ENTREVISTA ESPECIAL
Cristina Fontenele
Adital
Bolivia se ha destacado, en los
últimos años, en el escenario latinoamericano por la participación creciente de
los movimientos sociales en la política y por las transformaciones
implementadas en ese país, desde que Evo Morales asumió la Presidencia de la
República, en 2006.
Fernando Huanacuni trabajó durante
siete años en la Diplomacia de la República de Bolivia, asesorando al gobierno
de Morales y orientando las políticas públicas para implantar la diplomacia
entre los pueblos. A partir de la cosmovisión andina del "vivir bien” buscó
fomentar el diálogo entre las organizaciones y generar nuevos mecanismos de
integración nacional.
Él dejó las actividades en el
gobierno en 2014, y ahora trabaja realizando conferencias alrededor del mundo,
difundiendo la filosofía de los pueblos indígenas originarios - el Buen
Vivir/Vivir Bien, título de su libro, lanzado en 2010.
Para Fernando Huanacuni, ex-asesor del gobierno de Evo Morales, Bolivia está viviendo una época económicamente poco común, con una estabilidad y un crecimiento macroeconómico importante. |
En su paso por Brasil, Huanacuni
concedió esta entrevista exclusiva a Adital. El filósofo aymará boliviano analiza el
contexto social y político de su país, comentando lo que evolucionó en las
políticas públicas en los últimos años y de que forma la filosofía del Bien
Vivir ha transformado a la sociedad boliviana.
Adital: ¿Cómo evalúa usted el
contexto social de Bolivia? ¿Cuáles son los avances y desafíos del país?
Fernando Huanacuni: Bolivia ha pasado por
transformaciones importantes a partir de 2006, cuando asumió como presidente
Evo Morales, un hermano indígena, que cambió toda su historia. Antes de 2006,
los presidentes anteriores decían que Bolivia era inviable, que moría, y
aplicaran políticas económicas muy duras, alentadas por los organismos
internacionales. Entonces, cuando llegó el presidente Evo Morales, cambió la
política. Primero, comenzamos a organizar internamente la economía, los gastos
y, después, al hacer una nueva Constitución política del Estado, eso permitió
recuperar los recursos del país. Recuperamos el petróleo, el gas, parte de la
minería. Esto permitió mantener una estabilidad en Bolivia. El país está
viviendo una época económicamente poco común.
Hay estabilidad económica y un
crecimiento macroeconómico muy importante, y hay políticas sociales que también
son muy importantes para el pueblo. Por ejemplo, los beneficios pagados a las
madres gestantes y a los niños que estudian; y la jubilación para todos los
ancianos que trabajaron o no. Esas políticas fueron importantes para recuperar
la vitalidad del país. Hubo una reducción significativa de la pobreza, porque
en Bolivia había más del 40% de pobres. Todas esas políticas económicas,
considerando que el Estado fue un buen administrador, recuperó, nacionalizó,
permitiendo que los recursos y los servicios básicos más importantes quedaran
bajo la administración del Estado. La nacionalización del gas y del petróleo,
por ejemplo, permitió que el crecimiento económico fuese muy importante, siendo
distribuido en todos los sectores sociales. Eso permitió que la pobreza fuese
reducida bastante.
Adital: ¿Los movimientos sociales han
encontrado más espacio en la política nacional?
FH: Ahora sí. Hay dos sectores importantes –movimientos
sociales y movimiento indígena originario. Los movimientos sociales son los de
trabajadores, obreros, mineros. Los movimientos indígenas son diferentes. Las
propuestas del Estado Plurinacional, la actual estructura de la constitución
política del Estado, fue plantada por el pueblo indígena originario y con apoyo
de los movimientos sociales. Toda la estructura, todo el dibujo es de la
cosmovisión indígena originaria. Por ejemplo, el Estado Plurinacional, como es
el nombre ahora, significa que, en mi país, no vive solamente una nación, sino
muchas naciones. Aymará, Quechua, Guaraní, somos 36 naciones que vivimos en Bolivia.
No solamente es un reconocimiento, sino también un pluralismo económico,
jurídico. Hay diferentes formas de interacción social y económica, de salud, de
educación. Hay currículos diferenciados para cada lugar, porque antes era
solamente una economía, un solo sistema jurídico, un solo sistema de salud, un
solo sistema educativo. Ahora hay diversas formas para cada pueblo, para cada
región.
Plurinacionalidad significa un
cambio estructural del Estado. La República era un Estado-nación, que decía que
en Bolivia había una sola nación –los bolivianos. Pero en el estado
Plurinacional viven muchas naciones, 36 naciones indígenas originarias. No es
solamente el reconocimiento de los pueblos originarios, es también crear nuevos
espacios de economía, jurídico, de salud, educación. Se abrió una visión no
solamente occidental, sino también de los pueblos indígenas originarios.
Adital: ¿Cuáles son los avances en
los derechos de los pueblos indígenas?
FH: Los pueblos indígenas originarios han buscado
algo fundamental, no sólo los derechos en el sentido humano, sino los derechos
de la Madre Tierra. Esto es lo más importante. El Estado Plurinacional cuida de
los seres humanos y, sobre todo, cuida de la vida, de la Madre Tierra, que no
puede ser objeto de explotación, no puede ser depredada, destruida. Por lo tanto,
los derechos de la Madre Tierra son fundamentales, no existen en ninguna parte
del mundo, no existe en Brasil. Ciertamente, existen leyes ambientales, pero no
los derechos de la Madre Tierra, lo que es muy diferente. La Madre Tierra, en
la cosmovisión de los pueblos indígenas, es una entrada para cuidar de la
armonía y no destruirla. Por lo tanto, la minería, la explotación del gas y del
petróleo tiene que cuidar de la Madre Tierra. Es una exigencia de los pueblos
indígenas. Nosotros entendemos que la Pacha Mama (Madre Tierra) no es igual al
planeta o al medio ambiente. Planeta es algo inerte, sin vida. El sistema
jurídico occidental cree que la Madre Tierra no tiene vida, pero nosotros
creemos que la tiene. Entonces, la relación no sería de sujeto a objeto, sino
de sujeto a sujeto.
Adital: ¿Las mujeres han tenido más
derechos y participación en la política?
FH: Tenemos por ley que toda institución necesita
tener el 50% de mujeres en la administración, incluyendo el gabinete. Por eso,
creo que es uno de los pocos gabinetes que tienen más mujeres en relación con
gabinetes de otros pueblos. Y, los ministerios, cualquier sector de la
administración pública deben tener el 50% de hombres y 50% de mujeres. Estamos
aprendiendo, porque el machismo, como existe en Brasil y en otros países, es
ostensivo. Estamos acostumbrados, por ejemplo, a ver autoridades solamente
masculinas y no autoridades femeninas, pero se está buscando un equilibrio. Va a
pasar mucho tiempo hasta que nos acostumbremos. Las personas necesitan acostumbrar,
así como demoró que la gente se acostumbrara a ver un indígena en Bolivia, gobernando.
Fue muy difícil porque sectores de derecha, que siempre tuvieron el poder, no
querían ver a un indígena en el poder, incluso siendo Bolivia mayoritariamente
indígena.
La población de Bolivia tiene un 50%
de mujeres y un 50% de hombres, equilibrado en casi todo el país. Entonces, no
se puede negar a las mujeres el derecho también a la administración. El
presidente Evo Morales es uno de los que está incentivando las políticas de
equilibrio de los derechos de la mujer. Primero, en la administración pública,
y también en algo muy importante, que es la defensa de la mujer, porque la
violencia es muy fuerte. Estamos saliendo de un sistema machista muy fuerte.
Existen los femicidios, es casi constante el abuso de la mujer. Por lo tanto,
fueron creadas leyes, pero es preciso cambiar la mentalidad, porque el machismo
piensa que los hombres son superiores a las mujeres. Eso es parte de un sistema
educacional y estamos ajustando muchos aspectos. Ya comenzamos, pero falta
mucho todavía.
