Semanario Voces
En la Agrupación
Nacional de Gobierno del Frente Amplio (FA), realizada el 5 de mayo, se
discutió abiertamente sobre la conveniencia de que el MERCOSUR mantenga o
sustituya la Resolución 32/00: “el compromiso de los Estados Partes del
MERCOSUR de negociar en forma conjunta acuerdos de naturaleza comercial
con terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se
otorguen preferencias arancelarias ” .
Mientras se procesaba ese
imprescindible debate el gobierno uruguayo ya había presentado una
propuesta al Mercosur (ver recuadro), para posibilitar que se puedan
firmar Tratados de Libre Comercio bilaterales o plurilaterales al margen
de la posición de los demás países miembros.
La disputa por la inserción internacional
El canciller Rodolfo Nin Novoa fundamentó su posición favorable a la
flexibilización del Mercosur sosteniendo que existen grandes
dificultades comerciales dentro del bloque y que es fundamental para el
actual gobierno superar esa situación y diversificar los mercados a
través de la firma de múltiples TLC, entre otros, con la Alianza del
Pacífico. Afirmó, además, que está estrategia se inscribe en los
postulados del programa del FA. Lo que, a nuestro entender, solo puede
sostenerse por la ambigüedad de algunos párrafos del programa, dado que
el enfoque global claramente reafirma la posición histórica del FA a
favor del Mercosur y la negociación grupal.
La posición
contraria a la línea expresada por el canciller fue presentada en un
documento denominado “Inserción Internacional del Uruguay” elaborado por
el Movimiento de Participación Popular, Casa Grande, el Partido
Comunista, Compromiso Frenteamplista y el Partido por la Victoria del
Pueblo.
Dichas organizaciones reconocen las dificultades del Mercosur pero sostienen, con base en el programa del FA, que: “La
inserción del Uruguay en el mundo será impulsada desde la plataforma
MERCOSUR. Por ello, se fomentará una agenda externa común del bloque,
consolidando y fortaleciendo las Instituciones Regionales. (…) La
construcción de posiciones en el marco de instituciones regionales
potencia nuestra soberanía y nos permite tener una actuación más
contundente en los espacios multilaterales y en los foros globales.”
En el documento de las cinco fuerzas se sostiene que “Como Presidencia
Pro-Témpore del bloque, Uruguay ha planteado la necesidad de
“flexibilizar” al MERCOSUR, por la vía de habilitar las negociaciones
comerciales unilaterales de sus miembros con terceros países. Lo que se
flexibiliza en este caso es la forma de “negociación en bloque” y se
propone que la misma sea llevada adelante por un negociador, similar a
como se da en la Unión Europea. La presidencia pro témpore del bloque ya
no conducirá las negociaciones comerciales.”
Cabe suponer que
se estaría aludiendo en dicho párrafo al contenido de la propuesta
presentada por Uruguay al Mercosur el cual marca una posición del Poder
Ejecutivo que no habría sido discutido por los organismos de la fuerza
política ni por la bancada parlamentaria. Más aún, parecería que dicho documento sigue siendo un material reservado o secreto, por lo cual no expresa ni representa la opinión global del Frente Amplio.
Consecuentes con la posición que ya hemos sostenido en otras instancias
rechazamos la resolución de temas tan fundamentales y controvertidos en
secreto. Por lo cual presentamos la información de que disponemos y
exigimos un debate abierto donde participen todos los sectores sociales,
económicos y políticos de nuestro país. Sí se aprueba en el Mercosur la
propuesta del Poder Ejecutivo uruguayo, la misma no sería discutida por
el parlamento dado que en el artículo 10 (ver recuadro) se afirma que
este tema - que rompe la unidad del Mercosur en las negociaciones con
terceros países- no requiere aprobación parlamentaria.
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Principales artículos de la propuesta presentada por el gobierno uruguayo
Art. 2.- Uno o más Estados Partes podrán proponer al Grupo Mercado
Común iniciar negociaciones de nuevos acuerdos comerciales con terceros
países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se otorguen
preferencias arancelarias, así como proponer negociar nuevas
preferencias comerciales en acuerdos vigentes.
Art. 3.- El CMC deberá expedirse sobre el inicio de las negociaciones en la siguiente reunión ordinaria.
Art. 4.- El GMC podrá autorizar a uno o más Estados Partes a participar
como observadores de las negociaciones referidas al artículo 2.
Art. 6.- En el caso que no sea posible iniciar negociaciones de
conformidad con lo establecido en los artículos 1 a 3, uno o más Estados
Partes podrán iniciar negociaciones de acuerdos comerciales con
terceros países o agrupaciones de países extrazona en los cuales se
otorguen preferencias arancelarias.
En este caso los Estados Partes deberán iniciar las negociaciones respetando las siguientes condiciones:
- Informar al GMC del inicio de las negociaciones brindando, nuevamente, las oportunidades para que aquellos que están interesados puedan participar.
- Mantener informado al GMC acerca de la evolución y progreso de las mismas en el marco de los principios de transparencia y solidaridad.
- No vulnerar las sensibilidades comerciales presentadas por los otros Estados Partes del Mercosur en ocasión de la elaboración de la o las ofertas.
Art. 7.- El o los Estados Partes que
participen de las negociaciones a que se refiere el artículo 6,
brindaran oportunidades adecuadas a los Estados Partes interesados para
que se incorporen a las negociaciones en curso o adhieran a los acuerdos
comerciales negociados.
Art. 10.- Esta Decisión no necesita
ser incorporada al ordenamiento jurídico de los Estados Partes, por
reglamentar aspectos de la organización del funcionamiento del MERCOSUR.
(1)
Algunos argumentos contra la flexibilización
Del documento presentado por los cinco grupos, a favor de mantener la
resolución 32/00, hemos extraído algunos conceptos totalmente
compartibles e incorporado algunos elementos con el objetivo de destacar
siete argumentos fundamentales para oponerse a la flexibilización y los
múltiples TLC.
- Uno, la premisa de que se lograran un número importante de acuerdos favorables al país no está demostrada.
- Dos, no existen razones para que los países con mayor potencial
económico prefieran negociar con Uruguay, un mercado similar en
habitantes a un barrio de San Pablo, y no con las grandes economías del
bloque.
- Tres, no habiendo razones de mercado que justifiquen
un acuerdo con Uruguay, la flexibilización solo podrá ser utilizada por
aquellos países que busquen fragmentar el Mercosur y debilitar el poder
de negociación que la unidad del bloque representa.
- Cuatro,
las normas sobre propiedad intelectual, compras gubernamentales,
competencia de nuestras empresas públicas con las transnacionales,
restricción de derechos laborales y medioambientales que exigen los
nuevos TLC son absolutamente lesivos para el desarrollo productivo y la
soberanía nacional.
- Cinco, los tratados de libre comercio
bilaterales y plurilaterales, al igual que los tratados de protección
recíproca de inversiones obligan a que la resolución de la demandas de
las empresas transnacionales contra los Estados sean resueltas en
organismos como el CIADI (centro de resolución de controversias del
Banco Mundial).
- Seis, la capacidad de negociación del país
fuera del Mercosur será insignificante, con el agravante de que en la
nueva situación regional los gobiernos de Argentina y Brasil quedaran
liberados para firmar acuerdos que nos dejen como furgón de cola de sus
políticas y/o perder mercados que actualmente tiene el país.
-
Siete, si bien existe un cambio significativo en la correlación de
fuerzas el Mercosur sigue siendo el único espacio para intentar avanzar
hacia la complementariedad productiva, el reconocimiento de asimetrías,
la eliminación de trabas comerciales arbitrarias y garantizar el
cumplimiento de los acuerdos y la resolución de conflictos.
En conclusión:
nuevamente la inserción internacional está en disputa, al igual que
cuando se impulsó un TLC con Estados Unidos (2006-2007) o cuando se
ingresó al TISA (2014-2015). Proyectos, ambos, de inserción subordinadas
al capital transnacional que fueron frenados por el posicionamiento del
movimiento sindical, organizaciones sociales, la Universidad de la
República y la mayoría de las fuerzas políticas del Frente Amplio.
Antonio Elías. Master en Economía, docente universitario, miembro de la REDIU y Director de INESUR
(1) El documento completo se encuentra en http://www.rediu.org/propuesta-del-gobierno-uruguayo-al-mercosur/
Publicado en el Semanario “Voces”, Montevideo, el 12 de mayo de 2016.
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