Enfrentará a la
izquierda radical
Reanuda las ruedas de prensa en la Casa Blanca para informar sobre el
virus chino
▲ El presidente Donald Trump reapareció ayer para hablar con la prensa
sobre la pandemia del Covid-19, aunque esta vez no se presentó rodeado
de los expertos en salud pública.Foto Afp
▲ Madres de familia de Portland salieron a manifestarse el lunes, en
rechazo a las detenciones que fuerzas federales realizaron durante las
protestas de jóvenes contra el racismo.
Nueva York. Al hundirse en las encuestas, Donald Trump busca proyectarse como el guardián de
la ley y el ordenpara enfrentar una
izquierda radicalque amenaza con llevar el país a la
anarquía, mientras reapareció –tras una larga ausencia– como el comandante en jefe contra el
virus chino, el cual, reconoció por primera vez, podría empeorar en el corto plazo.
Ante un deterioro constante de su aprobación y una creciente ventaja
de su contrincante demócrata Joe Biden (en las últimas seis encuestas
nacionales, con un promedio de 12 puntos), Trump está apostando a que
sus ataques contra la
amenazade
anarquistasy otros que
odian a nuestro país, quienes, acusa, están detrás de los políticos demócratas, lograrán rescatar su relección.
Su amenaza de enviar fuerzas federales ahora a Chicago y después a
otras ciudades como Nueva York, Oakland y Detroit para operaciones de
represión parecidas a las realizadas en Portland, Oregon, durante los
últimos días, sigue detonando denuncias por lo que señalan son maniobras
antidemocráticas.
El diputado federal Raúl Grijalva declaró que “estos abusos de poder
son las acciones de un dictador inseguro, no de un presidente. El uso de
policía secreta para imponer ‘orden’ es inconstitucional, peligroso y
una violación seria de los derechos civiles”. El senador Bernie Sanders
reiteró:
así es como se ve un Estado policiaco, y alertó que el presidente procede en
una dirección autoritaria.
Su apuesta electoral de presentar un país en caos y sin protección
para los ciudadanos blancos también se expresa mediante sus anuncios de
campaña por televisión y redes sociales. En uno, un delincuente entra al
hogar de una mujer blanca de la tercera edad y es atacada sin lograr
comunicarse con la policía, como resultado de recortes presupuestales
para la seguridad pública.
Por otro lado, el presidente retomó su viejo ataque contra
expresiones de protesta por atletas profesionales en encuentros
deportivos. En un tuit declaró que espera con gusto la reanudación de
partidos en vivo, pero señaló que
en el momento que vea a un jugador hincándose durante el himno nacional, una gran falta de respeto para nuestro país y nuestra bandera, para mí, ahí acabó el partido.
Pero Trump enfrenta un problema: el movimiento social de protesta
contra el racismo sistémico –el cual es ahora el más grande en la
historia del país– cuenta con la aprobación de una amplia mayoría de la
población. Un 63 por ciento de estadunidenses afirma que lo apoya en la
encuesta del Washington Post/ABC News presentada esta semana.
Estrategas electorales, incluso algunos republicanos, cuestionan si
este enfoque logrará distraer de la pandemia, y de éstos indicó al New York Times que más estadunidenses han muerto en los últimos tres meses que en cualquier otro periodo de tres meses en la historia del país.
Tal vez por ello, Trump reapareció ante el podio en la Casa Blanca
para reiniciar las sesiones informativas diarias sobre la pandemia que
había suspendido hace un par de meses. Pero esta vez se presentó solo,
sin los expertos en salud pública, incluyendo el principal especialista
del gobierno sobre enfermedad infecciosa, Anthony Fauci, quien tampoco
ha sido invitado a consultar con el presidente.
La decisión es obviamente electoral, fue tomada sólo después de que
los sondeos registran que una mayoría reprueba su manejo de la pandemia,
a poco más de tres meses de la elección presidencial.
Trump declaró que la pandemia
probable y desafortunadamente, empeorará antes de mejorar, tal vez es la primera vez que reconoce públicamente la realidad que había rechazado desde los primeros días de la emergencia de salud en un país que registró más de mil muertes este martes.
Pero ofreció un informe optimista a pesar de los hechos:
Las cosas estarán cada vez mejor, enfatizó, y acusó una vez más a China por dejar
escaparal virus y contagiar al mundo.
Después de meses de burlarse del uso de cubrebocas y otras
recomendaciones de los expertos, Trump ahora está recomendando su uso
cuando no se pueda mantener la sana distancia.
Aseguró que una vacuna estará lista en
tiempo récordpara
derrotar al virus. Insistió en que su gobierno logró
salvar millones de vidascon sus medidas al hacer una labor
mucho mejor que otrosen el mundo, señalando que México
ha sido golpeado muy duramente.
Sin embargo, los datos registran un descontrol del contagio en varias
regiones con casi 3.9 millones afectados y más de 141 mil muertos a
escala nacional, confirmándose como el país más golpeado por el Covid-19
en el mundo y el resultado del manejo político inepto. Y esas cifras no
lo dicen todo: ayer el Centro de Control de Enfermedades (CDC) calculó
que el número real de los contagiados por Covid en Estados Unidos en
unas 10 regiones podría ser de entre dos a 13 veces más altos que los
reportados.
Por cierto, una investigación encabezada por el ex director de la
CDC, Tom Frieden, presentada ayer concluyó que en Estados Unidos
por la falta de liderazgo nacional, no tenemos normas, definiciones, objetivos o rendimiento de cuentas comunes, y como resultado, a pesar de
un tsunamide datos, el país
está volando ciego sobre el riesgo y efectividad actual de la respuesta.
Al presentar el informe, Frieden señaló que con 4 por ciento de la
población mundial, el país tiene un 25 por ciento de todas las
fatalidades reportadas como resultado del Covid-19 en el mundo.
Joe Biden, el contrincante demócrata de Trump, declaró que el magnate ha
fracasado en su prueba más importante como un presidente estadunidense: el deber de cuidar... a todos nosotros.
Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes y la
demócrata más poderosa en Washington, en respuesta al repetido uso de la
frase racista
virus chinousado por el presidente para referirse al Covid-19, ahora se refiere a la enfermedad como
el virus Trump.
Foto Ap
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
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