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jueves, 7 de mayo de 2015

CORRUPCIÓN: PUNTA DEL ICEBERG DEL FENOMENAL TÉMPANO DE INMUNDICIA

Vientos insurreccionales soplan por el hemisferio desde hace un poco más de 15 años. Guatemala, como una de las parcelas de este hermoso continente no puede escapar a ellos. No es una isla como muchos de sus dominadores y saqueadores han querido situarla pues, a pesar de sus nefastos deseos aislacionistas, las ideas y las resistencias se difuminan por el aire traspasando fronteras a tal punto que ese pueblo que se creía impasible y dormido ha demostrado que es lo que menos tiene.

Las gotas han sido muchas y por fin se ha rebalsado una de las copas de la ira de las tantas que ha acumulado su mohína gente quien se ha caracterizado por soportar con estoicismo franciscano los abusos, las humillaciones, los desprecios, los crímenes de quien siendo electos para servirla han violado ese mandato y aprovechándose de sus importantes puestos han robado descaradamente los bienes del pueblo enriqueciéndosea costa de esos latrocinios sin importar que sus ilícitos provoquen sufrimientos, discapacidades y muertes. Incluso, esos rufianes ostentan como trofeo ante una población mayoritariamente desprovista de propiedad, el fruto de sus estafasTan desfachatados que, protegidos por la impunidad, como ha sido costumbre, no les da grima jactarse de sus atracos y exhibir sus derroches frente a los despojados.

Sin embargo, saltos cualitativos nacen de la imperceptible cotidianidad traduciéndose en verdaderos terremotos políticos como el que aconteció en las postrimerías del gobierno de Otto Pérez Molina. Fue tanta la inmundicia que se aglomeró a lo largo de su período presidencial que sus tufos llegaron hasta la sala de banquetes. Sin embargo, esas dos figuras necrófilas, Otto Pérez Molina y su vicemandataria Roxana Baldetti, son solo la punta del iceberg que bajo las mansas aguas de lo habitual amenazan los fundamentos de lconservadora sociedad guatemalteca. Un témpano donde la rancia oligarquía es la que maneja los hilos del poder para beneficiarse a sí misma de los negocios del Estado, queriendo ahoraproyectar que es ajena a los desmanes de los que ella misma ubicó en esos sitios para que le sirvieran.

La vieja retórica derechista de que Estado y gobierno son dos cosas muy diferentes; que no tienen nada que ver la una con la otra, se ha quedado corta, pues todos saben de las relaciones que se entretejen en ese espacio.Las familias poderosas de abolengo sus operadores políticos que emergen en cada periodo histórico como sus auxiliares, son los que escamotean el desarrollo y la prosperidad de las mayorías que tanto prometen los títeres en sus discursos preelectorales.

A estas alturas debiera entenderse también que en el gobierno se ubican todos aquellos que administran temporalmente el aparato del Estado oligárquico y que si bien se tiene cierta autonomía, al final se debenasumir los mandatos que desde el poder subterráneo le dictan los grupos fácticos. Así también concebir que cuando se ha querido realmente beneficiar a las grandes mayorías a partir del gobierno, desde la profundidad de ese Estado, los tentáculos represivos prontamente salen para dislocar cualquier intento que pretenda posicionar al pueblo como sujeto de su destino. En el caso de Guatemala, los diez años de primavera de los gobiernos denominados de la Revolución 1944-1954, son emblemáticos para demostrar lo que acá se dice. Yque si se hubiese formado más poder popular hubiera sido difícil para la oligarquía maniobrar fácilmente, tal como cinco años lo entendió Cuba y lo entiendeVenezuela en estos momentos.

Por supuesto que la oligarquía utilizará todos los artilugios habidos y por haber para derrocar esos ensayos democráticos apoyándose claro está en aliados más poderosos como las oligarquías supranacionales e imperiales que en el período histórico en que se transita, son asumidas por Estados Unidos y la Unión Europea.

Guatemala, en estos momentos pasa por una coyuntura especial, empero hay que convencerse que no es parte de un programa revolucionario ni mucho menos; más podría convertirse en parte de ello si las fuerzas que apoyan el ínterin de protestas presionan los mínimos cambios que pudieran hacer avanzar en ese sentido a la sociedad. Ello se sustenta en la radicalización que el movimiento adopte y el apoyo de los sectores populares, defenestrando en el camino no solo a los gobernantes sino a sus auxiliares más peligrosos que se ubican en las clases subalternas y que sirven precisamente, para diluir las protestas. Lecciones que ya en la historia perviven y que instan a no cometer esos errores pasados.

Dentro de esas fuerzas, hay que anotar que un actor importante es el conformado por las fuerzas armadas cuyos cuadros superiores y medios están manchados del estiércol que les ha dado a comer la oligarquía para mantenerlos fieles a sus instrucciones. No se sabe nada, hasta este momento, de otros cuadros que pudieran perfilarse como aliados de la población, aunque a medida que pasa el tiempo algunos oficiales habrán sopesado su actuar y habrán desandado el camino para volver a la nocturnidad pues esa estructura castrense fue diseñada siniestramente para no permitir fisuras democráticas en sus filas que hicieran peligrar el negocio de los oligárquicos y sus socios mayores imperialistas. El peligro que representa la vieja guardia castrense, que prefiere mantener el actual estado de cosas, es necesario tomarlo en cuenta, aunque exista una tendencia mundial al recambio de liderazgos mundiales como lo sucedido en el cono sur con la permisividad de Washington cuando desclasificó documentos que inculparon a los dictadores otrora aliados, para evitar el avance revolucionario que a pesar de esa ofrenda no sirvió para evitar quelos pueblos de esas latitudes colocaran gobiernos democráticos y progresistas en sus respectivos gobiernos: Chávez-MaduroLula Da Silva-Roussef, Correa, Morales, Kirchner-Fernández, Lugo, Vásquez-Mujica.

