Este domingo 13 de marzo, miles de personas volvieron a salir a las calles de varias ciudades de Brasil para exigir la renuncia de la Presidenta Dilma Rousseff. Este ciclo de protestas opositoras está siendo encabezado por varias organizaciones como ‘Movimiento Brasil Libre’ (MBL), ‘Estudiantes Por la Libertad’ (EPL) o ‘Ven Para La Calle’.
Los convocantes vinculan la corrupción en el país con el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), una estrategia que tiene como objetivo criminalizar y desprestigiar a las figuras relevantes del Ejecutivo.
Los grandes medios de comunicación se han hecho eco de estas marchas que lanzan un mensaje sencillo: la denuncia de corrupción y la petición de dimisión de Dilma. Pero, ¿qué hay detrás de estas protestas? ¿Cuáles son sus principales propuestas en materia económica y social? ¿Cuales son las alternativas que ofrecen para Brasil?
Algunas informaciones indican que tanto el ‘Movimiento Brasil Libre’ (MBL) como su versión estudiantil ‘Estudiantes por la Libertad’ (EPL), o ‘Ven Para La Calle’, principales organizadores de las manifestaciones contra el gobierno del PT, serían un producto inspirado directamente por think tanks norteamericanos instalados en el país.
Según el periodista de investigación Antonio Martins, existe “una clara conexión entre instituciones neoliberales norteamericanas asentadas en Brasil y los movimientos que promueven actitudes golpistas en el país”.
En concreto, Martins señaló fundaciones como la Atlas Leadership Academy, Cato Institute o el Instituto Ludwig Von Mises, este último fundado y patrocinado por el millonario Hélio Beltrao Filho, quien mantiene conexiones con los hermanos Koch de Estados Unidos, como algunos de los think tanks norteamericanos instalados en Brasil que habrían formado a los principales líderes de los movimientos MBL y EPL, como Fabio Ostermann, Rafael Bolsoni o Juliano Torres.
“No cabe duda del adoctrinamiento ejercido sobre sus líderes. En este sentido, se puede decir que son una creación de los think tanks norteamericanos que actúan en el país a través de los centros locales creados por la aristocracia financiera brasileña”, afirma Martins.
“Se aprovechan de la fuerte despolitización que sufre la juventud en Brasil para crear una generación de jóvenes con un discurso prefabricado y hecho a la medida de los intereses de la élite financiera”, indicó el periodista quien acusa a los grandes medios de comunicación, como la revista The Economist entre otros, de otorgar “una atención mediática sin precedentes sobre un grupo de críos como los del MBL”.
En su opinión, la popularidad mediática de los líderes del MBL y el uso masivo de las redes sociales empleado por estos son fruto de “una estrategia calculada y dirigida por lobbys en Sao Paulo” y los relaciona directamente con otros movimientos golpistas que emplean tácticas similares en otros países del mundo.
“Solo hay que ver lo que pasó en lo que llamaron Primavera Árabe, lo que consiguieron en Ucrania o lo que pasa en Venezuela. Es una nueva Guerra Fría en la que Estados Unidos intenta imponer de una manera sutil sus estrategias de manipulación y control social”, concluyó Martins.
Los hermanos Koch tienen millones de dólares invertidos en la industria del petróleo, lo que podría explicar su interés en desestabilizar al gobierno de Brasil y Petrobras. Casualmente, en una entrevista concedida al diario Notimérica, Kim Kataguiri, una de las caras visibles del MBL, afirma que Petrobras, así como el resto de empresas estatales, deben ser privatizadas, recurriendo a las ideas del economista de la Escuela de Chicago Milton Friedman o el senador republicano Rand Paul, del ultraconservador ‘Tea Party’.
Uno de los hechos que más llaman la atención de este Movimiento es su claro perfil derechista. En sus documentos públicos, la organización se declara abiertamente neoliberal, defensora de los dictados del libre mercado y abogando, por ejemplo, por el recorte a los presupuestos en inversión social, a la eliminación del programa de médicos cubanos o la reforma del sistema de impuestos progresivos para que paguen aquellos que más tienen.
Un tercer grupo importante implicado en las protestas es ‘Ven Para la Calle’ (Vem Pra Rua), que se ha convertido en el centro de la polémica en las últimas semanas. Una investigación reveló que su apoyo financiero proviene de la Fundación de Estudio, que pertenece a la persona más rica de Brasil, Jorge Paulo Lemann. Lemann es propietario de AmBev, la compañía productora de cerveza más grande de Brasil, y posee la franquicia de Burger King en el país
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