Luis Britto García *
Cinco
megamonopolios privados de la comunicación deciden lo que se ve y se
escucha en los medios. En cada país un puñado de magnates actúa como
sus agentes y replica sus decisiones y políticas. Para contrapesar esta
dictadura mediática, recomendamos insistentemente:
1) La sanción de
normas que obliguen a transmitir información veraz, oportuna e
imparcial.
2) La creación de organismos que las apliquen.
3) La
educación y organización de las audiencias, para que decodifiquen los
mensajes de los monopolios y hagan valer sus derechos ante ellos.
4) La
creación de medios libres, alternativos y comunitarios.
5) La
instalación de emisoras de servicio público.
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A ello corresponde la creación de La Nueva Televisora
del Sur (Telesur) a mediados de 2005. La situación de Venezuela lo
exigía. En el país funcionaban un centenar de periódicos, otro centenar
de televisoras y más de un millar de radiodifusoras privadas, todos
voceros del empresariado que frenéticamente instaban al derrocamiento
del gobierno electo. El de abril de 2002 fue un golpe mediático: las
emisoras privadas con su tecnología superior incomunicaron al gobierno,
difundieron la falsa noticia de la renuncia del Presidente y ocultaron
con un apagón comunicacional la marejada popular que lo restituyó en su
cargo. Un lavado de cerebro mediático acompañó al cierre patronal y al
sabotaje petrolero que arrancó en diciembre de ese año: durante dos
meses y medio, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, todas
las radiodifusoras y televisoras privadas cambiaron sus programas
ordinarios por un continuo llamado a derrocar al gobierno legítimo.
Éste contaba sólo con una televisora y una radio, sin alcance nacional.
Con el apoyo del pueblo resistió hasta que el paro patronal se disolvió
por sí mismo. El bolivarianismo no podía esperar otro asalto desarmado.
Repotenció Radio Nacional y Venezolana de Televisión, inició una
política de creación de emisoras de servicio público y también
alternativas, libre y comunitarias, e inauguró Telesur.
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En la actualidad operan en Venezuela 2 mil 896 medios,
de los cuales sólo 3.22 por ciento son de servicio público, 20.76 por
ciento son comunitarios y 65.18 por ciento, unos 2 mil 332, privados y
casi unánimemente opositores. Los medios comunitarios son de limitado
alcance y efímeros, pero el porcentaje revela la aparición de un
importante sector comunicacional popular de medios, como ellos mismos
gustan llamarse, comunitarios, libres y alternativos. Los canales de
servicio público pertenecen en buena medida a la Iglesia, tal como
sucede con la Televisora Andina de Mérida, el Canal de los Niños
Cantores en Maracaibo, Vale TV en Caracas, o a asociaciones privadas.
Unos seis divulgan mensajes de organismos públicos. En cuanto a los
canales de difusión, la derecha opositora detenta una brutal hegemonía.
¿Por qué, en tal situación de inferioridad mediática, el bolivarianismo
ha ganado 18 de 19 consultas electorales?
Gracias a su mensaje, que postula democracia contra dictadura
patronal, fraternidad contra racismo, solidaridad contra
discriminación, patriotismo contra entreguismo, paz contra violencia
golpista y terrorista, y educación, salud y asistencia social para
todos y gratuitas.
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En el primer Encuentro Internacional de Intelectuales
con la Revolución Bolivariana propusimos una televisora de alcance
latinoamericano. Evité que el proyecto se desviara hacia un ente
absolutamente autónomo, independiente y por encima de los gobiernos. El
24 de julio de 2005, en el 244 aniversario del nacimiento de Bolívar,
Hugo Chávez Frías lo hizo realidad y convocó un consejo de asesores,
del cual formaban parte Ignacio Ramonet, Danny Glover, Eduardo Galeano,
Adolfo Pérez Esquivel, Tarek Alí, Chiqui Vicioso, el promotor del
software libre Richard Stallman, Aram Aharonian y quien suscribe. Así
arrancó Telesur con cuatro horas diarias de programación, para
fortalecer el proyecto de integración latinoamericana del Libertador.
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Posteriormente Telesur es difundida por cuatro canales
UHF en Venezuela, cinco en Ecuador, 13 canales de satélite y una docena
de cable. A veces llega a través de operadoras trasnacionales por
suscripción. El alcance es mayor de lo que uno pudiera imaginarse. Por
Telesur me enteré en un modesto hotelito de Viena de la partida de
Eduardo Galeano y de inmediato transmitieron un magnífico programa de
homenaje.
Contribuyen al financiamiento de Telesur
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En 10 años Telesur acumula aciertos, como la diversa
extracción regional de sus presentadores y anclas, que nos acostumbra a
la maravillosa variedad de acentos y de rasgos latinoamericanos y
caribeños. Se anota goles, como el desmontaje de la acusación de que
Kadafi habría bombardeado manifestantes. Resiente persecuciones, como
la detención de sus comunicadores en Colombia o en Honduras. Incurre en
fallas, como la de imitar a CNN con pantallas abigarradas de logos,
cintillos e inserciones que impiden percibir lo que se transmite. Sirve
de punto de referencia para desmentir, matizar o revertir las brutales
campañas difamatorias de las trasnacionales de la información. Y sigue
siendo, por encima de todo, la vocería del gran proyecto de integración
de Nuestra América, que paso tras paso vamos viendo realizado.
* Escritor e historiador venezolano. Ganador del Premio Nacional de Literatura 2001
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