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miércoles, 30 de marzo de 2016

Argentina: Los ecos de una visita

Imagen activaPor Martin Hacthoun *
Buenos Aires (PL) Con su visita a Argentina, la primera de un presidente de Estados Unidos en 20 años, Barack Obama logró realinear al Gobierno de este país suramericano, ahora presidido por Mauricio Macri y la Alianza Cambiemos, con la política de Washington hacia la región.


Recuperó así un aliado en la campaña de Estados Unidos por contrarrestar los proyectos populares de varios gobiernos latinoamericanos, apoyo que no encontró en la Casa Rosada durante los últimos 13 años, estimó la investigadora Stella Calloni.

"En especial las articulaciones se harán contra el gobierno bolivariano de Venezuela", opinó la periodista y escritora argentina, con quien concuerdan otros analistas políticos.

Quedó claro por declaraciones de ambos presidentes el deseo de relanzar los nexos entre los dos gobiernos sobre bases de una mayor afinidad e intereses políticos y regionales.

Si bien los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández mantuvieron buenas relaciones con las administraciones de George Bush, hijo, y Barack Obama, tuvieron puntos de distanciamiento en lo referente hacia Latinoamérica que marcaron posiciones más independientes y soberanas, en particular en el proceso de integración que desagrada a Washington.

Para el director del Instituto de Estudios de América Latina, Oscar Laborde, quedó sellado el respaldo del gobierno de Macri a la política de Estados Unidos hacia la región y el comercio internacional.

Leandro Morgenfeld, historiador, docente y autor del libro "Relaciones peligrosas. Argentina y Estados Unidos", concluyó que el "principal objetivo fue geoestratégico para volver a posicionar a Washington en una región que históricamente estuvo bajo su dominio, pero que en la última década avanzó en un proyecto alternativo de integración".

Para intentar realinear a Latinoamérica bajo el dominio político-económico norteamericano, Obama necesitaba "posicionar al presidente Macri como parte de la restauración conservadora en la región, y su anfitrión se lo facilitó", consideró Morgenfeld.

En el enfoque económico -concluye el académico- Obama apuntó a lograr "que Argentina se aproxime a los países de la Alianza del Pacífico a través de presidentes como Macri, que impulsa un Estado con menos capacidad de regular la economía y así favorecer las inversiones de las transnacionales en nuestro país".

Los resultados de la visita en declaraciones, acuerdos y entendimientos dan aval a esas opiniones.

En un resumen de la visita efectuada 23 y 24 de marzo, la Cancillería consideró que sirvió para relanzar los vínculos bilaterales "sobre la base de valores, principios e intereses comunes", y marcó "un hito importante en la profundización de dicha relación".

Al margen de los actos protocolares en los que más se centró la gran prensa, las partes firmaron varios acuerdos de colaboración que implican un mayor compromiso del gobierno argentino con las políticas de Washington, y Obama incluso respaldó el proyecto de la Casa Rosada de pagar a los fondos buitre aun cuando signifique un endeudamiento mayúsculo para el país.

Los convenios abarcan cooperación, entre otros campos, en prevenir y combatir el crimen grave, una declaración conjunta sobre seguridad, obras públicas, emplazamiento de oficiales de seguridad a bordo, comercio e inversión, según esbozó la Cancillería sin entrar en detalles.

Ambos Presidentes -amplió ese Ministerio- coincidieron en la necesidad de profundizar las relaciones en el ámbito de la ciencia, la tecnología, la salud, la educación y la defensa, punto este en el que no se ahondó mucho públicamente.

Asimismo, acordaron en que el combate al narcotráfico es una prioridad, y decidieron trabajar como socios en este tema profundizando la colaboración en el marco bilateral y multilateral, con capacitación y entrenamiento.

También compartirán experiencias en tratamientos de desintoxicación y de prevención de la drogadicción.

Ambos gobiernos acordaron compartir información que sirva para frenar el terrorismo y también firmaron convenios específicos sobre la materia.

La administración Macri se comprometió a incrementar la participación de Argentina en las misiones de Paz de la ONU, así como "dar apoyo directo y de manera conjunta con Estados Unidos a la misión política de las Naciones Unidas en Colombia".

Y a cambio el gobierno de Obama le ofreció apoyo en la preparación de sus fuerzas de paz, proveyendo capacitación de personal y equipamiento.

Igualmente, las partes sellaron un memorando entre la Cancillería y el Departamento de Estado norteamericano en apoyo de la Organización de Estados Americanos y del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Eso conlleva una participación más activa de Argentina, vista como esencial para Washington, a fin de "impulsar los valores y metas compartidas de todos los Estados Miembros".

En ese sentido, ambos gobiernos trabajarán juntos para fortalecer la OEA "en su mandato principal de promover y proteger los derechos humanos y la democracia en todos y cada uno de sus 35 miembros", señala el comunicado de la Cancillería.

Observadores alertan que esa línea puede encerrar la politización del tema de los derechos humanos para presionar a gobiernos progresistas de la región.

El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto mostró beneplácito por la decisión de Obama de desclasificar nuevos archivos del gobierno norteamericano, incluidos militares y de inteligencia, sobre la última dictadura.

Esa documentación contribuirá a esclarecer lo ocurrido con las víctimas del terrorismo de Estado y podrá ser de utilidad para las causas judiciales en curso, estima la nota ministerial, empero no estará disponible en al menos año y medio, y hasta entonces no se sabrá la real utilidad de su contenido, opinan los organismos de derechos humanos.

