Entrevista a Kelli Mafort, dirigente del MST de Brasil
Contexto (Argentina)
En el marco de la
campaña de denuncia internacional sobre el arbitrario e ilegal
encarcelamiento que sufre el expresidente de Brasil, Luiz Inácio “Lula”
da Silva, la dirigente del Movimiento Sin Tierra (MST), Kelli Mafort,
dialogó con Contexto sobre la profunda crisis democrática que vive el gigante sudamericano.
Hector Bernardo.- ¿Qué lectura hace el MST del encarcelamiento de Lula?
Kelli Mafort.- Es
una parte más del plan articulado del golpe que empezó con el
impeachment de Dilma Rousseff. Es un golpe contra los trabajadores y las
trabajadoras y que tiene como intención apropiarse de las riquezas
naturales del Brasil: la tierra, el agua, el petróleo, etcétera. Con la
prisión de Lula, este golpe llega a una de sus fases más duras. El poder
judicial encarceló a un líder político sin ningún tipo de prueba en su
contra. Se trata de un ciudadano inocente que está en prisión
injustamente. Por eso sostenemos que Lula es un preso político y eso
deja en evidencia que en este momento no hay democracia en Brasil.
Hector Bernardo.- ¿La sociedad brasileña en general también sabe que Lula es un preso político?
Kelli Mafort.- En
Brasil la sociedad se está expresando de distintas formas para repudiar
esta injusticia. La militancia, los movimientos políticos, están
haciendo movilizaciones, se instalaron distintos campamentos para pedir
la libertad de Lula. El resto de la población también ha manifestado su
indignación frente a esta arbitrariedad. Tanto es así que todas las
encuestas muestran que, aún encarcelado, Lula sigue dominando la
intención de voto para las elecciones presidenciales.
"Hoy Lula representa a toda la clase obrera. Hoy Lula es un símbolo que ha unificado a todos los sectores populares por la lucha en defensa de la democracia"
Hector Bernardo.- ¿Por qué hay sectores que fueron críticos de Lula y Dilma pero hoy se han sumado al reclamo por la libertad del líder del PT?
Kelli Mafort.- Las
críticas a los gobiernos de Lula y Dilma que han hecho los movimientos
sociales siguen firmes. Pero ahora lo que está en disputa no es la
candidatura de Lula, sino la democracia en Brasil. Es por eso que todos
los movimientos de izquierda, los movimientos populares, más allá de que
hayan sido y sigan siendo críticos, entienden que hoy Lula está por
encima de su partido, por encima del PT. Hoy Lula representa a toda la
clase obrera. Hoy Lula es un símbolo que ha unificado a todos los
sectores populares por la lucha en defensa de la democracia y por los
derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
“También hay que reflexionar que esto que ocurre hoy en Brasil puede pasar mañana en Argentina y en tantos otros países”
Hector Bernardo.- ¿Cómo se puede enfrentar a los grandes grupos mediáticos que han decidido demonizar a los líderes populares?
Kelli Mafort.- La
Rede Globo es el principal medio de difusión de las ideas del golpe.
Los grandes medios están estrechamente vinculados a las empresas de
agronegocios y a todos los grandes empresarios. Por eso sirven a esos
intereses. Hay que romper el monopolio de los medios para poder
democratizar la comunicación. En este momento, los medios alternativos
cumplen un rol fundamental para movilizar y para hacer un contrapunto
con todo lo que está pasando. Este es un momento muy duro en la historia
de Brasil, pero también es un momento con mucha potencialidad, porque
hay muchas contradicciones en la derecha y en un poder judicial que
actuó de manera tan parcial que llegó a la situación extrema de
encarcelar a un ciudadano inocente, como es Lula da Silva.
Hector Bernardo.- En
este marco de lucha ¿cuál es la importancia de la solidaridad
internacional y de las campañas que se realizan en el exterior para
reclamar la libertad de Lula?
Kelli Mafort.- Es
fundamental. Hay que tener claro que esto no es una cuestión que
solamente afecta a Brasil. Si bien en cada país los procesos son
distintos, es evidente que los gobiernos populares de la región están
siendo atacados duramente. En el marco de la crisis estructural del
capital, las grandes empresas quieren disminuir el margen de conquistas y
derechos adquiridos por los trabajadores y las trabajadoras. La lucha
no pasa solamente por la solidaridad, que es muy importante. También hay
que reflexionar que esto que ocurre hoy en Brasil puede pasar mañana en
Argentina y en tantos otros países. Hay que reflexionar sobre cómo esta
situación tiene consecuencias en toda la región.
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