Los madereros, mineros y agricultores han violado agresivamentelos derechos de los pueblos originarios a la autodeterminación, al aislamiento y a la tierra…
a veces con el respaldo explícito del gobierno de Bolsonaro. Recuerdan que una de las primeras medidas del ultraderechista fue suprimir las protecciones ambientales en la región, vitales para la supervivencia de los pueblos originarios. La deforestación ha aumentado un 34 por ciento desde 2018, pero en tierras indígenas ha alcanzado un 80 por ciento, subrayan. Puntualizan que seis partidos políticos han denunciado esta emergencia en el Tribunal Supremo.
Añaden que según el derecho internacional el delito de genocidio requiere la intención de destruir, total o parcialmente
un grupo basado en su nacionalidad, etnia, raza o religión. Aunque a menudo implica matanzas explícitas, también puede incluir causar daños graves a una población y destruir su forma de vida
.
Como expertos en la prevención de atrocidades masivas y los derechos indígenas, continúan: Hemos observado con alarma
cómo Brasil mostraba señales de que este último tipo de genocidio estaba en marcha. Los factores de riesgo y las señales de advertencia pueden estar latentes durante años en un país, es un proceso. “Ahora el Covid-19, que está matando a cientos de personas indígenas, podría ser la puntilla… la ‘chispa’ que conduzca a una mortandad masiva
. Por su parte, el contagiado Bolsonaro vetó disposiciones sustantivas de una ley para atenuar la vulnerabilidad de los indígenas al nuevo coronavirus, pese a que ya afecta a 10 mil 341 y 408 han muerto según cifras conservadoras. Los originarios están a horas por agua o aire del médico más cercano, su sistema inmune es deficiente y es casi imposible que mantengan el distanciamiento social, reportan organizaciones indígenas.
Twitter: @aguerraguerra
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