Dichas organizaciones reconocieron el gesto, pero expresaron críticas porque el presidente estadounidense no manifestó un claro desagravio por la complicidad de Estados Unidos en la dictadura argentina y en otras de la región.

Las partes acordaron, además, facilitar la tramitación migratoria; Estados Unidos eliminará las entrevistas consulares a argentinos menores de 16 años y mayores de 65, mientras Buenos Aires eliminará la tasa de reciprocidad que los turistas estadounidenses abonan para entrar al país.

Igualmente, suscribieron una serie de acuerdos para fortalecer la cooperación en materia económica, comercial y para el fomento de las inversiones.

La canciller Susana Malcorra y el propio Macri tomaron distancia de un tratado de libre comercio bilateral, pues un mecanismo de ese tipo parte por pasar por el Mercosur, pero no lo descartaron en un futuro.

También hubo entendimiento para firmar el Acuerdo de París sobre cambio climático y trabajar en una enmienda al Protocolo de Montreal para la reducción gradual de los hidrofluorocarburos (HFCs) en 2016.

En un análisis para el diario Página 12, Horacio Verbitsky considera que el contenido de los acuerdos va más allá de los títulos que difundió el Gobierno, el cual aceptó convenir acciones contra el narcotráfico y el terrorismo sin diferenciar seguridad y defensa, misiones militares en África, asilo a los sirios, centros de fusión de Inteligencia, fuerzas de seguridad en el Comando Sur y una apertura comercial irrestricta.

La Presidencia y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto fueron cuidadosos y solo enunciaron los arreglos, pero para conocer a fondo lo pactado en día y medio de visita hay que recurrir al portal en Internet de la Casa Rosada, señala el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales.

Entre otros arreglos, hay varios que acercan a las fuerzas militares de ambos países.

Para que Argentina pueda incrementar el tamaño de sus unidades militares desplegables y participar en misiones de paz en países africanos, Estados Unidos fortalecerá sus capacidades, incluyendo el entrenamiento y la modernización de la flota de aviones de transporte y carga C-130.

En mayo, el Pentágono realizará el primer encuentro de trabajo con las Fuerzas Armadas argentinas desde 2009, con una agenda que incluirá operaciones de paz, preparación y respuesta ante desastres y "cooperación en defensa hemisférica", punto este que abre una interrogante sobre lo que realmente significa esa colaboración.

Además, el Comando Sur se propone compartir información con el Ministerio de Seguridad argentino, mediante oficiales de enlace ante su Fuerza de Tareas Sur, y el Pentágono también invitó a Argentina a participar en un programa de cooperación con la Guardia Nacional de Estados Unidos.

En todos estos casos Estados Unidos propone y Argentina acepta borronear los límites entre las tareas de Seguridad Interior y Defensa Nacional, separadas en forma nítida por tres leyes y un decreto suscritos a lo largo de tres décadas por los gobiernos de Alfonsín, Menem, Fernando de la Rúa y Kirchner, advierte Verbitsky.

Las partes incrementarán también la cooperación en el desarrollo y la seguridad nuclear.

Según el Grupo Convergencia, integrado por académicos y especialistas en cuestiones de política exterior, Seguridad y Defensa, el gobierno nacional analiza la posibilidad de suscribir un protocolo adicional al sistema de salvaguardas que la Argentina mantiene con los organismos internacionales en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Este sería -señala el investigador- el certificado de defunción del sistema argentino-brasileño de garantías y salvaguardias que desde 1991 ha permitido el uso de la energía nuclear con fines exclusivamente pacíficos, mediante el control recíproco, sin renunciar al desarrollo tecnológico propio como exige la megapotencia mundial y contribuyendo al mantenimiento de la paz en toda América.

Acorde con la página de la Casa Blanca, para el combate conjunto contra el narcotráfico y el crimen organizado, Estados Unidos asistirá a las fuerzas argentinas de seguridad sobre terrorismo y financiamiento del terrorismo en la Triple Frontera.

Funcionarios argentinos se capacitarán en la Academia Internacional de Policía, realizarán viajes de estudios a Estados Unidos y recibirán capacitación de la Administración para el Control de Drogas (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).

El FBI también ayudará a montar una red de Centros de Fusión de Inteligencia para detectar y golpear al terrorismo y el crimen organizado.

Verbitsky recuerda que en esos Centros de Fusión, creados luego de los ataques de septiembre de 2001 por el Ministerio de Seguridad Nacional, comparten información de agencias de Inteligencia como la Agencia Central de Inteligencia (CIA), organismos policiales como el FBI, las Fuerzas Armadas y los gobiernos, nacional, estatal y local.

En 2012 una comisión bipartidaria del Senado de Estados Unidos publicó un informe demoledor sobre la inutilidad, dispendio y riesgo para las libertades civiles de estos Centros, puntualiza el experto.

Los mencionados son varios de los entendimientos -hay más- que sellaron los gobiernos de Macri y Obama en este nuevo renacimiento de las relaciones bilaterales, entre otros Argentina se compromete a recibir un número significativo de refugiados, incluyendo personas desplazadas por la guerra en Siria.

Antes que Obama visitaron Argentina Franklin Delano Roosevelt, Dwight Eisenhower y George W. Bush, hijo, aunque estos en gira por varios países de la región o cumbres de mandatarios. Solo las visitas de George Bush, padre, y William Clinton para reunirse con Carlos Menem, se registran como antecedente similar.

Después de los acuerdos arreglados entre sus equipos ejecutivos, protocolos con alta dosis mediática como dar unos pasos de tango con una bailarina local, aunque les salió mal a las partes la visita al Parque de la Memoria, Obama dijo que espera volver a Argentina en 2017.

*Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.

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