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lunes, 24 de agosto de 2015

Vanunu: prominente héroe de la era nuclear que develó el secreto de las bombas atómicas de Israel


Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme

En 1986, el ex técnico nuclear israelí Mordejai Vanunu reveló a The Sunday Times la posesión de armas nucleares de Israel en el reactor Dimona, en el desierto de Neguev.
Hace 29 años Vanunu infirió que Israel poseía 200 bombas atómicas clandestinas en su gueto nuclear, que hoy han alcanzado un máximo de “400 bombas termonucleares y de hidrógeno (http://goo.gl/TBAFy7)”.
El notable analista militar de estrategia nuclear de la muy influyente Rand Corporation, Daniel Ellsberg –que popularizó la paradoja Ellsberg en la toma de decisiones–, divulgó los célebres Pentagon Papers (http://goo.gl/phBp4w), sobre la toma de decisiones de EU en la guerra de Vietnam, y proclamó a Vanunu “prominente héroe de la era nuclear (http://goo.gl/mIPGbm)”. ¡Sin duda!
Tras haber revelado los secretos del programa nuclear clandestino, en un operativo clásico de los crapulosos servicios de espionaje del Mossad, Vanunu fue secuestrado en Roma –infringiendo las leyes italianas, mediante el anzuelo de una Mata-Hari en turno– y transportado drogado (sic) a Israel, donde fue encarcelado 18 años, 11 de ellos en confinamiento solitario.
El héroe del movimiento antinuclear fue juzgado como espía y traidor en un juicio secreto (¡supersic!) y fue liberado en abril de 2004, pero le fue retirado el pasaporte.
Jonathan Cook comenta las razones por las que Israel desde la fecha de su liberación seguía temerosa de Vanunu: un ardid cínico para que no inspire una campaña en Occidente que lleve al desarme nuclear del único Estado canalla (¡supersic!) en Medio Oriente (https://goo.gl/tWrTiq ).
La heroicidad de Vanunu vuelve a la palestra cuando Obama se dispone a liberar al espía israelí-estadunidense Jonathan Pollard –que libró secretos sensibles del Pentágono a Israel (http://goo.gl/mUXru7)–, quizá para apaciguar la cólera del primer ministro Bibi Netanyahu, supremo perdedor de la desnuclearización negociada de Irán con el P5+1.
El día de su liberación, Vanunu afirmó que Israel “no necesita armas nucleares, especialmente ahora, cuando todo (¡supersic!) Medio Oriente se encuentra libre de ellas (http://goo.gl/odKUHA)”.
Once años más tarde de su ilegal liberación restringida (http://goo.gl/G9XQm8), el Estado racista de Israel, que practica su repelente apartheid contra la nación palestina, detenta todavía el monopolio de las armas nucleares en Medio Oriente.
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Vanunu volvió a insistir en que su mensaje al mundo entero era de abrir el reactor Dimona para su inspección por la AIEA y se quejó de su trato barbárico y muy cruel en la cárcel.
Greg Myre, del NYT, expone la opinión de los críticos que dicen que a Israel, con el tácito (¡supersic!) apoyo de EU, se le ha permitido desarrollar un amplio arsenal nuclear en secreto (sic), mientras Washington insiste (sic) en que otros países de Medio Oriente sean impedidos de construir armas de destrucción masiva.
Esta flagrante política de dos pesas y dos medidas de EU llegó a su epílogo con el exitoso acuerdo de desnuclearización de Irán, lo cual obliga a que Israel sea inspeccionada por la AIEA/ONU y obligada a firmar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Duncan Campbell, del rotativo británico The Guardian, considera que Vanunu es un héroe de la dimensión de Edward Snowden (http://goo.gl/cgo1Ah).
Snowden y Vanunu merecen el Premio Nobel de la Paz, que le regalaron al presidente Obama que decepcionó a quienes en su momento festejamos su presea, al renegar ulteriormente las razones por las que fue galardonado inmerecidamente, visto en ­retrospectiva.
Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, durante una reunión con su gabinete, el domingo pasado en la ciudad de JerusalénFoto Ap
También Vanunu es comparado con Daniel Ellsberg: ¡tres megahéroes universales del neohumanismo: Ellsberg, Vanunu y Snowden!
Vanunu comentó a la periodista suiza Silvia Cattori, del relevante portal galo Red Voltaire, que “la posesión de la bomba atómica es lo que permite a Israel aplicar el apartheid sin temor” (http://goo.gl/uoWKQS). ¿Será? Juzgo que, aun sin bombas nucleares, el apartheid es hoy consustancial al alma racista de Israel.
Vanunu, que trabajó 10 años como técnico nuclear en Dimona, reveló que las autoridades israelíes estaban mintiendo y alegaban que no tenían la más mínima (sic) intención de dotarse de armas nucleares. ¡No, bueno!
Calculó que ya en 1986, Israel poseía 200 bombas atómicas y que habían empezado a fabricar bombas de hidrógeno (¡supersic!) muy poderosas, por lo que decidió revelar al mundo lo que las autoridades israelíes tramaban en el mayor secreto (sic).
Deseaba impedir que los israelíes usaran bombas atómicas y así evitar una guerra nuclear en Medio Oriente: quería ayudar a la paz en la región, cuando Israel no tenía por qué temer una amenaza palestina o incluso árabe, ya que poseía todo el armamento necesario para sobrevivir (sic).
Vanunu es un ser maravilloso y su razonamiento universal, por ende antisectario, lo llevó a defender a la humanidad, pese a la tortura sicológica que le infligieron sus verdugos israelíes: ¡Me dejaron la luz encendida durante tres (sic) años seguidos! Sus espías (sic) me golpeaban constantemente, me impedían dormir. Fui sometido a un tratamiento bárbaro. Intentaron someterme. Mi objetivo era sobrevivir. ¡Y lo logré!
Silvia Cattori comenta que Vanunu apareció ante las cámaras feliz (sic), decidido, combativo, y era todo lo contrario a un hombre sometido. ¡Mis respetos!
Vanunu explayó sin tapujos que no sólo nadie toma medidas con Israel, sino que incluso se ayuda a ese país secretamente. Hay una cooperación secreta entre Israel y Gran Bretaña, Francia y EU. Esos países han decido aportar su contribución al poderío nuclear de Israel porque quieren que este último esté a sus órdenes, como país colonialista que garantiza el control de Medio Oriente, lo cual les permite apoderarse de las ganancias del petróleo (¡supersic!) y mantener a los árabes sumidos en el subdesarrollo y los conflictos fratricidas. Esa es la principal razón de esa cooperación. ¡Uf!
La periodista suiza hace una pregunta perturbadora a Vanunu, quien responde que gracias a la eliminación del molesto Kennedy la proliferación nuclear pudo continuar. ¡Qué pista más interesante sobre el asesinato de Ke­nnedy, quien deseaba un alto al nuclearismo clandestino de Israel!
Vanunu expresa cosas muy fuertes: Israel utiliza el poderío de las armas nucleares para imponer sus políticas. Israel tiene mucho poder, aplasta con arrogancia al conjunto (sic) de sus vecinos. ¡Ni EU es capaz de decir a Israel lo que tiene que hacer! Pues sí: que le pregunten a Obama…
Revela que “en 1973 Israel estaba dispuesto a utilizar armas atómicas contra Siria… y Egipto”.
Sentencia que la política nuclear secreta de Israel es obra de Shimon Peres, a quien también otorgaron el Premio Nobel de la Paz, que ha perdido rigor y decoro.
Vanunu se convirtió al anglicanismo bajo el nombre de John Crossman, rehúsa hablar hebreo y ha solicitado le revoquen su ciudadanía israelí con el fin de poder abandonar el país.
El megahéroe Vanunu honra al género humano y su espíritu universal.

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