RT
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.
Inspirados
en las protestas en contra del gobierno apoyadas por Estados Unidos en
Venezuela, la oligarquía de El Salvador se prepara para seguir la misma
estrategia.
Si los resultados electorales no le benefician, la
oposición venezolana respaldada por Estados Unidos casi siempre se
niega a reconocer el resultado de las elecciones justas en Venezuela.
Este es ahora también el caso en El Salvador. El partido de extrema
derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) de la oligarquía que
dirige el país está utilizando la misma estrategia que los oligarcas
venezolanos. Los dirigentes de ARENA se han negado a reconocer que
perdieron las elecciones presidenciales de 2014 y que ganó el Frente
Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN).
ARENA acusó al
FMLN de fraude antes de que se terminara de contabilizar todos votos y
afirmó que las elecciones eran fraudulentas. El candidato presidencial
de ARENA, Norman Noel Quijano González, prometió que ARENA no
permitiría “que se nos robe esta victoria como en Venezuela” a los
oponentes de los chavistas. Haciéndose eco del líder de la oposición
venezolano Henrique Capriles y su llamada Mesa de la Unidad Democrática
(MUD), ARENA ha afirmado estar “preparado para una guerra”.
Muchas
personas temieron por un momento que El Salvador, un país profundamente
polarizado, volviera a una situación de guerra civil. ARENA estaba
urgiendo al ejército salvadoreño a derrocar al gobierno de San Salvador
y permitir a su candidato tomar la presidencia.
Finalmente
ARENA se vio obligado a reconocer su derrota y al vicepresidente
Salvador Sánchez Cerén y a Oscar Ortíz respectivamente como presidente
electo y vicepresidente electo.
Según
el Tribunal Supremo Electoral de El Salvador Sánchez derrotó al
candidato de ARENA, Norman Quijano, por un escaso 0.22%. Obtuvo el
50.11% mientras que Quijano obtuvo del 49.89%.
Tuve el
privilegio de estar presente en El Salvador como observador
internacional y controlador electoral. Pude ver de cerca el proceso y
observar cómo se comportaban ambas partes. Controlé las elecciones
presidenciales del 2 de febrero de 2014; las elecciones de febrero se
convertirían en la primera ronda de las elecciones presidenciales ya
que Sánchez y Ortíz obtuvieron el 48.93% de los votos. Necesitaban al
menos el 50%% para ganar las elecciones sin necesidad de una segunda
vuelta, que tuvo lugar el 9 de marzo.
Como táctica, ARENA
trató de anular la mayor cantidad posible de votos durante la primera
vuelta. Un ejemplo es el caso de los votos en el extranjero que ARENA
había anulado por razones técnicas, ya que muchos votantes salvadoreños
habían enviado sus papeletas de la segunda vuelta en vez de las de la
primera. A pesar de que estaba clara la opción de voto de los votantes
en el extranjero, ARENA trabajó para que se anularan esos votos ya que
votaban preferentemente al FMLN.
Hay que señalar que ARENA
perdió las elecciones presidenciales en 2009 a pesar de haber hecho
trampa. Los observadores de esas elecciones relataron que alcaldes
salvadoreños de ARENA emitieron falsos carné de identidad salvadoreños
a ciudadanos extranjeros que fueron llevados a El Salvador en autobús
desde otros países de Centroamérica.
Los gringos no han perdido su influencia
El
gobierno estadounidense había apoyado ARENA durante las elecciones
presidenciales en 2004 y 2009. Antes, durante la guerra civil en la
década de 1980, el gobierno estadounidense había ayudado a mantener a
la oligarquía salvadoreña en el poder bajo una serie de regímenes no
democráticos. Washington incluso intervino directamente en El Salvador
con el Pentágono para luchar a favor de los oligarcas.
Sin
embargo, esta vez el gobierno estadounidense apoyó públicamente a
ARENA. El silencio de Washington durante la campaña de las elecciones
de 2014 era sospechoso y hablé de ello con varios altos cargos
salvadoreños y políticos del FMLN. Mientras me preparaba para las
elecciones en San Salvador unos colegas del contingente canadiense me
informaron de que William G. Walker, diplomático de carrera y
exembajador estadounidense en El Salvador entre 1988 y 1992 había
escrito un comprensivo artículo de opinión en el New York Times titulado, “Don’t Fear El Salvador’s Leftists.” [No teman a los izquierdistas de El Salvador]
Este
artículo de opinión de Walker de finales de enero de 2014 era un
mensaje preelectoral a los políticos y altos cargos estadounidenses en
la llamada periferia de Washington afirmando que no había necesidad de
alarmarse por una victoria del FMLN. “Los tambores de guerra
empezaron a principios de este mes cuando Elliott Abrams, que había
supervisado la política centroamericana del gobierno Reagan durante la
guerra civil de El Salvador, advirtió en The Washington Post del
peligro de” una victoria del vicepresidente Sánchez, señala Walker en su artículo del New York Times.
