Acusaciones infundadas, responde Maikel Moreno
▲ Voluntarios de una ONG enseñan a residentes de un barrio en Caracas
cómo lavarse las manos para evitar contagios del nuevo coronavirus.
Washington. El gobierno estadunidense ofreció ayer una
recompensa de 5 millones de dólares por información que conduzca al
arresto del presidente del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela,
Maikel Moreno, luego de acusar al magistrado de aceptar sobornos,
informó el secretario de Estado, Mike Pompeo.
A su vez, Moreno calificó de
cobardes e infundadaslas acusaciones emitidas por Pompeo.
El presidente del máximo tribunal de Venezuela respondió en un
comunicado, en el cual recalcó que seguirá trabajando para ofrecer
un servicio eficiente y eficaz que garantice el acceso a la justicia y el debido procesoa los ciudadanos.
Subrayó, además, que ese ente judicial es autónomo, se debe a la
Constitución, las leyes y al pueblo, y no acepta tutelaje alguno de
ningún gobierno extranjero.
Pompeo, en tanto, indicó que Moreno y su esposa fueron incluidos en
la lista de personas sancionadas por el gobierno de Estados Unidos
debido a su participación en el
crimen organizado trasnacional.
El jefe de la diplomacia estadunidense afirmó que el funcionario
venezolano obtuvo dinero y propiedades producto de sobornos para influir
en el resultado de casos civiles y penales en su país.
Moreno enfrenta una demanda federal interpuesta el 12 de marzo de este año en Florida, por
lavado de dinero asociado con esos sobornos.
Pompeo recordó además que en mayo de 2017 el presidente del Tribunal Supremo de Venezuela fue incluido en la lista de
ciudadanos especialmente designados, de acuerdo con la orden ejecutiva 13692 relacionada al país petrolero.
Moreno y su esposa no podrán ingresar a Estados Unidos por tiempo indefinido, afirmó Pompeo.
En tanto, el embajador de Venezuela ante la Organización de Naciones
Unidas, Samuel Moncada, aseguró que Estados Unidos utiliza la pandemia
para asfixiar a su país, y luego hacer ver que es uno de los principales
donantes en el mundo para combatir el Covid-19.
Genocidas usan pandemia para asfixiar a venezolanos y al mismo tiempo se presentan como donantes humanitarios. Critican acciones contra el Covid-19 como si el presidente Donald Trump fuera ejemplo a seguir en el mundo, están al servicio de una ideología racista contraria a la vida de los pueblos, tuiteó Moncada.
El embajador se refirió a una videoconferencia que sostuvieron el
enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams; el de
Irán, Brian Hook, y la ex aseora de Trump, Nadia Shadlow, en la cual
conversaron sobre el manejo de los gobiernos de Caracas y Teherán frente
a la pandemia de Covid-19 en sus países.
Moncada acusó a Abrams y Hook de fabricar campañas contra Venezuela e
Irán para hacer ver a ambos países como responsables de la propagación
del coronavirus en sus naciones.
El pasado 14 de julio, el presidente venezolano, Nicolás Maduro,
denunció que Abrams financia una campaña de radio, televisión y redes
sociales contra Venezuela y la revolución bolivariana.
El jefe de Estado indicó que Estados Unidos utiliza medios de
comunicación internacional y redes sociales para arremeter contra su
país en medio de la pandemia del Covid-19.
Abrams anunció el 10 de julio que Washington planea la puesta en
marcha de una campaña en medios de comunicación con el fin de justificar
una intervención en territorio venezolano.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, recomendó a los países bálticos
sacar las manos de su país, luego de que emitieron un comunicado para expresar su respaldo a un
gobierno de transición.
“¿Lituania, Letonia y Estonia? Con todo respeto. ¿Sabrán ubicar a
Venezuela en un mapa? ¿Habrán revisado antes el derecho internacional o
el constitucional venezolano? ¿Es tan sólo un trámite exigido por
Washington? Recomendación: Hands off Venezuela (manos fuera de Venezuela)”, tuiteó Arreaza.
Arreaza reaccionó al comunicado conjunto de Lituania, Letonia y
Estonia en el que piden elecciones presidenciales para Venezuela.
Foto Ap
Sputnik y prensa latina
Periódico La Jornada
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