El decrépito Washington no volverá a cometer semejante desparpajo y redoblando sus nexos con las oligarquías más genuflexas del hemisferio: México, Guatemala, Honduras a la que curó en salud con el golpe de Estado, Colombia, Perú y en alguna medida Paraguay, pretende recobrar a partir de alianzas con estos, como la del Pacífico, el control geopolítico que poseía anterior a la época de Chávez. Por ello, para pueblos como elde Guatemala, se vuelve cuesta arriba avanzar en iniciativas revolucionarias que lo aproximen a su liberación. Sin embargo, su tenacidad e ideas claras son importantes para avanzar en ese objetivo.

Por lo anterior, es importante no despreciar a cierto sector de la burguesía y la pequeña burguesía que se han convertido en aliados coyunturales del clamor popular por su necesidad de permear latitudes allende del mercado gringo y ampliar la demanda para sus productos como son la China Popular, Rusia y los países del Asia como Irán que son los menos convulsos y así restarle poder a la oligarquía tradicional que por su conservadurismo y rancios intereses se han convertido en un freno para los intereses capitalistas más progresistas. Deseos que también existen en una porción liberal de la Casa Blanca que apoya cambios en el espectro del poder en estos países con el objetivo de no agudizar más las contradicciones que pudieran insuflar de ingobernabilidad y poner enriesgo sus inversiones en ellosHacer que se cambia para no cambiar nada.

Analizadas así las cosas, quizá sea un atrevimiento que no puede ser descartado, pensar que las bisagras para un verdadero avance revolucionario estén situadas pues, en la población indígena y campesinadel interior y las clases que viven en las marginalidades de las urbes. Y, si existiese, aunque es poco probable, algún sector de la oficialidad de menor rango que, cansado que su institución esté siempre en la mira de la comunidad nacional e internacional como protectora de grupúsculos mafiosos donde sus cuadros altos y medios se benefician de esos turbios negocios, quieran dignificarla. Pero eso habrá que esperarlo.

Si bien, hasta el momento las concentraciones multitudinarias han estado marcadas por la presencia de un gran sector de los estudiantes y una pequeña burguesía acomodada que precisamente por su composición de clase jamás van a unificarse para ir más allá de la protesta inocua, es necesario la irrupción de los trabajadores organizados en sindicatos y gremios para poder darle a la protesta un matiz más radicalun matiz de clase. No digamos los campesinos que en unidad con los primeros puedan apresurar los cambios. Al final de cuentas estos dos sectores son los que con mayor contundencia han sentido las contradicciones del neoliberalismo y los estragos de la corrupción.

El gobierno y su camarilla están jugando al cansancio de las masas pensando que las elecciones que se avecinan impondrán un clima de desinterés al problema. Y, quizá logren llegar al final de su mandato puesla gente, bombardeada por los medios de la oligarquía, empieza a hablar de los candidatos en vez de profundizar en las verdaderas causas de la crisis de legitimidad que el país atraviesa. Empero, el modelo electoreropresente demuestra su agotamiento acelerado a pesar de que ya otros actores están en el camerino listos para salir al estrado electorero, pasada la “fiesta” deben rodar cabezas para un recambio que acerque la verdadera democracia al pueblo, lo cual también se debe traducir en beneficiossustanciales no solo políticos sino económicos y sociales para toda la población pero en especial para las clases populares pues, de lo contrario, en el horizonte se vislumbra un sol de ingobernabilidad y sufrimiento para toda la sociedad que no solo aislará más al país sino provocará oleadas migratorias que le restarán lo más granado de su fuerza de trabajo y el incremento de la delincuencia común y organizada lo cual empujará al país hacia la inviabilidad. Ideal para que su oligarquía vende patria loconsidere un país listo para ser ocupado por una fuerza extranjera tal comosu oligarquía nefasta ha convertido a nuestro vecino del Norte. Pero ese será otro ciclo de la espiral de lucha en estas latitudes de este convulsionado continente donde sus clases de avanzada deben impedirlo.

México, tal es su caso hoy, con su podredumbre institucional ha alcanzado también a Estados Unidos al verse inundado por una millonaria cantidad de sus ciudadanos que ahora viven en las ciudades gringas a donde se han visto compelidos a emigrar lo que ha exaltado a su vez en sus autoridades un espíritu xenófobo y racista que no ayuda sino convulsiona aún másambas sociedades. Empero, ese es otro cantar.

Por el momento, es necesario levantar la discusión de qué pasará después de las protestas que aún no han terminado pero las cuales quizá, poco a poco se vayan diluyendo. Lo que no quiere decir que la inconformidad desaparezca, al contrario, seguramente explotará bajo otras facetas y con mayor potencia.

 

Colectivo La Gotera

Guatemala, 05 de mayo de 2015

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