“Otros conservadores se han hecho eco de esta alarma. Está implícita la
amenaza de que si los salvadoreños hacen una elección equivocada,
Estados Unidos reducirá su apoyo”, escribía el exdiplomático hablando de la línea que habían adoptado Abrams y parte de la clase dirigente estadounidense.
Sin embargo, Walker disiente de Elliott Abrams en lo siguiente:
“De 1985 a 1988 trabajé estrechamente con Abrams en el Departamento de
Estado. Respeto su honestidad, pero creo que en este caso se equivoca”.
Hay
que hacer una pausa. Disculpe, ¿Elliott Abrams, honesto? Es el mismo
propagandista, el fundador del Project for the New American Century y
archineoconservador planificador de cómo apoderarse del mundo que ha
demostrado su deshonestidad a lo largo de toda su carrera. Es uno de
los canallas del conciliábulo de Bush II que mintió al mundo sin la
menor vergüenza sobre la existencia de armas de destrucción masiva en
Iraq para justificar la ilegal invasión de Bagdad en 2003. Ya estuviera
en Libia o Siria, presionó por la guerra en cada ocasión. Es un
defensor acérrimo del militarismo y del imperio que sigue fomentando la
beligerancia contra Irán y durante años has utilizado las opiniones de
Benjamin Netanyahu que afirman falsamente que Teherán está a punto de
conseguir una bomba nuclear. Ahora quiere que Estados Unidos y la OTAN
se enfrenten a Rusia por la crisis a fuego lento en Ucrania.
El
propio Walker está lejos de ser un santo. El hecho de que Walker
adoptara esta postura me hizo ponerme en estado de alerta. Después de
todo, él fue el alto cargo estadounidense que trabajó estrechamente con
el ejército salvadoreño y con los escuadrones de la muerte en San
Salvador en su guerra represiva contra un vasto sector de la población
y contra cualquier forma de disidencia salvadoreña, ya fuera pacífica o
de otro tipo.
Washington envió a Walker a El Salvador debido a
su pericia con el ejército y los escuadrones de la muerte. No solo fue
el alto cargo estadounidense implicado en la organización de los
escuadrones de la muerte y en coordinar la intervención militar en El
Salvador en su calidad de viceasistente del secretario de estado
estadounidense del gobierno Reagan, sino que fue fundamental para
proporcionar apoyo (junto con el caído en desgracia teniente coronel
Oliver North) a la insurrección de la contra traficante de coca apoyada
por al CIA en la vecina Nicaragua.
¿Les suena familiar?
Deberían sonarles. Para quienes no lo hayan pillado, el resultado de
las actividades de Walker en Nicaragua llevaron al escándalo del
Iran-Contra en el curso del cual la opinión pública estadounidense
descubrió las guerras sucias de su gobierno en las que estaba
implicados traficantes de narcóticos y de armas internacionales, y cómo
personas como Elliott Abram y sus amigos desobedecieron abiertamente la
Enmienda Boland que prohibía al gobierno estadounidense seguir
financiando el derrocamiento del gobierno nicaragüense por la
insurgencia contrarrevolucionaria. Incluso un informe de 1989 del
Comité Kerry (del nombre, lo han adivinado, del mentiroso trotamundos
John Kerry) afirmaba que miembros del Departamento de Estado
estadounidense “que proporcionaban apoyo a los contras estaban implicados en el tráfico de droga” . También sus amigos en Israel estuvieron implicado en el envío de armas a América Central.
Tratar de llegar a un acuerdo con Washington
Debido
a su implicación en el contrabando de armas, el narcotráfico y los
escuadrones de la muerte, finalmente se le dio un trabajo a Walker en
la escisión de la provincia serbia de Kósovo dominada por albanos,
donde las milicias del Ejército de Liberación de Kósovo estuvieron
implicadas en el contrabando de armas y el narcotráfico. Más tarde en
su carrera fue promovido a presidente de la Misión de Verificación de
Kósovo para la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa
(OSCE, por sus siglas en inglés).
El artículo de opinión de Walker en el New York Times continúa:
“Viajé a menudo a El Salvador por negocios. He visto gran parte del
país y el FMLN ha cambiado en los 22 años transcurridos desde el final
de la guerra en 1992. Creo que quienes difunden el miedo están anclados
en el pasado”
La cosa no quedó ahí. La postura de Walker
sobre el FMLN era un razonamiento para tranquilizar a los altos cargos
estadounidense acerca de una victoria del FMLN.
Lo gringos siguen teniendo un enorme control. Gane o no el FMLN, este ha trabajado para llegar a un acuerdo con Washington.
La
mayoría de las importaciones y exportaciones de El Salvador son de y
hacia Estados Unidos. Aparte del comercio, la economía salvadoreña es
fuertemente dependiente de las remesas enviadas por la población
salvadoreña que trabaja en Estados Unidos. Estas remesas ascienden a
aproximadamente el 17% de Producto Nacional Bruto de El Salvador.
Washington
también influye en la soberanía fiscal de El Salvador. Gracias a ARENA,
el dólar estadounidense es la moneda oficial.
Además, está la
estructura neoliberal de la economía salvadoreña. Se ha criticado al
FMLN a este respecto. Hay exmiembros del FMLN que acusan a sus escalas
superiores de constituir su plataforma de guerra civil.
¿El neoliberalismo garantizado por los “Amigos de Mauricio Funes” o por el FMLN?
El
sociólogo James Petras es uno de los críticos radicales del FMLN.
Petras, sociólogo marxista, calificó de una especie retroceso
ideológico el acuerdo de paz que llevó al FMLN a la política electoral
al transformarse de un movimiento de guerrilla en un partido político: “Cuando empezaron las negociaciones el
FMLN abandonó sus exigencias de desmantelar el ejército, de
expropiación de los principales intereses financieros, banqueros,
comerciales y mineros, y aceptó una ‘Comisión de la Verdad’ que
‘examinaría’ los crímenes de guerra, los asesinatos masivos de más de
75.000 civiles”, afirma Petras.
Para Petras y muchas
otras personas está claro que los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre
las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), que se
transformó en el FMLN, y la oligarquía salvadoreña dio la amnistía a
los viles criminales que estuvieron detrás del asesinatos de familias y
pueblos enteros de civiles inocentes.
Aunque fue un elección
dolorosa, personas fieles al FPL/FMLN lo explican de forma tajante
afirmando que el perdón fue una decisión estratégica. Muchas personas
fieles al FMLN y altos cargos de este consideraban que dar la amnistía
a miembros de los escuadrones de la muerte a los que había apoyado
Estados Unidos (muchos de los cuales eran ahora miembros y partidarios
de ARENA) era una manera de cerrar el círculo de violencia que se había
apoderado de América Central. Una exguerrillera del FPL me dijo que
nada le devolvería la vida a su marido, al que golpearon en la cabeza
60 veces con un punzón para el hielo; como ella ya ha visto suficiente
muerte y destrucción cree que el perdón es la mejor manera de
reconstruir su país y su sociedad.
A pesar de ello, existen contradicciones por todo El Salvador. Además, la corrupción sigue siendo un problema estructural.
Petras
tiene razón en lo que concierne al pragmatismo del FMLN y a la adopción
del neoliberalismo por parte de una sección de su dirigencia. En la
actualidad también hay discusiones prácticas e ideológicas en el seno
del FMLN acerca de ello.
Hay que recordar que hubo una guerra
civil atroz que creó problemas mientras que paralelamente había una
guerra de problemas socioeconómicos cada vez mayores. Ambas han dejado
sus marcas en la sociedad salvadoreña. Además, el FMLN tomó las riendas
del gobierno en un país que ya estaba profundamente afianzado tanto en
la órbita de Washington como en el paradigma neoliberal.
Esa
es la razón de que el FMLN fuera avanzando con prudencia. A
consecuencia de ello, los dirigentes del FMLN decidieron apoyar al
político independiente Mauricio Funes como su candidato presidencial en
2009. Funes no es miembro del FMLN, como con frecuencia se suele pensar
érroneamente fuera de América Latina.
