Adital
Entrevista
realizada por Rosa Moussaoui para el diario L’Humanité. Éric Toussaint es
profesor en la Universidad de Lieja, presidente del Comité para la Anulación de
la Deuda del Tercer Mundo
(CADTM) Bélgica. Es autor de, entre otras obras, Bancocracia, (Icaria
editorial, Barcelona, 2014). Para Toussaint, el gran peso de la deuda griega
está ligado al plan de rescate de la banca, consecuencia de la crisis
financiera de 2008. El domingo 15/2/2015 por la tarde nos encontramos con
Toussaint en Atenas, Grecia. Participaba en la manifestación organizada en la
plaza Sintagma en la víspera de la reunión del Eurogrupo.
Éric Toussaint es presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo. |
¿Continúa vigente
la propuesta de anular una parte de la deuda griega, tal como fue
presentada por Syriza durante la campaña electoral?
Éric Toussaint - El gobierno
dirigido por Alexis Tsipras considera prioritario obtener de las autoridades europeas
la posibilidad de aplicar su programa de anti-austeridad. Debido a eso, se ha
optado por evitar el enfrentamiento directo sobre la cuestión de la deuda.
La
propuesta de una conferencia internacional para reducir radicalmente la deuda
ha dejado lugar a la de Yanis Varoufakis, que piensa que es posible mantener el
stock de la deuda, a partir del momento en que el Banco Central Europeo (BCE) transforme los títulos
griegos en títulos perpetuos, de los que no se reembolsa el capital y cuyo tipo
de interés estará indexado al
crecimiento.
Dicho
esto, si esta propuesta se aplica conllevaría, en concreto, una reducción
radical de la deuda. Es una opción táctica. Esta claro que el gobierno Syriza
avanza esa solución de compromiso pensando que Grecia no conseguiría una
verdadera concesión sobre el stock de la deuda, y que vale más no llevar el
debate a ese terreno ya que lo urgente es parar las políticas de austeridad.
¿Cuál es el origen
de esa deuda insostenible? ¿Se puede incriminar a los planes de rescate
posteriores a la crisis financiera de 2008?
ET - Por supuesto. En
total, el 80 % de la deuda griega está en manos de la Troika. El 20 % restante, que
responde a las obligaciones emitidas por el Estado griego a tres y seis meses,
fueron compradas por los bancos griegos que, por otro lado, dependen de la
liquidez puesta a su disposición por el BCE mediante el mecanismo ELA. Es
evidente que esta deuda remonta a 2010 y a 2012.
Esta
ligada al rescate de los bancos privados franceses, alemanes, italianos,
luxemburgueses, belgas, principales acreedores de Grecia hasta 2010. Los bancos
franceses tenían, solamente ellos, el 25 % de la deuda griega. Los bancos
alemanes casi el 20 %, los italianos el 10 %, los belgas el 8 %. Algunos bancos
privados (en el caso de Francia, el BNP-Paribas, la Société Générale y el
Crédit Agricole) compartían lo esencial de la deuda griega.
El
plan de rescate de 2010 tuvo por función desbloquear los préstamos bilaterales
por un monto de 52.000 millones de euros, correspondiendo a Francia 11.390
millones, antes que el mecanismo europeo de estabilidad (MEDE) no cogiera el
relevo, así como un préstamo del FMI. Ese dinero sirvió para
reembolsar los bancos franceses, alemanes, etc. acreedores de Grecia. Así fue
como esos bancos se liberaron de la deuda griega y fueron reemplazados por la
Troika.
En
2012, la reestructuración de la deuda por supuesto no les afectó. Por el
contrario, los bancos chipriotas, que habían comprado en el mercado secundario
títulos griegos a precio de saldo, creyendo hacer un buen negocio, se
encontraron al borde de la quiebra. En 2010, el «plan ayuda» sobre todo
permitió, e insistieron en ello Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, garantizar el
rescate de los bancos de los países centrales y sobre todo los bancos franceses
y alemanes.
Esos
préstamos estaban por supuesto condicionados a un plan de ajuste estructural que implicaba graves
retrocesos en los salarios y jubilaciones, sobre el derecho de negociación
colectiva, sobre las privatizaciones.
Activistas movilizanse por la anulación de la deuda de los países más pobres. |
Ese plan de ajuste
estructural, que supuestamente debía sanear las finanzas públicas, finalmente
condujo a la explosión de la deuda griega, que pasó del 113 % del PIB en 2009 al 185 %
actual, según las últimas cifras publicadas por el gobierno griego. ¿Cuál es su
explicación sobre eso?
ET - En 2012, mediante
un hábil juego de prestidigitación, se presentó a la opinión pública griega y
europea un plan de reestructuración que debía, decían en ese momento, aliviar
la deuda en un 50 %. Pero este alivio estaba ligado a nuevos préstamos
condicionados a los programas de la Troika, préstamos que aumentaron aún más el
peso de la deuda.
Era
una falsa anulación de deuda, una superchería que costó caro a algunas
estructuras públicas, a los bancos griegos y a las cajas de jubilación de la
función pública que habían comprado títulos. Fueron golpeadas con fuerza por la
reducción impuesta por esa reestructuración. Creo que esta deuda es, por lo
tanto, ilegítima, ya que fue contraída, en gran parte, para satisfacer los
intereses privados de los bancos extranjeros o de ciertos sectores griegos.
El
plan de ajuste estructural impuesto a Grecia es odioso, porque conduce a la
violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos griegos. Podríamos
demostrar que también es ilegal, en la medida en que el programa de 2010 no
respetó la Constitución griega. El parlamento no pudo deliberar, había sido
desposeído por el procedimiento del voto bloqueado.
Las
reglas europeas habían sido también burladas ya que el artículo 125 del Tratado
de Lisboa prohíbe a los Estados miembros responder a los compromisos de otro
Estado miembro. Si se ha violado el Tratado, entonces los préstamos en cuestión
son ilegales. En cuanto al FMI, también pisoteó sus propios estatutos que prevén
que esa institución financiera solamente puede conceder préstamos a un país si
ese préstamo hace sostenible el pago de su deuda. Ya está demostrado que ese no
fue el caso.
Así
que existen contundentes argumentos para protestar la deuda griega. El discurso
que culpabiliza a Grecia es mentiroso. Puesto que lo que está en juego no es en
realidad el pago de la deuda, si no la continuación de las políticas de ajuste
estructural, las privatizaciones, la precarización de los contratos de trabajo.
La deuda es un medio de chantaje para que se apliquen las brutales reformas
neoliberales.
Fuente:
Entrevista publicada en L’Humanité: http://www.humanite.fr/eric-toussai...
Traducción
para el español: Griselda Piñero
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