Un dicho popular en Colombia, refiriéndose en este caso a quien
revictimisa, dice, “tras de ladrón bufón”; como cuando la “vaca ladrona”
irrumpe en el cultivo y al pretender espantarla, ella embiste. Mismo
dicho que se podría aplicar a gobernantes, multinacionales,
despojadores, paramilitares y a todos aquellos que de una u otra manera,
desde el poder, pisotean y profundizan la iniquidad; negras aves que
tras de ladronas, bufonas.
El pasado 3 de febrero, las FARC en su portal publicaban un artículo
titulado “Que significa todo esto, señor presidente”, en el que entre
otras se lee: “Recientemente conocimos declaraciones oficiales del más
alto nivel que niegan la existencia de grupos paramilitares, pese a la
evidencia diaria de amenazas y crímenes contra dirigentes sociales,
políticos y populares que llevan la firma de varios de esos grupos de
asesinos”. Por su parte, con el título de “Águilas Negras: el miedo en
medio de la paz” circula un video en el que Contravía visibiliza el caso
del asesinado Carlos Alberto Pedraza Salcedo, y de organizaciones que
recientemente recibieron amenazas por parte de las Águilas Negras de
donde extrajimos lo siguiente:
“el origen de los panfletos y las amenazas recientes, a periodistas,
líderes sociales, es un tema de discusión profunda; básicamente, también
aquí hay tres posiciones: la fuerza pública, principalmente la policía,
dice que son personas que bajan el logo de internet y amenazan, pero
que detrás de eso no hay nada. Al otro extremo, se encuentra la versión
de que son absolutamente viejos paramilitares, estructurados,
organizados, con capacidad en todo el País; y hay una posición
intermedia, que básicamente lo que dice es que eso puede obedecer a
disputas locales; lo que hasta el momento ha podido rastrear la
fundación “paz y reconciliación” básicamente es que son algunas personas
de nivel regional y algunos agentes estatales, que amenazan a víctimas
para que no pidan restitución de tierras, el tema de delitos sexuales,
el tema de reclutamiento de niños, el tema de desaparición forzada, es
decir, mucha gente que aun esta en libertad, que esta impune, después de
toda la expansión de la violencia paramilitar, utiliza estos
escuadrones para amenazar; eso que significa: que estas estructuras que
amenazan no tienen un alcance nacional, como los “viejos” paramilitares,
pero si tienen la capacidad de financiar sicarios para que actúen
contra determinadas personas”.
Se ha notado en los últimos tiempos el grado de sofisticación, de
selectividad, engaño, manejo de tecnología, en la persistencia de las
amenazas y hechos de los paramilitares, que ahora son mayormente
direccionadas, apuntando a golpear a líderes, organizaciones y procesos,
cuidándose de que los costos políticos no sean de gran calado, como los
asumidos en las masacres conocidas en el País, que obligo a los
creadores del monstruo a aparentemente desmontar sus estructuras, como
las conocíamos.
En la rueda de prensa convocada por el congreso de los pueblos para dar a
conocer sobre el asesinato del dirigente Carlos Alberto Pedraza
Salcedo, el señor Pedro Morales, subdirector de Medicina Legal informó
que: “para establecer el momento de la muerte de una persona, utilizamos
una cosa que se denomina, la ventana de la muerte, es decir, la última
vez que se le vio con vida y el momento en que se le vio por primera
vez, muerto; en este caso, nosotros conocemos que el día 20, una persona
vio el cuerpo en el sitio donde fue encontrado, pero hizo racionamiento
que no se trataba de un cadáver, sino de una persona que estaba
probablemente en estado de embriaguez, durmiendo ahí; al siguiente día,
si avisa a las autoridades y las autoridades comprueban la muerte; o sea
que, la muerte ocurrió el día 20, según el testigo, lo vio el 20,
muerto. Lo otro importante es que tiene signos que indican que en el
momento en que hicimos la necropsia, o los peritos hicieron la
necropsia, habían transcurrido más de 36 horas de muerto; no podemos
decir con precisión exactamente, porque no hay un método estricto o
fidedigno de decir la hora exacta de la muerte. El segundo punto de las
torturas; hemos revisado cuidadosamente el material de la autopsia, el
material fotográfico que de ella se hizo, el protocolo de necropsia, que
descarto signos de maltrato físico o de tortura; nosotros aplicamos un
protocolo para la investigación de la tortura, que están entrenadas las
personas que trabajan con nosotros, en detectar los signos de tortura en
cualquier cadáver, se ha educado a las personas en esto, esta publicado
el protocolo para la investigación de la tortura en Colombia y hacemos
además seguimiento permanente de los casos en que hay supuestos malos
tratos o tortura en un sistema de información, y en este caso el perito
no encontró signos de tortura; revisamos el material y tampoco
encontramos ningún signo de tortura, de los que habitualmente aparecen
en los cadáveres”.
Igualmente el señor Morales acotó que no tenía señas de sujeción,
indicativo que ni siquiera fue aprendido de manera violenta, pero
también Morales dijo que a Carlos Alberto se le encontró una lesión por
proyectil de arma de fuego, única, en su cabeza, indicativo de que fue
una ejecución extrajudicial.
Recordemos que Carlos Alberto desapareció cuando salió de su casa a
cumplir una cita, a la que no llego, el día 19, y que desde ese día
hasta el día 21 se supo que había aparecido asesinado en el Municipio de
Gachancipá. Para medicina legal “es una escena primaria y se recupero
material para estudio balístico, que esta en proceso de estudio para
establecer el tipo de arma y se pueda identificar y si fue utilizada en
otro episodio; eso lo hará la policía judicial o el CTI en un proceso de
investigación; las muestras de toxicología están en este momento
también en lo mismo, en proceso de estudio, buscando substancias que
hayan podido influenciar para someterlo, eso es parte de nuestro
trabajo, posterior a la necropsia”.
Aunque las evidencias hablen por si solas, para las autoridades, las
raíces pretenden ser encontradas en las ramas, haciéndolos cómplices,
por acción u omisión, mientras que la muerte camina con su guadaña,
infundiendo terror y arrastrando tras de si a jóvenes y viejos, hombres y
mujeres, como lo que viene ocurriendo en la población de Facatativá y
denunciado ante “alternativa latinoamericana” por el señor Wilmar
Alexander, Defensor de Derechos Humanos, quien ante amenazas de las
“águilas negras” denunciaron el hecho, lo que motiva la realización de
un consejo de seguridad por parte de la Alcaldía con efectivos
policiales y militares de la zona sabana de occidente de Cundinamarca,
en donde deciden que los grupos paramilitares en Cundinamarca no
existen, ordenando investigar y hacer seguimiento a los denunciantes por
“estar generando terrorismo y zozobra en la población”.
Según cifras del programa Somos Defensores, durante el 2014, se
presentaron cerca de 200 amenazas en contra de defensores y defensoras
de Derechos Humanos, 74% de ellas, provenientes de grupos paramilitares
como las Águilas Negras, Los Rastrojos, el ERPAC, el Ejercito
Antirestitución, y el Clan Usuga. Por su parte, en Buenaventura,
departamento del Cauca, Puerto sobre el mar pacifico, un
neo-paramilitarismo urbano al que han dado en llamar bandas criminales
“bacrim”, se enquista ejerciendo control micro-territorial, encausando
parte de la política económica que ordena crear terror, caos y expulsión
de la población y libertad en los territorios al libre mercado.
Enturbiar, ocultar y confundir es parte de la estrategia y seguirá
siéndolo, para que el paramilitarismo de la mano de sectores que se
mueven incrustadas en altas esferas no sea percibido, pero eso sí,
operan y hacen presencia a lo largo y ancho del País con el sagrado
deber de defender al dios mercado.
Fuentes de inteligencia de la policía y del ejército, en el marco de un
consejo de seguridad, presidido por el alcalde local en la población de
Facatativá, afirman que no existen esos tales grupos que amenazan a
través de panfletos, pero si existen terroristas que infunden pánico en
la población con sus denuncias, porque desde tiempos inmemoriales los
pájaros le tiran a las escopetas.
Según informa el portal de Contagio Radio, en el último año se han
incrementado en un 170% las amenazas contra defensores de Derechos
Humanos y líderes sociales en Colombia, y el movimiento estudiantil no
ha estado exento de la problemática. El viernes 30 de enero,
representantes estudiantiles de la Universidad Nacional de Colombia se
reunieron en la Presidencia de la República con el Director de la
Policía Nacional, General Oscar Naranjo, para discutir la grave
situación de Derechos Humanos que vive el movimiento estudiantil en
Colombia.
Continua informando Contagio que, en un año en que el gobierno espera
aprobar el Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018, y con él, implementar
la política pública para educación "Acuerdo por lo Superior 2034", con
la que los y las estudiantes de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil han
anunciado no estar de acuerdo, se auguran procesos de movilización
universitaria en todo el país. Amanecerá y veremos la respuesta del
gobierno, y el cumplimiento de los compromisos anunciados por Naranjo a
los delegados del movimiento estudiantil.
En la reunión con los estudiantes el General Oscar Naranjo se
comprometió con la delegación estudiantil, oigan bien, a generar un
ambiente de protección a la comunidad universitaria; abrir espacios para
debatir sobre la construcción de la paz, el tratamiento de la
conflictividad social, garantías para la participación política y el uso
de la fuerza por parte del Estado, pero además, frente a la dilación
con medidas de protección urgentes para medios alternativos y populares,
ser efectivos.
Y RECUERDEN……
Todos los sábados, “Alternativa Latinoamericana del Canadá” http://
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