Después de que el FMLN
ganara las elecciones presidenciales de 2009 el gobierno de El Salvador
se dividió entre Funes y el FMLN, y el vicepresidente Sánchez se vio
obligado a decir a la opinión pública que el FMLN no mantendría sus
promesas electorales.
Funes y sus asesores (llamados Amigos de
Mauricio Funes) controlaron cuestiones estratégicas, asuntos económicos
fundamentales y la secretaría de las reformas políticas, mientras que
el FMLN gestionó áreas como la sanidad, la educación y la seguridad. En
ese marco el FMLN no pudo implementar sus reformas económicas ni la
reestructuración política ni los cambios estratégicos que deseaban la
mayoría de sus partidarios.
Damian Alegría (José Mauricio
Rivera), actualmente un diputado alterno del FMLN en la Asamblea
Legisladora Salvadoreña y exguerrillero de alto nivel del FPL, me dijo
en varias ocasiones que el presidente Funes y sus asesores impidieron
que El Salvador reconociera a la República Popular de China. Esto solo
fue posible debido a un acuerdo al que llegó el FMLN con los
partidarios de Funes.
El FMLN está sobre una cuerda floja y
por ello el FMLN como partido en el gobierno tiene que actuar como un
trapecista. El resultado de esto es que el FMLN ha introducido la
planificación pública en el sistema neoliberal.
Los altos
cargos del FMLN han trabajado para crear servicios públicos e
infraestructuras vitales en El Salvador. Sin embargo, el FLMN está
tratando al mismo tiempo de no enfrentarse a Estados Unidos ni al
capital extranjero ni a la oligarquía salvadoreña. Así, el FMLN es
rehén de lo heredado. Si el FMLN se enfrenta a Estados Unidos, a los
negocios extranjeros o a la oligarquía salvadoreña, sus dirigentes
temen que lleven la economía al colapso desde fuera y que ARENA
restablezca la guerra civil.
Continúan abiertas las
explotadoras maquiladoras en manos de extranjeros, que pagan bajos
salarios y explotan rutinariamente a los trabajadores de la industria
de confección. Sin embargo, ahora hay servicios médicos gratuitos y se
proporciona a las escuelas infantiles leche (en el programa “un vaso de leche ” )
y zapatos. También se le ha subido el sueldo a los maestros y en
general a todo el sector público. Clínicas gratuitas ambulantes
diagnostican a los pacientes y les proporcionan los medicamentos
prescritos sin coste para los usuarios.
Oligarcas y Monsanto frente a FMLN
Sin
restar importancia a las críticas al FMLN, sin embardo también se han
dado grandes pasos adelante. Por supuesto, no son lo que querían muchos
exguerrilleros del FPL y los partidarios del FMLN. Aunque los cambios
en El Salvador bajo el FMLN no hayan ido lo suficientemente lejos en la
reestructuración del país, hay que reconocerlos.
Cuando el
FMLN fue elegido para formar gobierno existían muchos monopolios
injustos de negocios privados y ARENA había privatizado casi todas las
infraestructuras del Estado. ARENA había establecido leyes de monopolio
para proteger los intereses de los negocios de la oligarquía. Era
ilegal y casi imposible comprar medicamentos a cualquiera que no fuera
Alfredo Cristiani, el oligarca de ARENA que había sido presidente de El
Salvador. Cristiani utilizaba su monopolio privado de las medicinas
para cobrar precios excesivos a los salvadoreños y además vender con
impunidad medicamentos en malas condiciones y caducados. Por medio de
un monopolio legalizado apoyado por ARENA el corrupto Cristiani hizo lo
mismo con los fertilizantes que venía a precios excesivos, los
mortíferos pesticidas químicos vinculados a Monsanto y otros productos
agrícolas.
El profesor Adrian Bergmann, un noruego que fue
nombrado miembro del equipo de transición del presidente Funes en 2009,
me dijo que el crimen organizado en El Salvador también giraba en torno
a Alfredo Cristiani. A pesar de ello, ARENA trata de culpar al FMLN de
todos los crímenes en El Salvador.
Algunas personas en El
Salvador lo olvidan o prentenden no saber nada de esto. En unos grupos
de discusión con los estudiantes universitarios quedó claro que una de
las principales razones de ello es la influencia que la oligarquía de
ARENA tiene sobre los medios de comunicación.
La lección debería ser diversificar las fuentes de información, por ejemplo, esta página web, Question more.
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