En Bolivia, por ley, toda institución necesita tener un 50% de mujeres en la administración. En la foto, Gabriela Montaño elegida este año presidenta de la Cámara de Diputados. |
Adital: ¿Cuáles son los actuales
desafíos en las políticas públicas?
FH: Para que Bolivia siga en este proceso de
transformación que emprende, con muchos buenos resultados, necesitamos aliados.
Es un país muy pequeño dentro del contexto latinoamericano y mundial. Las
transformaciones también precisan ocurrir a su alrededor, porque nosotros
podemos cuidar a la Madre Tierra, pero si Brasil no la cuida, también va
igualmente a afectarnos a todos. Es por esto que las articulaciones precisan
ser entre los Estados, que necesitan despertar para cuidar la vida y los
derechos de la Madre Tierra. ¿Por qué surge la inseguridad? Por el dolor del
ser humano. El bien vivir dice que el Estado tiene que cuidar de la familia, y
para eso necesita instrumentos legales, mecanismos, economía, educación, no
solamente derechos individuales como afirma Occidente. Tiene que emerger un
nuevo sistema jurídico.
Nosotros, los pueblos indígenas,
creemos que llegó un nuevo tiempo para resolver la vida y eso viene de una
cosmovisión ancestral de la cultura de la vida. Eso nos permitirá resolver
aspectos importantes como la economía de los Estados pero, sobre todo, de la vida.
Creo que llegó un tiempo importante, sabemos que tener más no es vivir bien,
trae más problemas. Y el mundo moderno incentiva a tener más, pero ya no vive y
no vive bien. Nuestros hijos no pueden seguir ese ritmo de vida, porque no van
a ninguna parte, se van a destruir a sí mismos. Precisamos nuevas matrices, y
las matrices ancestrales son las respuestas, para nosotros. Bolivia ha
demostrado esto. El Fondo Monetario Internacional (FMI) está estudiando a
Bolivia porque el país obtuvo éxitos sin sus recomendaciones. Las políticas
públicas del FMI, del Banco Mundial, recomendaban y fracasábamos. Pero, ahora
sin las recomendaciones, estamos bien. Tenemos crecimiento económico, que no es
solamente querer tener crecimiento económico, sin cuidar a la Madre Tierra. No
es solamente generar clases que pueden comprar más, con más dinero, sino gente
que sea conciente de la vida. Eso es lo que va a generar un nuevo sistema
educativo. Va a demorar generaciones, ciertamente, pero tenemos que comenzar
por algo.
Adital: ¿Cómo evalúa la visión de
otros países sobre Bolivia hoy?
FH: Existe poca información. Tal vez, si tuvieran
más información, podrían ir en ese rumbo también. Bolivia está teniendo una
transformación muy, muy importante. Yo vengo de sectores indígenas, no venimos
de la clase media, y por muchos años estuvimos sumergidos en la pobreza. Hoy,
tenemos oportunidad. Y creo que la oportunidad es para todos. Y eso depende del
Estado, de la economía, del sistema jurídico. Los organismos internacionales
están dándose cuenta de que no queremos romper con el sistema, en el sentido de
separarnos de los demás. Tal vez, los Estados precisen mirar con un poco más de
detalle hacia Bolivia, para poder aprender y articularse. Bolivia está unida a
Brasil, Perú, Argentina, Chile, en realidad, a toda la América Latina, porque
nuestras economías dependen unas de las otras. Ahora, importa mirar hacia
nosotros mismos, lo que quiere decir escucharnos, articularnos e integrarnos
verdaderamente.
Adital: ¿Cómo están las negociaciones
con Chile sobre la salida de Bolivia al mar?
FH: Muy bien. Ajustamos la diplomacia de los
pueblos. Hay una diplomacia oficial, hablan los presidentes, los cancilleres,
hablan los estados a través de los mecanismos regulares de las cancillerías. Pero
nosotros, los pueblos indígenas originarios, del Estado Plurinacional, tenemos
otra forma de hacer diplomacia también, la diplomacia de los pueblos. Los
mineros hablan con los mineros, los obreros con los obreros, los indígenas
hablan con los indígenas de Chile, y entonces ganamos muchísimo. Explicamos
que, en un verdadero proceso de integración de los pueblos, no puede haber
desarmonía. Brasil necesita de Bolivia, proveemos gran parte del gas a los
territorios brasileros. Brasil también nos ayuda con muchos otros productos. A
la Argentina, por ejemplo, le proporcionamos gas a precios muy baratos. A Chile
podemos abastecer también.
