Pedro Echeverría V.
1. Marx y Engels, al concluir la
redacción de Manifiesto Comunista en 1848, escribieron la consigna: “Proletarios
de todos los países, uníos”; con esa frase declaraban su internacionalismo
combativo. Para Marx –aunque fue expulsado por sus escritos y actividades
políticas de algunos países- no existían fronteras geográficas y naturales
porque todas habían sido obras de conquistas, creadas por los hombres,
gobernantes y ejércitos más poderosos. A México le robaron por los EEUU más de
la mitad de su territorio en 1848, aunque cien años después nuestros braceros, emigrantes
y residentes (que llegan a más de 10 millones) comenzaron a ocupar esas tierras
nuevamente, pero ahora en condición de esclavos, sirvientes, explotados,
despreciados y perseguidos por el gobierno yanqui.
2. Marx trabajó con ideas
esencialmente, la libertad, igualdad, democracia, solidaridad,
internacionalismo y, aunque sabía que eran batallas difíciles de alcanzar, las
dejó como utopías realizables, es decir, buscando hacer posible lo que otros
consideran “imposible”. En el capitalismo todas se cumplen, pero en beneficio
de la clase dominante (gobernantes, empresarios, medios de información) y en
perjuicio de los trabajadores. ¿Alguien puede negar que en el capitalismo se
defienda la gran propiedad, la libertad para explotar, acumular enormes
riquezas, hacer los negocios que le plazca a la burguesía y también para que
mueran por pobreza y miseria millones de trabajadores? ¿Puede ser libre el
desempleado, el pobre que no tiene para comer, para divertirse, viajar o pagar
la renta?
3. El “internacionalismo proletario”,
que significa que los obreros y los trabajadores no tienen una sola patria y
por ello deben unirse a la lucha de todos los proletarios y explotados del mundo
contra el capitalismo universal, fue muerto por el nacionalismo de las burguesías
y sus partidos, por el individualismo y el egoísmo. En los momentos en que el
imperialismo mundial (en el último
cuarto del siglo XIX) se hace más claro, cuando los trabajadores del universo debían unir sus fuerzas para
luchar, la burguesía de cada país lanza el nacionalismo, el chovinismo de
defensa de la patria, para ganar voluntades e incluso lanzar a los pueblos a la
guerra para “defender a su nación”. Esta posición “nacionalista” llegó luego al
más cruel individualismo, al egoísmo y al ver exclusivamente por “mi familia”.
4. Como cualquier partido burgués o “individuo”,
cuyos principios básicos son actuar siempre para beneficio individual o
particular, cundió la idea de Stalin de “la
revolución en un solo país”, de la “revoluciones nacionales”, contra el
planteamiento de Marx de la “revolución ininterrumpida” y la “revolución
permanente” de Trotsky. Recuerdo que en
los sesenta y setenta aún hacíamos en el DF manifestaciones de repudio al
imperialismo en defensa de Vietnam, Cuba, invasiones de Panamá y República
Dominicana. Hoy, a pesar de contar con “partidazos electoreros de masas” como
PRD, Morena y demás, ninguna o cero manifestaciones de protesta contra las bárbaras
agresiones yanquis contra Venezuela, Argentina, Bolivia y a países árabes.
5. Las burguesías “nacionales” como
los gobiernos de México, Colombia, Israel, Inglaterra, aprovechan siempre
declarar sus apoyos a los gobiernos agresivos, a las invasiones yanquis para
demostrar su “internacionalismo”, demostrando con ello que están contra las
luchas de los pueblos. Los trabajadores mexicanos por el contrario: fanatizados,
aturdidos por los medios de información con banderas, himnos y futbol, sólo
protestan cuando sus equipos pierden y cuando les ofenden a su dios; olvidan
incluso que son explotados, miserables y sufren hambres henchidos de patriotismo
de gran nación. Por ello el planteamiento correcto de Marx de borrar las
fronteras y ser un “ciudadano del mundo” sólo es un ideal. La realidad enterró
las cabezas en la tierra.
6. Como casi en todo: mientras exista
el imperialismo yanqui y sus “adláteres” en casi todos los países, las “revoluciones
nacionales” difícilmente vivirán para servir a sus pueblos. Ha dolido
profundamente el bloqueo de más de 50 años contra el pueblo cubano; las
terribles y muy variadas intervenciones para evitar que se consolide la
revolución nicaragüense; el golpe de Estado contra Chávez y todo el boicot
contra el gobierno de Maduro; las acusaciones y bloqueos contra la economía del gobierno de Cristina Kirchner;
la continua agresión contra las medidas liberadoras del gobierno de Bolivia. ¿Por
qué los yanquis pueden invadir decenas de países, bombardearlos, destruirlos y el
mundo no puede aplicarle aquello de “ojo por ojo y diente por diente”?
7. El “internacionalismo proletario”
y la eliminación de fronteras entre países, resultó un planteamiento muy
avanzado por ello no ha dejado de ser un ideal como la igualdad, la libertad o
la solidaridad. Le quedó muy grande a los cientos de partidos comunistas del
mundo y a sus seguidores. Es posible que cuando el imperio yanqui se desplome
empujado por las luchas de nuestros pueblos, los poderosos países que lo
sustituyan no tengan ni el poder ni la ideología tan fascista para sustituirlo;
pero tampoco los pueblos se dejarían encarcelar por otro imperio. Lo más seguro
es que ese derrumbe sea aprovechado por los pueblos para hacer sus revoluciones
socialistas y para instaurar el verdadero internacionalismo que Marx adelantó.
(22/II/15)
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