Frontera con Venezuela
La
superacion de la grave crisis que vive en estos momentos la frontera
colombo-venezolana en el paso Cucuta-San Antonio, exige que los
gobiernos de ambos paises y los pueblos de las dos naciones se pongan
de acuerdo para desescalar al principal artifice de este caos, el jefe
paramilitar Uribe Velez. Este personaje está empeñado en obstruir la
paz con las Farc y en destruir el gobierno revolucionario de Nicolas
Maduro, actuando como una ficha del Comando Sur gringo asentado en el
Mar Caribe.
El eje fronterizo Cúcuta-San Antonio-San Cristóbal,
que constituye una de las zonas de mayor dimensión económica en la
región, pasa en los actuales momentos por una severa crisis social y
política.
Dicho territorio es utilizado a fondo por el
imperialismo gringo, las multinacionales petroleras y la ultraderecha
colombiana, en el marco de la guerra económica y militar en curso cuyo
fin es dar forma a un golpe de estado contra el gobierno constitucional
y revolucionario que encabeza el Presidente Nicolás Maduro.
El
contrabando (bachaqueo) de combustibles, alimentos, medicamentos, la
manipulación masiva con el dólar paralelo y la acción violenta de los
grupos paramilitares colombianos en el Estado del Táchira, ha generado
incertidumbre, caos, violencia y terrorismo en dicho territorio del
Estado bolivariano socialista.
Esa compleja situación ha llevado
al gobierno de Maduro a tomar contundentes medidas para controlarla y
conjurar las peligrosas acciones de los enemigos del Estado
revolucionario venezolano.
Mediante un Decreto presidencial y en
desarrollo del artículo 337 de la Constitución nacional, se ha
decretado el Estado de emergencia y la frontera ha sido cerrada por un
lapso de 60 días prorrogables según evolucionen las circunstancias.
El
Jefe de Estado ha señalado que detrás de todo esta conspiración
contrarrevolucionaria esta Álvaro Uribe Vélez, el director de la
facción mas virulenta de la elite reaccionaria colombiana. Maduro ha
señalado, sus razones e informes de inteligencia tendrá, que Uribe se
ha desplazado en días recientes al territorio de Arauca a "coordinar
asesinatos" y "crímenes" en contra de Venezuela.
Maduro ha
dicho: "aquí está el cínico, el rey de los falsos positivos y de las
masacres en Colombia, Álvaro Uribe Vélez, anunciando que está en el
Arauca, cuidado. Atención en Apure, cuando Uribe Vélez va a la frontera
va a coordinar asesinatos, crímenes contra Venezuela", así lo denuncio.
Maduro ha acusado en diversas ocasiones a Uribe de estar detrás de planes desestabilizadores contra su Gobierno.
Esta
denuncia es muy grave y caracteriza de manera certera el comportamiento
político manifiestamente terrorista del promotor y organizador de los
grupos paramilitares.
Hoy por hoy, Uribe se ha convertido no
solo en el principal peligro para la estabilidad del vecino país.
También lo es de la estratégica política de paz que adelanta el
gobierno de Santos para terminar el prolongado conflicto armado
nacional.
Uribe acude a una combinación siniestra de acciones
políticas y armadas para imponer sus métodos violentos y terroristas.
Estimula el odio, la guerra y la arbitrariedad para no perder vigencia
cuando se estrecha su campo de acción gracias a los avances de los
diálogos de paz en La Habana.
Esta situación desesperada muy
bien la caracteriza el diario bogotano El Espectador: Uribe Vélez
siempre espera agazapado el próximo banquete de carne humana en
descomposición, que es su principal alimento político. Sin escándalo y
sin cadáveres, pasa hambre. (http://www.elespectador.com/opinion/paz-perspectivas-y-problemas).
Sus turbias maniobras no solo son contra Venezuela y su revolución democrática.
Como
el proceso de paz avanza sólidamente, reflejándose en la caída vertical
de la violencia con ocasión de la tregua unilateral determinada desde
el 20 de julio por las Farc y el desescalamiento ordenado por el
gobierno, su acción se mueve en el terreno de la mas descarada
provocación, valiéndose de los enormes recursos militares, mediáticos,
económicos e internacionales de que dispone.
En el transcurso de
la última semana, ya en campaña electoral para imponer sus candidatos
en alcaldías, asambleas, concejos y gobernaciones, ha llamado en el
departamento de Nariño, en el Valle del Patía y el Cauca, ha
reorganizar los grupos de autodefensa (paramilitares) para imponer los
intereses de los grandes hacendados y terratenientes que siempre han
contado con este tipo de guardias privadas para sostener su riqueza y
poder político despótico. En ese sentido se explica que su candidato en
el departamento del Cauca, Gral Leonardo Barrera, sea uno de los
militares mas familiarizados con la violencia y el desplazamiento de
miles de campesinos, afros e indígenas de la región.
Igual eso
explica la nueva proliferación de bandas asesinas anticomunistas en
varias zonas antioqueñas como Cisneros, San José del Nus, Puerto
Berrio, Uraba, Caucasia y el Sur oeste. Y en el propio Medellín, donde
su patrocinado, Juan Carlos Vélez, hace la campaña defendiendo la
existencia de los paracos en toda el área urbana de la ciudad, como
forma de aplastar los derechos democráticos de la sociedad. Están
preparando el ambiente para otra Escombrera como la que se conformo con
la famosa Operación Orión del Gral Montoya y los paras de Don Berna.
Desescalar
a Uribe se ha convertido hoy en una prioridad para Colombia y
Venezuela. Frenarlo es una necesidad colectiva. Ponerle un límite
político, jurídico, internacional y simbólico es una demanda imperiosa
de la convivencia interna y externa.
A Uribe hay que
desescalarlo con la voluntad colectiva de las mayorías nacionales e
internacionales que rechazan su discurso y práctica violenta.
Hay que unirnos en este propósito.
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