Opinión
Mañana
- 1º de mayo - se conmemora el día del trabajador en todo el mundo. En
la ciudad de Panamá los obreros organizados, las asociaciones de
empleados y otros movimientos populares se concentrarán en la Plaza 5 de Mayo
después de una marcha por la avenida Central. En la tarima que se
construirá en el lugar, varios líderes sindicales se dirigirán al país
haciendo un balance de la situación nacional.
El elemento
que más se destaca en estos momentos son los casos de corrupción que
afectan a los altos funcionarios del gobierno anterior que se ventilan
en los corredores de las fiscalías. De igual manera, aumenta la
prepotencia entre los actuales políticos que dirigen la cosa pública.
Fueron miles de millones de dólares que se desviaron en el último
quinquenio de los hospitales, escuelas, servicios de seguridad social,
agua, vivienda y muchas otras áreas de los trabajadores del país. El
crecimiento espectacular del sector financiero de la ciudad de Panamá es
el resultado directo de la creciente pobreza de los barrios marginales y
el abandono de las comunidades de las capas medias.
Los
empleos formales (decentes) se estancaron a fines del siglo pasado. Ha
crecido el empleo informal de trabajadores sin contrato o seguro social.
La nueva estructura ‘flexible’ del trabajo tiende a desintegrar a la
familia panameña. Como consecuencia, aparecen los niños sin orientación
paternal, las pandillas y el crimen organizado se fortalece. Igualmente,
la informalidad en el empleo debilita la organización de los
trabajadores y los sindicatos.
Esta situación la están
analizando todos los obreros del mundo. Panamá no es una excepción.
Somos la regla. Sin embargo, la prosperidad de los especuladores tiende a
esconder esta realidad. Los diarios más importantes hablan de las
riquezas. Riquezas que no llegan a los hogares de las familias.
Según
un reputado diario financiero de la meca mundial del capital, Nueva
York, “la economía mundial navega como nunca antes en la abundancia, no
sólo de materias primas, sino también de capital y mano de obra”. Esta
noticia debería ser objeto de celebración por parte de todos. Los ricos
porque podrán ser más ricos, los pobres porque podrán adquirir más
bienes para vivir mejor.
Sin embargo, el mismo diario
aclara que el ‘exceso’ de bienes (mercancías) tiende a complicar a la
economía global. “Lo que estamos viendo es un entorno de bajo
crecimiento, baja inflación y bajas tasas” de interés. ¿Cómo entiende el
ciudadano a pié este lenguaje técnico y complicado? Es imposible. Es
una ‘jerga’ inventada para que sólo los entendidos lo puedan
interpretar.
Lo que quiere decir el técnico en artes
ocultas es que la economía capitalista mundial aún no logra salir de su
parálisis. ¿Lo logrará algún día? El capital sigue ocioso, sin producir
ganancias. Los únicos beneficiados son los especuladores que apuestan a
futuro con el apoyo de los gobiernos de la mayoría de los países. Si les
va mal, los gobiernos controlados por el sector financiero (los
llamados países desarrollados) les lanzan un salva-vidas de varios miles
de millones de dólares. Si el salva-vidas no funciona envían un
regimiento armado hasta los dientes para poner fin al régimen político
que se opone al despojo de las riquezas de su país.
En los
países desarrollados, la abundancia actual está generando cada vez más
pobreza. EEUU cuenta cada vez con más pobres y trabajadores precarios.
Las protestas se repiten a diario a lo largo y ancho de ese país. La
abundancia que celebra la prensa financiera no llega a la mesa de las
familias de los trabajadores. Hace décadas el crecimiento de la economía
mundial (los trabajadores del mundo) tiende a generar cada vez menos
excedentes. A fines de la primera década del siglo XXI, el modelo de
crecimiento colapsó y se hizo añicos cuando el sistema financiero
(bancos) no soportó el peso de sus propias especulaciones. La crisis
dejó a millones de trabajadores sin empleo y la gran mayoría que
siguieron enganchados lo hacen en forma precaria con sueldos que no
pueden cubrir sus necesidades sociales básicas.
En el
balance del 1º de Mayo, salta a la vista que la llamada abundancia se
concentra cada vez más en muy pocas manos. No llega a quienes trabajan a
cambio de un salario. En los medios de comunicación panameños se
celebra como los millonarios se convierten en multimillonarios y los
trabajadores se quedan sin empleo decente.
30 de abril de 2015
- Marco A. Gandásegui,
hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador
asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena
(CELA)
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