Cuando hay ausencia de
una alternativa política al modelo neoliberal, la crítica a la
corrupción, la colusión, el robo de las AFP, el saqueo de nuestros
recursos naturales, a la actual “democracia” oligárquica, etc. irrumpe
por diversas instituciones o actores sociales y culturales.
Pero el
actual modelo neoliberal a degradado no solo la a la sociedad política
sino también a las instituciones de su sociedad civil. La iglesia, el
empresariado, el sindicalismo corporativista junto al parlamento, el
gobierno, los tribunales de justicia, las instituciones armadas
indistintamente se hunden todas en el pantano de la deslegitimidad y no
aparecen para la gente común y corriente como interlocutores para
amplificar su descontento.
Que la gente encuentre en los humoristas que critican el actual estado de corrupción una voz con la cual sintonizan, es un buen y un mal chiste a la vez.
Es positivo porque el descontento y la verdad en una forma sarcástica,
alegre, logra abrirse de todas manera camino para evidenciar una
realidad oscura e insostenible, pero también expresa su aspecto
negativo, evidencia la incapacidad de infinitos actores políticos y
sociales, que no son parte de la
elite neoliberal y que no logran construir una alternativa para
terminar con el actual espectáculo, que degrada a toda la sociedad y por
tanto están invisibilizados para las mayorías de Chile.
La
crisis de legitimidad del actual modelo neoliberal es de tal
envergadura, que simples humoristas en el centro del festival de la
frivolidad con extensas alfombras rojas, son considerados “enemigos” de
la estabilidad social, voces conservadoras como la UDI, La Ministra Vocera (s) Javiera Blanco,
Quinto Poder ligado a Ricardo Lagos que junto a cierto conservadurismo
de algunos sectores del PC sorprendentemente llegan a tratar de “facho” a
Edo Caroe, finalmente el Mercurio órgano del golpismo chileno,
sintonizando con todos los anteriores, afirma frases casi apocalípticas “
es todo el sistema institucional el que aparece enjuiciado y
descalificado en grado que puede tornarse demoledor"… “deviniera a la
postre en un nihilismo y una desconfianza generalizados, sería el
clásico cuadro aprovechable por demagogos que postulen utopías”.
La Frase de Gramci “la crisis consiste en que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer”
de la mano Edo Caroe nada menos que en el recinto del festival de Viña,
orgullo de la cultura neoliberal y puerta al mundo del “éxito chileno”,
resuena como una imagen fantasmal, que la elite no quiere que se haga
evidente, le teme en su más intima convicción, es como si los miedos del
subconsciente se presentaran de golpe en su cotidianidad. Si no fuera
poco Natalia Valdebenito cierra su espectáculo con la frase “ Le voy a decir a Lagos y a Piñera que no se presenten de nuevo, no los queremos de vuelta. Basta, no hay nada más que vender".
El buen chiste es bienvenido porque ante la ausencia de fuerzas
sociales y políticas que confronten al modelo corrupto neoliberal,
transitoriamente es un arma de las masas para reírse de sus desgracia y
de quienes las provocan, pero el mal chiste, la ausencia de la
alternativa, es un humor que debe cambiar lo antes posible, no hay
cambios sin un programa de gobierno radical, sin fuerzas que lo asuman y
lo más importante sin el reconocimiento de millones de chilenos y
chilenas que caminen hacia “nuevas la utopías” una sociedad soberana que
permita refundar a Chile.
Hay grandes posibilidades cuando el
pueblo logra reírse de quienes lo someten, es que han perdido todo temor
y respeto hacia las elites, esto es la antesala para que lo nuevo logre
finalmente de nacer.
Jorge Gálvez es Dirigente Rodriguista
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