Chile necesita darnos un paso hacia
el mar, que es, además de todo, un derecho histórico, porque un derecho no se
puede sustentar por la fuerza. Es una inconsciencia, una aberración. Un derecho
es un acuerdo entre las partes, un buen consenso, si hay superposición de uno
sobre el otro no es un buen equilibrio entre los pueblos. Con Chile tenemos una
deuda histórica, ellos tienen una deuda histórica con nosotros. Estamos apelando
a las cortes internacionales, como la de La Haya, que es un organismo
reconocido internacionalmente. Por lo tanto, estamos en el camino también del
bien vivir, que es comenzar a dialogar. Vivir mejor sería decir: yo tengo más
armas, pues lucho contigo, y te obligo, pero esa no es la idea. El vivir bien
significa hablar, dialogar y resolver.
Adital: ¿Cuáles son las expectativas
por la visita del Papa en este mes de julio?
FH: Bolivia tiene una gran población católica.
Pero no todos son católicos, hay evangélicos, protestantes y también los
pueblos indígenas, que no somos católicos. Pero hay un sector católico
importante. Ese sector y el Estado están muy felices en recibir a un líder
espiritual, no solamente de Bolivia, sino del mundo. Y, obviamente, su
presencia marca un fortalecimiento espiritual de aquellos que creen en la
religión católica cristiana. Entonces, dentro de la política del bien vivir,
por ejemplo, se acepta un diálogo con todos. No es que no se crea en Dios. Los
pueblos indígenas tienen otra forma de concebir la vida, lo que no significa
que no podemos dialogar con otras formas de creencia espiritual de la vida. Bolivia
está preparándose con gran alegría. Hay un movimiento muy importante de sectores
de la clase alta, media, pueblos indígenas, movimientos sociales y políticos,
todo un movimiento de preparación para la visita del Papa Francisco.
Adital: ¿En su libro Vivir Bien/Buen
Vivir habla sobre esto? ¿Qué significa Bien Vivir?
FH: El mundo moderno quiere vivir mejor, pero
vivir mejor es tener más y consumir más. El vivir mejor es cuidar el mercado.
Para el mercado, no combina que los productos sean durables, sino que duren
poco, para seguir vendiendo. El capitalismo se sustenta incentivando al ser
humano a consumir cada vez más y propagando la idea de que tener más es vivir
mejor. Nosotros, los indígenas, decimos que no queremos vivir mejor, sino que queremos
vivir bien. Vivir bien es diferente de vivir mejor. Vivir mejor es la
modernidad, el capitalismo, consumir, tener más, destruir, depredar la vida;
para nosotros vivir bien es vivir en armonía. Primero, uno tiene que estar en
armonía, en armonía con su pareja, con la familia, con la comunidad, en armonía
con la Madre Tierra, eso es vivir bien.
Lo que consideramos es que, para
vivir bien, hay que estar en armonía con la Madre Tierra. No se puede destruirla,
es preciso cuidar de la Madre Tierra, esto es vivir bien. Por lo tanto, ya no
alentamos a las generaciones la venta de productos sólo por vender, sino sólo lo
necesario, lo que necesitamos realmente. Entonces, es una visión diferente del
capitalismo, del progreso y de los procesos de la modernidad. Vivir bien
significa cuidar la vida, porque en el mundo indígena pensamos que si desaparece
cualquier especie de animal, o un árbol o la montaña, nos afecta a todos. Y creo
que hoy en día, a través del cambio climático, estamos viendo lo que es el
despertar. De esta forma, los estados deben cuidar la vida, no solamente la
economía. La vida necesita ser considerada parámetro para que la economía
consiga emerger, para que el sistema jurídico también, y no solamente la
economía primero y después la vida. No, la vida es ahora. Pero no solamente la
vida del ser humano, sino la vida como sentido de equilibrio de la Madre
Tierra.
