado en La
Habana en 2004 por los presidentes Fidel Castro y Hugo Chávez.
Ante esta situación los Gobiernos tienen que ser cada vez más eficientes, pero al mismo tiempo volver a hacer trabajo político.
PL: Regresando al tema de Bolivia. Usted fue el coordinador de la
Campaña por el Sí en el referendo del 21 de febrero sobre la
repostulación presidencial, donde el No se impuso por estrecho margen.
¿A qué considera se debió este resultado?
HM: A varias razones.
Considero que sigue válido el pensamiento de Carlos Marx cuando decía
que la realidad es expresión de múltiples causas, no de una sola.
Evidentemente se ha constatado que hay que acompañar la gestión con
trabajo político. Si no existe esto, los sectores que abandonaron la
pobreza y se incorporaron a la clase media muchas veces cambian su
posición respecto al gobierno del cual se beneficiaron.
Por otra parte, hubo una estrategia de mentira, manipulación y miedo por parte de la oposición.
Se utilizó el caso de Gabriela Zapata, exgerente comercial de la
empresa china CAMC con quien el presidente tuvo una relación en el
pasado, para intentar acusar al mandatario de tráfico de influencias, y
aunque el tema se desmontó, logró el objetivo de evitar la victoria del
Sí en el referendo.
Por otra parte, quienes apostaban por el No
intentaron infundir miedo y jugaron mucho con la derrota de Cristina
Fernández en Argentina y el triunfo de la oposición en las elecciones
legislativas venezolanas.
Añadiría una cuarta, y es que el
control político y territorial del Gobierno y los movimientos sociales
no se complementó con una presencia hegemónica ni en los medios de
comunicación, ni en las redes sociales.
PL: ¿Qué papel jugaron los medios y las redes sociales en esta campaña?
HM:
Fueron los elementos perversos de la estrategia oligárquico-imperial y
los subestimamos. Es un error que autocríticamente debemos asumir.
Los medios y las redes crearon un ambiente favorable para la oposición
que, sin embargo, les dio una victoria pírrica, porque con semejante
mentira muchos esperaban una ventaja de 10 o 15 puntos, pero el 49 por
ciento de la población resistió de manera estoica esta manipulación.
PL: Después de que una investigación demostrara la falsedad de las
acusaciones vertidas contra el mandatario por el agente encubierto de
Estados Unidos, Carlos Valverde, varios sectores sociales están
reclamando un nuevo referendo. ¿Cree usted viable esta posibilidad?
HM: Constitucionalmente no existe ningún impedimento para realizar una nueva consulta sobre el mismo tema.
La actual Carta Magna establece que se puede hacer una reforma a la
constitución total, a través de la Asamblea Constituyente, y parcial por
la presentación de un proyecto como el del 21 de febrero por iniciativa
ciudadana.
En segundo lugar, es legítimo que las organizaciones
sociales, grandes forjadoras de este proceso articulado con el
liderazgo de Evo, se sientan agredidas, dolidas y engañadas por esta
estrategia y planteen un nuevo referendo.
La posición del
presidente es que en 2018 el Movimiento al Socialismo, las
organizaciones sociales y el gobierno decidirán el camino a emprender
con vistas a las elecciones de 2019.
Así que el debate político
sobre la consulta se está dando, no sobre una posición oficial, sino
sobre la postura de los movimientos sociales.
PL: ¿Cómo piensa que van a transcurrir los próximos cuatro años de la actual administración?
HM:
Por un lado, un Gobierno concentrado en su gestión, en cumplir con lo
anunciado al pueblo. Invertir unos 50 mil millones de dólares hasta 2020
para reducir la extrema pobreza al nueve por ciento, mejorar la salud y
educación, aumentar las infraestructuras e industrializar el país.
Pero también hay que esperar que la oposición, envalentonada con lo que
de la mano del imperio se está haciendo contra Brasil, Argentina,
Venezuela o Ecuador, siga desarrollando estrategias desestabilizadoras
de "golpes suaves" contra el presidente.
He ahí el desafío no
sólo de los Gobiernos, sino también de los movimientos sociales y las
organizaciones de izquierda para derrotar estas amenazas contra América
Latina. Lo que nos queda es una larga lucha.
*Corresponsal de Prensa Latina en Bolivia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario