Agencia Paco Urondo
Sentí
la necesidad de escribir esto, por la inmensa tristeza que me produce
que tantos (muchos compañeros de otras épocas) opinen sin saber de qué
se trata esta falsa y escandalosa denuncia de un fiscal como
AlbertoNisman; que nunca debió estar a cargo de la causa AMIA, porque
fue parte de los desastres -no ingenuos sino impuestos por otros desde
afuera- realizados por el juez Juan José Galeano.
Si desde la
misma noche del atentado EEUU e Israel determinaron que el acusado
debía ser Irán, sin haber investigado nada. Era imposible hacer una
investigación seria con semejante obstáculo.
Para recordar: EEUU
e Israel ofrecieron un "testigo" en 1994. Ya nadie recuerda que Galeano
salió disparado para Venezuela a interrogar al supuesto testigo
ManoucherMoattamed, que se presentaba como un ex funcionario iraní,
escapado de su país, algo que nunca fue y que nunca sucedió como se
demostró. Tanto gasto, tanta información falsa, transmitida con grandes
titulares. Era un testigo inventado por la CIA y el MOSSAD israelí,
pero que al poco tiempo quedó totalmente desacreditado por sus
mentiras, contradicciones y falsedades, después de crear también falsas
ilusiones a los familiares de las víctimas.
Ahora ¡qué poca
memoria tienen algunos!, que olvidaron que se montó un juicio sin una
sola línea de verdad. Un juicio escandaloso, acusando a unos y a otros,
y como testigo Telleldín, delincuente que se ocupaba de descalabrar o
luego vender autos robados. A quien Galeano, con aprobación de Rubén
Beraja entonces presidente de la DAIA, entregó 400 mil dólares -en la
cárcel donde estaba - para que mintiera y señalara a un iraní y a
otros; incluso policías locales que tendrían cuentas pendientes, pero
que como se demostró en el juicio oral nada que ver con este caso, y
debieron ser liberados.
Tantas y tantas mentiras - todo esto
consta en la justicia y se puede leer en los diarios de la época -
convirtieron al juicio en un desastre. A esto se agrega el robo de
pruebas, que precisamente no acusaban a Irán. Esa justicia, para
mantener la tesis de EEUU e Israel ha cometido tantos desatinos, que
lograron la detención en Londres del exembajador iraní en Argentina
HadiSoleimapour en 2004, por el que se pidió la extradición.
Cuando
la justicia británica solicitó las pruebas para dicha extradición, lo
que mandó Argentina -la "justicia argentina"- no contenía ninguna.
Porque no existen. Como resultado Londres debió pagar al funcionario
iraní casi 200 mil libras esterlinas de indemnización, por haber
detenido a este hombre, sin causa alguna. Está en todas partes. Estos
sí no son inventos. En un principio hasta Interpol por esos mismos
tiempos, devolvió un pedido de la justicia argentina, para una alerta
roja por falta de pruebas.
En los últimos tiempos -y después de
grandes cambios en ese organismo y presiones de los poderosos- se
impuso el alerta roja, pero pregunten por las pruebas. ¿Qué pruebas
mandó Nisman? Pregunten eso. Porque si esas pruebas son el alegato de
acusación a Irán que dio a conocer el fiscal el año anterior, es un
escándalo. Letra por letra toma lo que EEUU e Israel utilizan como
acusación, supuestos, medias verdades, prueba concreta ninguna.
Intentar utilizar este cruento atentado con tantas víctimas, acusando a
un determinado país al que quieren invadir desde hace tiempo, es tan
criminal como el atentado mismo.
Aunque se sigue actuando sin
pruebas concretas y se habla de un testigo C -por cierto también
entrevistado en el exterior y provisto por los mismos servicios - este
no ha podido entregar ninguna prueba.
Ningún país que se respete
en el mundo va a entregar funcionarios, acusados por la CIA y el MOSSAD
u otro servicio de inteligencia externo. Esos mismos servicios son los
que realizaron la siguiente acción en el último tiempo (para citar
alguna de las recientes): atacar a un barco de pacifistas que iba
llevando medicamentos y alimentos a Gaza, donde un pueblo sitiado
resiste permanentes bombardeos, intervenciones y matanzas. Ese barco
fue asaltado en aguas internacionales por fuerza especiales israelíes;
hubo 13 muertos y varios golpeados y torturados. La reciente difusión
de un resumen- sólo un resumen- de las torturas y crímenes cometidos
por la CIA, a la que hay que agregar servicios de inteligencia de los
países europeos en la OTAN, impiden a cualquier país del mundo entregar
a personas acusadas por estos servicios y sin prueba alguna. Esta no es
una toma de posición. Esto está en la carta de Naciones Unidas.
¿Por
qué el gobierno israelí no quiere que así como viajó la justicia
argentina a Venezuela y a Europa para interrogar testigos falsos, fuera
a tomar declaraciones a los acusados, en su propia tierra, en presencia
de comisiones de veedores internacionales imparciales, como garantía de
absoluta seriedad y respeto a la justicia?
El Memorándum (de
entendimiento entre Argentina e Irán para investigar el caso AMIA)
surge de un trabajo paciente diplomático como un extraordinario gesto,
que contribuye a la política internacional y a la solución pacífica de
conflictos. ¿Será que escuchar a estos acusados podría poner en escena
la verdad y no todo lo que se ocultó con presiones, dinero y demás en
los juicios que se intentaron aquí?
Pero cuando se investiga se
comprueba que todos los que han intervenido en atentados en el mundo,
están ligados a los servicios de inteligencia de los países que como
EEUU están decididos a controlar el mundo, con sus socios menores en
una gobernanza global. Países que bajo el mando de la OTAN -cuyas
acciones son ilegales y donde utilizan a miles y miles de mercenarios-
quieren quedarse con los grandes recursos naturales. Como fueron
mentiras las que utilizaron para invadir Afganistán, Irak o Libia; y
las que ahora usan para intentar invadir Siria.
Stella Calloni, periodista e investigadora social argentina. Autora entre otros libros de Operación Cóndor, pacto criminal.
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