Para los pueblos indígenas originarios, la filosofía del Vivir Bien es estar en armonía con la Madre Tierra (Pacha Mama). |
Adital: Ya comentó en declaraciones
que estamos viviendo "una crisis de vida”, ¿qué significa eso?
FH: Estamos recuperando las matrices de vida
ancestrales. Occidente tiene patrones de vida, que son el individualismo, el machismo,
el antropocentrismo, la depredación de la vida y el consumismo. Pero eso es
algo antinatural, que no va a traer buenos resultados. Queremos recuperar las
matrices ancestrales de la cultura de la vida, que es diferente, es Pacha Mama,
cuidar de la vida, cuidar de la armonía, generar nuevas formas en las áreas
jurídicas y económicas. Occidente ha implantado varios paradigmas, el
individual, que es el capitalismo, y el comunismo, que es el socialismo. Al
capitalismo le interesa solamente el dinero, generar riqueza, pero solamente
algunos se apropian y millones están sin riqueza. El socialismo dice que hay
que seguir generando riqueza, pero es preciso distribuirla bien. Pero los
pueblos indígenas decimos que la matriz comunitaria no es solamente generar
riqueza, es cómo generar la riqueza.
No se puede generar riqueza
destruyendo la vida, a la Madre Tierra. Por eso pensamos que Occidente fracasó,
porque no resolvió ni las desigualdades sociales y está destruyendo la vida. El
propio comunismo no cuestiona la forma de explotar, sino la forma de destruir
la riqueza. En vez de eso, los pueblos indígenas dicen: no hay que explotar,
tenemos que cuidar de la vida, y no simplemente explotar por explotar. Para el
capitalismo, la montaña es un recurso a explotar. Para el comunismo, es igual.
Pero para los pueblos indígenas, es parte del equilibrio de la vida, porque se
la destruye, afecta a todos. El capitalismo incentiva vivir mejor, que es tener
más. El socialismo busca sólo el bienestar del ser humano, no se interesa por
la vaca, por la llama, el árbol, la montaña. Karl Marx nunca dijo Pacha Mama.
Los pueblos indígenas se interesan por la vida de todos. Occidente implantó el
capitalismo y el socialismo, que siguen generando riqueza y cuestionan sólo la
forma de distribución.
Adital: ¿Desea agregar algo más?
FH: Nosotros no podemos seguir bajo los parámetros
modernos de vida, como estamos viviendo. Sabemos que vivir mejor no es la
respuesta. Todos queremos vivir bien, en el fondo, pero la publicidad, la
modernidad, el concepto de éxito en la sociedad hizo que unos quieran vivir
mejor, tener más. Pasan la vida trabajando, trabajando y destruyendo y después
se dan cuentan de que perdieron la vida y quieren vivir, pero ya es muy tarde,
cuando ya están tal vez con 60, 70, 80 años, o cuando ya perdieron la familia y
quieren recuperarla. El vivir bien nos dice que nos dimos cuenta, ahora, del
valor de la vida. ¿Para qué vinimos? Al final, entre los pueblos indígenas
originarios, reflexionando sobre el vivir bien, siempre nos preguntamos para
qué vinimos.
Yo no vine para acumular, tener más,
no. Vinimos para ser felices, y eso implica no una vida individual, como nos
dice la modernidad, sino una vida compartida, que significa parejas, familia.
No estamos sabiendo cuidar a la familia, es preciso aprender, pero no es
solamente la familia en términos consanguíneos, sino también en el sentido de la
Pacha Mama. Es una nueva realidad. Hoy en día la crisis del capitalismo, que es
una crisis de vida estructural, está buscando respuestas. Creemos y estamos en
lo correcto de que la respuesta es el vivir bien y el mundo lo puede encontrar.
Ese vivir bien en todas las culturas, en todos los continentes, se consigue encontrar
en Europa, en Asia; éste es el paradigma, ésta es la matriz ancestral, cuidar
la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario