El exvicepresidente venezolano advirtió de que
dentro del Parlamento persiste un sector “radical y aventurero” que
viene del golpismo y podría conducir el país a la violencia.
"Sector
radical, aventurero, que viene de las experiencias golpistas y
terroristas tipo 11 abril (de 2002), paro petrolero y Guariba (...)
apuestan no a la solución de problemas que afectan al pueblo en general,
sino a los intereses que los mueven, que no son otros que (...) se
interrumpa el proceso constitucional y democrático y meter al país por
la senda oscura de la aventura que conduce inevitablemente a la
violencia", alertó el domingo el exvicepresidente venezolano José Vicente Rangel.Durante su programa semanal, Rangel adujo que las contradicciones de la mayoría circunstancial de la derecha en la Asamblea Nacional (AN) evidencian que la oposición intenta llevar al país a la violencia y a la desestabilización.
Según el exvicepresidente, la contradicción de la derecha es obvia cuando, por una parte, los dirigentes de la autodenominada Mesa de Unidad Democrática (MUD) rechazan el decreto de emergencia económica que entregó a la AN el Jefe de Estado Nicolas Maduro, pero, por otra, dicen estar interesados en políticas concertadas para hacer frente a la crisis del país.
Por otra parte, aludiendo a las declaraciones de los legisladores derechistas nada más llegar a la AN en diciembre de 2015 sobre derrocar en un plazo de seis meses al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, Rangel denunció que la oposición, solo interesada en confrontar al actual Gobierno, se olvida de solventar los problemas que aquejan al pueblo bolivariano.
No obstante, observó que dentro de la oposición hay sectores y personalidades "que no están interesados en sabotear, entrabar, que consideran que la actitud debe ser otra, no para servir a los fines de una conciliación y moral sino de una colaboración patriótica para encarar los problemas que aquejan al país".
Rangel destacó, asimismo, que la Administración presidida por Maduro está en la obligación de defender la Constitución y las leyes de Venezuela, "así como la decisión del pueblo que lo colocó en Miraflores", sede del Gobierno.
Hasta el momento el Parlamento venezolano, con mayoría absoluta, no solo ha intentado provocar la renuncia del dignatario, sino que también se ha opuesto a las medidas del Ejecutivo, incluso aprobando una Ley de Amnistía a los presos políticos, en un claro desafío al jefe de Estado.
Sin embargo, el presidente bolivariano aseguró el jueves que su Gobierno no permitirá que la oposición siga saboteando la economía del país, y subrayó que el pueblo debe responder en las calles "con el espíritu de rebelión, intacto, vivo y eterno del 4 de febrero de 1992", cuando el fallecido presidente Hugo Chávez encabezó una rebelión cívico-militar contra la política neoliberal del Gobierno de Carlos Andrés Pérez.
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