Adital
Por
Omar Menjivar Rosales
No solo
se ha descubierto, sino que lo ha confesado el propio Juan Orlando (aunque
admitiendo una cantidad mínima), que su partido y su candidatura recibió fondos
provenientes del saqueo del Seguro Social para financiar su campaña y a pesar
de eso, dicen sus adláteres, fue él quien dispuso la intervención del Seguro
Social y hoy, con claros visos de propaganda política, Juan Orlando Hernández
emplea el slogan de "caiga quien caiga”, para dar la impresión de que está
determinado a despojar del beneficio de la impunidad, sea quien sea el
involucrado o involucrada, para someterlo a la justicia. No obstante, ese el
mayor fraude con el que este gobierno y Juan Orlando pretende sorprender la
buena fe de un pueblo que efectivamente está harto de tanta corrupción e impunidad.
Veamos.
1. NOMBRÓ A SU PROPIO FISCAL GENERAL. Muy claro de que el Ministerio Público es el principal órgano de persecución del delito y haciendo uso abusivo de las facultades constitucionales, en clara usurpación de la soberanía popular (porque era al Congreso actual a quien le correspondía) Juan Orlando Hernández, presidiendo el Congreso Nacional anterior y luego de forzar la renuncia de Luis Alberto Rubí, nombró como Fiscal General a Oscar Fernando Chinchilla quien en el proceso de preselección que hizo la Junta Nominadora, fue eliminado en la tercera prueba, si mal no recuerdo, con lo cual quedó fuera del proceso pero lo hicieron ingresar de nuevo, porque él era el que ya había sido escogido por Juan Orlando, al modificarse las reglas acordadas al interior de la junta nominadora, lo cual, por cierto, hizo que se retiraran de ese órgano de preselección, las representaciones de la UNAH, del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos y de la "sociedad civil”, en protesta por la clara maniobra. En el proceso de audiencias públicas ante el congreso, Ivis Discua Varilla, uno de los cinco nominados por la junta y prominente miembro del Partido Nacional, denunció en la propia audiencia pública ante los diputados, que todo eso era un circo y un engaño para el pueblo, porque ya estaba decidido quién sería el Fiscal General. Oscar Fernando Chinchilla debía cumplir sólo el tiempo que le faltaba para completar el periodo a Luis Alberto Rubí, quien fue obligado a renunciar (sin discusión, era un incompetente), sin embargo, Juan Orlando necesitaba un Fiscal General que lo protegiera durante todo su periodo, por lo que abusando de las facultades constitucionales y aprovechando la mayoría mecánica de 71 diputados que tenía su partido, reformó la ley del Ministerio Público, y lo nombró por cinco años y no por los siete meses que faltaban del periodo de Rubí. Es tal la condición de sumisión a Juan Orlando Hernández, del Ministerio Público, que por disposición constitucional y legal debe ser independiente de todos los poderes del Estado, que las últimas acusaciones presentadas (como resultado de la presión popular que han ejercido las enormes movilizaciones de las antorchas), son presentadas como mérito del gobernante y no del Ministerio Público.
2. SE
ASEGURÓ SU PROPIA CORTE SUPREMA. Antes de lo del Fiscal General, en la
madrugada del doce de diciembre de dos mil doce (12/12/12/ -como cabalístico-)
Juan Orlando Hernández, haciendo acusaciones inespecíficas de vínculos con el
crimen organizado contra cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional de
la Corte Suprema de Justicia que le habían declarado inconstitucional la ley de
las ciudades modelo, los destituyó inconstitucionalmente (porque no tenía
facultades para ello) dejando como sobreviviente de esa sala, sólo a Oscar
Fernando Chinchilla (nombrado Fiscal General, ocho meses después y el único que
no votó por la inconstitucionalidad de las ciudades modelo), nombrando en el
mismo acto a cuatro incondicionales magistrados suyos. Con dicho acto envió un
mensaje de fuerza al resto de magistrados de la Corte Suprema de Justicia,
quienes quedaron advertidos de cuál sería su suerte, si alguna vez se
atreviesen a fallar en contra de sus deseos e intereses. Hoy, ninguna acción
planteada ante la Sala de lo Constitucional contra determinaciones del gobierno
o del actual congreso, prospera; en cambio, toda petición oficial que se hace
llegar ante dicha sala, es inmediatamente resuelta a favor, sin importar que
tal petición sea contraria a la Constitución, tal como ocurrió con el tema de
la reelección.
3. SE
ASEGURÓ EL CONTROL Y SOMETIMIENTO DE LOS JUECES. Con la creación del Consejo de
la Judicatura, Juan Orando Hernández se hizo del instrumento mediante el cual
intimida y somete a los jueces de la República, los cuales, para emitir sus
resoluciones, primero miden cuál será la reacción del Consejo de la Judicatura
y luego piensan, si acaso, en la ley, pesando más el miedo ante una posible
audiencia de descargo y segura sanción, despido y hasta acusación en su contra,
que lo que dice la ley. No es casual el hecho de que recientemente hayan
reaccionado más de cien abogados de Tegucigalpa, denunciando formalmente tal
situación y que incluso, antes de eso, nueve de los quince magistrados de la
Corte Suprema hayan reaccionado también, enviándole una carta al Presidente de
ese poder del Estado, haciéndole ver las constantes quejas contra el Consejo de
la Judicatura, que lejos de ser el órgano garante de la idoneidad de los y las
jueces, es mas bien el verdugo de la imparcialidad e independencia judicial. El
juez que falle contra las líneas que ha definido Juan Orlando Hernández (no por
el poder judicial), sencillamente se complica su vida. Y, como de costumbre, el
nombramiento de los miembros del Consejo de la Judicatura, se hizo incumpliendo
lo que manda la ley al no tomar en cuneta a todas las asociaciones de jueces
que existen en el Poder Judicial, sino solo a la oficialista, con lo cual se
aseguró, desde luego, la absoluta lealtad, tal como ha sido hasta ahora.
4.
FUNDÓ SU PROPIA FUERZA MILITAR CON FUNCIONES POLICIALES. Contra lo que estipula
la constitución de la república (para variar) en materia de seguridad, creó una
policía militar, la cual funciona bajo su mando directo, condición que quiso
elevar a rango constitucional pero que no pudo lograr al no reunir los votos
necesarios para conseguir la mayoría calificada, debido a la nueva conformación
del Congreso Nacional con los nuevos partidos políticos, Libre y PAC, que se
opusieron a tal pretensión junto a varios liberales y el voto del Pinu. A la
nueva fuerza militar policial le atribuyó funciones de seguridad pública
propias de la policía preventiva, pero también la dotó de facultades de
investigación, las que en muchos casos han sido usadas para hostigar a enemigos
o potenciales enemigos políticos. Juan Orlando no solo tiene al Fiscal General
y al Poder Judicial bajo su control total, sino que dicho control lo asegura
directamente al colocarlas bajo la sombrilla de otra creación suya que denomina
Consejo Nacional de Seguridad, el cual preside él y cuyas resoluciones
operativiza principalmente a través de otra de sus creaciones denominada FUSINA
(Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional) la cual la integra el
Ministerio Púbico y otros órganos operadores de justicia además de COPECO y
otras rarezas, y la preside un militar que responde directamente al Presidente.
Es decir que el Ministerio Público, no solo materialmente es un subalterno del
presidente, sino que también lo es formalmente a través del Consejo Nacional de
Seguridad y FUSINA.
CONCLUYENDO.
Teniendo bajo su absoluto control al sistema operador de justicia, el cual
sigue sus instrucciones (léase órdenes) y le rinde cuentas, es fácil para Juan
Orlando Hernández disponer la intervención del Seguro Social encargándosela a
una leal e incondicional Vilma Morales (quien no dijo nada sobre el
financiamiento de la campaña del partido nacional), y luego presentarse como el
paladín contra la corrupción e impunidad diciendo "caiga quien caiga”, porque
quien decide quién va a caer, es él y obviamente todo responde a un cálculo
político según el cual estará dispuesto a sacrificar a quien tenga que
sacrificar y presentándolo como pez o peces gordos, todo en su afán político de
mantener un argumento que valide su proclama de "caiga quien caiga”, pero que
el pueblo entiende y completa como "caiga quien caiga menos yo” y probablemente
tampoco su círculo familiar, especialmente su hermana Hilda Rosario Hernández
Alvarado, a quien se le vincula al manejo de las contribuciones provenientes de
los fondos del Seguro Social, junto a otros responsables de la campaña del
partido en el poder.
Finalmente,
pero no menos importante y como número cinco en esta escalada dolosa para el
control absoluto del poder, debe destacarse:
5. EL
NOMBRAMIENTO ANTICIPADO DEL TRIBUNAL DE ELECCIONES: Como la pretensión es
permanecer en el poder por cincuenta años mínimo, sino con él directamente al
frente de la presidencia, entonces a través del Partido Nacional como la
organización política que él controla (hasta ahora), en una nueva acción de
usurpación de la soberanía popular, también se aseguró de tener el control del
Tribunal Supremo Electoral y procedió, a través de sus diputados, en
confabulación con la mayoría de la bancada liberal, en la última sesión del
Congreso anterior, a nombrar anticipadamente a los miembros del TSE, los cuales
tendrían que haber sido elegidos en abril del año pasado por el actual Congreso
Nacional. Con eso se asegura el control de los procesos electorales, porque es
bien sabido que aquí, según los últimos procesos eleccionarios, el pueblo vota
pero es el Tribunal Supremo Electoral, quien elige. Con la subordinación del
Tribunal Supremo Electoral a sus designios, se asegura en buena parte la
continuidad en el poder y por supuesto el beneficio indefinido de la impunidad,
caiga quien caiga.
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