Página 12
La democracia parece
asfixiar a la derecha latinoamericana. Mientras ésta solo disponga de un
proyecto profundamente antisocial, no podrá someterse a la disputa
democrática abierta, porque no tiene cómo conquistar a la mayoría de la
población.
A su vez, la izquierda está profundamente comprometida con
la democracia, no tiene miedo a la disputa libre entre su proyecto y el
de la derecha. La ofensiva conservadora en Latinoamérica revela, cada
vez mas, cómo la derecha busca estrechar o incluso liquidar totalmente
los espacios democráticos, sea para enquistarse en el poder, sea para
llegar al poder por vías no democráticas.
Esa ofensiva solo
confirma cómo la derecha latinoamericana no tiene compromiso con la
democracia, mientras que es la izquierda la que nace, se desarrolla y
gobierna por medios democráticos, y la que pelea democráticamente por
seguir gobernando o por volver a hacerlo. Quien crea que la vía
democrática se ha agotado es un iluso. Incluso porque la vía
insurreccional sería camino a la derrota y la catástrofe para la
izquierda, como el caso colombiano lo demuestra.
Lo que se agota
es el compromiso de la derecha con la democracia. La estrategia híbrida,
la nueva vía de acción del imperialismo, representa un sabotaje desde
adentro de los sistemas democráticos. Valiéndose del monopolio de los
medios, del financiamiento privado de campañas electorales, de un
Judiciario adherido al affaire y a la judicialización de la política, se
ha montado una estrategia de persecución judicial, policial y mediática
de las fuerzas populares y de sus líderes, única vía posible de acceso o
perpetuación de la derecha en el gobierno.
La pelea por la
democratización está en la esencia de la estrategia de la izquierda. La
izquierda solo puede llegar al gobierno por el convencimiento de la
mayoría de la población. Solo puede gobernar contando con esa mayoría.
Aún
cuando lo que se instala ya no es más un régimen de excepción, sino un
Estado de excepción, que cierra todos los espacios legales, la izquierda
no podría abandonar la lucha democrática. Tendría que aunar formas
distintas de lucha, pero manteniendo el objetivo de abrir espacios
democráticos, que son donde los movimientos populares pueden organizarse
y desplegar todas sus formas de lucha.
El cambio radical en la
correlación de fuerzas internacional con el fin del período de dos
superpotencias, dando paso al período de una sola superpotencia, implicó
también un cambio radical en la correlación de fuerzas en el plano
militar. Por ello es que los movimientos guerrilleros en El Salvador y
en Guatemala han reciclado sus formas de lucha para el plano legal e
institucional, porque el triunfo por la vía miliar ya no sería posible.
El
retraso de esa conversión en Colombia ha generado condiciones más
desfavorables para los acuerdos de paz. Y una reconversión mucho más
difícil para los movimientos guerrilleros.
Las condiciones de
lucha se vuelven mas difíciles cuando la derecha se vale del sistema
político para corromperlo desde adentro. Cuenta con errores de la
izquierda, desde luego. Entre ellos, el no haberse planteado la
democratización del Judiciario - tarea que Bolivia desarrolla con gran
coraje. Así como el no haber sido capaz de democratizar a los medios.
Pero
lo que ha afectado mas profundamente a la izquierda y la ha llevado, en
algunos países, a derrotas graves, es el haber perdido la disputa por
el dominio de la agenda nacional. Después de haber convencido a la
mayoría de los países que la cuestión social, la de la desigualdad
social, la de la exclusión social, la de del hambre y la de la miseria,
son esenciales en el continente mas desigual del mundo, esa agenda ha
sufrido un cambio, víctima de una campaña mediática monstruosa, que ha
impuesto sus temas: la corrupción y los supuestos gastos excesivos del
Estado. Fue ese viraje el que ha posibilitado a la derecha recuperar
iniciativa, quebrar la hegemonía de la izquierda y retomar sus proyectos
neoliberales.
Se ha valido de la falta de democracia: en los
medios, en la judicatura, en el financiamiento de las campañas
electorales. Le toca a la izquierda no abandonar la vía democrática, que
es su oxígeno esencial, sino profundizar la pelea por la democracia,
renovarla, ensancharla. Porque el camino de la izquierda es la
democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario