American Curios
David Brooks
Periódico La Jornada
Hillary Clinton, precandidata demócrata, y su marido Bill, ex
presidente de Estados Unidos, ganaron 139 millones entre 2007 y 2014,
casi todo por ofrecer discursos a empresas de Wall Street y compañías
internacionales, y por sus libros. Para su campaña Clinton ha recaudado
más de 100 millones de dólares. A la derecha, Donald Trump, del Partido
Republicano, multimillonario que financia su precandidatura. La
contienda por la presidencia de Estados Unidos se prevé como la más cara
de la historiaFoto Afp y Ap
Esta es la mejor
democracia que el dinero puede comprar. Cuando uno de los principales
precandidatos es un multimillonario, y cuando todos los demás de ambos
partidos –con excepción de uno– son patrocinados por multimillonarios,
es difícil hablar de una democracia del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo.
Como para confirmarlo, ahora hay un potencial candidato
independiente, Michael Bloomberg, que amenaza con ingresar a esta, la
elección más cara de la historia mundial, y que dice estar dispuesto a
invertir mil millones de dólares de su propia fortuna para buscar la
presidencia. Ya deberían poner un anuncio de
Se vendeen el jardín frente a la Casa Blanca.
En 2010, la Suprema Corte, en un caso conocido como Citizens United,
emitió un fallo que declara que las donaciones de campaña tanto de
individuos como de empresas son, en esencia,
libre expresión, y por lo tanto no pueden ser limitadas. Esto llevó a la creación de Comités de Acción Política ampliados, o
súper PAC, que son entidades dedicadas a promover sus intereses en una elección y, aunque no pueden por ley
coordinarsecon un candidato o partido, pueden comprar publicidad en televisión, generar campañas de propaganda y más, a favor de un partido o candidato. Más aún, no tienen que divulgar de dónde reciben sus contribuciones ni los montos donados.
El ex presidente Jimmy Carter calificó este fallo de legalización del
soborno en las elecciones. Abundó, en una entrevista reciente con la
Radio 4 de la BBC:
el fallo erróneo de la Suprema Corte, donde ahora millonarios y multimillonarios pueden entregar montos ilimitados de dinero, permiten que el soborno legal pueda prevalecer, porque todos los candidatos, sean honestos o no, o sean demócratas o republicanos, dependen de estas infusiones masivas de efectivo de gente muy rica para poder contar con el dinero para hacer sus campañas.
Explicó que
cuando los candidatos son electos hacen lo que los ricos desean. Y eso es dejar que la gente rica se haga más y más rica, y dejar de lado a la clase media. Todas las estadísticas demuestran que la clase media está estancada o va hacia abajo en el ingreso por el trabajo que realizan, indicó.
Miles de millones se invertirán en esta contienda presidencial que supuestamente refleja
la voluntad del pueblo. Pero unos cuantos ricos determinan en gran medida quiénes serán los candidatos entre los cuales el pueblo podrá escoger. Pero esta vez hay una diferencia.
Esta vez hay dos precandidatos, por ahora, que no reciben fondos de
multimillonarios ni tienen un súper PAC: el por ahora republicano Donald
Trump, que lo puede hacer porque es multimillonario, y el precandidato
demócrata y proclamado
socialista democráticoBernie Sanders, quien se destaca por rehusar aceptar fondos de cualquier interés empresarial o multimillonario y por financiar su campaña casi exclusivamente con donaciones pequeñas (en promedio de 27 dólares) de más de un millón de ciudadanos, un nuevo récord.
La periodista financiera Nomi Prins ofreció datos sobre los
patrocinadores ricos de algunos de los principales precandidatos en un
reportaje para TomDispatch, entre lo que informa: el ultraderechista cristiano Ted Cruz cuenta con tres millonarios –todos proclamados
cristianos– que han financiado su súper Pac con más de 35 millones, además de los 65 millones que ha recaudado hasta ahora para su campaña.
Marco Rubio ha recaudado más de 33 millones de contribuciones de
individuos y PAC, entre ellos Goldman Sachs. Se destaca por tener entre
sus tres principales patrocinadores al jefe del fondo buitre
Paul Singer, famoso por su disputa contra el anterior gobierno de
Argentina; otro conocido es el ejecutivo en jefe de Oracle, Larry
Ellison, quien es el tercero en la lista de los hombres más ricos del
país, según Forbes.
Jeb Bush, quien el pasado fin de semana suspendió su campaña, había
acumulado más fondos que cualquiera de los precandidatos –más de 128
millones hasta finales del año pasado– con ocho de sus 10 principales
donantes del sector financiero, incluido Goldman Sachs, todos los cuales
seguramente hoy están muy decepcionados con el fracaso de sus
inversiones en él.
Hillary Clinton, precandidata demócrata, y su marido Bill, el ex
presidente del país, ganaron 139 millones entre 2007 y 2014, casi todo
por ofrecer discursos a empresas de Wall Street y compañías
internacionales, y por sus libros. Clinton ofreció 12 discursos a
empresas del sector financiero entre 2013 y 2015 ganando 2 millones 935
mil por sus palabras.
Para su campaña Clinton ha recaudado más de 100 millones. Sólo 17 por
ciento de sus fondos provienen de pequeñas donaciones individuales y 81
por ciento de grandes contribuciones de donantes. Cuatro de los seis
principales bancos de Wall Street figuran entre los 10 contribuyentes
más generosos a su carrera política, aunque ahora han sido más
titubeantes. Más aún, cuenta con varios multimillonarios, entre ellos
Haim Saban y George Soros.
Este costoso espectáculo ahora arroja varias interrogantes: ¿ganarán
los candidatos millonarios y/o los patrocinados por multimillonarios, o
el único que depende en gran medida sólo del apoyo financiero de los
ciudadanos comunes? O, por otro lado, ¿se verá un gran combate entre dos
gladiadores multimillonarios: Trump contra Bloomberg? ¿O todo acabará
como siempre, con varios multimillonarios patrocinando a sus gallos para
ver quién es el mejor actor en este espectáculo llamado
democracia?
No sorprende que tres de cada cuatro estadunidenses opinan que la
corrupción es generalizada en el gobierno, según una encuesta Gallup en
2015, y que 84 por ciento opinan que el dinero tiene demasiado poder en
este sistema político, según una encuesta de CBS News. Por ahora, la democracia es un lujo en este país.
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