Yuam Pravia, una misquita hondureña, participa desde este sábado 13
en un encuentro de pueblos indígenas de América Latina, en San Cristóbal
de las Casas, en el sureño estado mexicano de Chiapas, dentro de las
actividades previas a la visita que realizará el máximo jefe de la
Iglesia Católica a este territorio con alta población originaria, el
lunes 15.
“Con la Encíclica ‘Laudato Si’ defendemos los derechos a la tierra,
el territorio y los bosques”, es el título del encuentro de dos días,
que hace referencia a la primera encíclica de la historia dedicada a la
situación ambiental, publicada por el pontífice en junio pasado.
“Queremos resultados tangibles, que cada país asuma el mensaje papal”, planteó a IPS la representante de la no gubernamental Unidad de la Miskitia-Moskitia Asla Takanka de Honduras.
En Honduras y Nicaragua habitan unos 280.000 misquitos. Como todos
los pueblos indígenas, esos habitantes originarios han luchado y luchan
en defensa de su identidad, su cultura, su territorio y sus recursos
naturales, ante un modelo de desarrollo que ahora los margina, después
de sobrevivir al genocidio de los conquistadores europeos.
En particular, las tierras misquitas están expuestas a las
laceraciones del cambio climático, como lluvias portentosas, sequías
intensas, inundaciones y la subida del nivel del mar, con impacto en la
producción agrícola y la aparición de enfermedades emergentes.
Por eso, los pueblos originarios se identifican con Laudato Si,
“Alabado seas” en italiano antiguo, en que el papa Francisco reflexiona
sobre “el cuidado de la casa común” de la humanidad, el planeta.
La encíclica, que toma el título de un cántico de Francisco de Asís,
no alude a los grupos originarios, pero reconoce que “hace falta
incorporar la perspectiva de los derechos de los pueblos y las culturas,
y así entender que el desarrollo de un grupo social supone un proceso
histórico dentro de un contexto cultural y requiere del continuado
protagonismo de los actores sociales locales desde su propia cultura”.
La carta papal a los fieles denuncia la contaminación, la explotación
insostenible de los recursos naturales y un modelo económico que
acentúa la desigualdad, para resaltar que “ni siquiera la noción de
calidad de vida puede imponerse, sino que debe entenderse dentro del
mundo de símbolos y hábitos propios de cada grupo humano”.
Ante el primer viaje a México
de Francisco, iniciado la noche del viernes 12 y que se prolongará
hasta el miércoles 17, unos 80 exponentes indígenas de 15 países, de la
sociedad civil y la academia se dan cita en San Cristóbal para analizar
la conexión entre la encíclica y las causas de los pueblos indígenas.
Se espera que el argentino Jorge Mario Bergoglio, quien adoptó el
nombre de Francisco cuando fue electo pontífice en marzo de 2013, se
referirá a la situación de los pueblos indígenas cuando visite esta
ciudad de más de 200.000 habitantes, de los que 66.000 son indígenas,
situada a más de 900 kilómetros al sur de Ciudad de México.
Chiapas, uno de los estados con mayor pobreza de México, cuenta con 13 grupos originarios, que aglutinan 1,32 millones de indígenas, de una población total de 5,1 millones.
Durante las horas que pasará en San Cristóbal, el pontífice celebrará
una misa dedicada a las comunidades indígenas y almorzará después con
un grupo de sus representantes.
El encuentro indígena regional fue convocado por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica y la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales.
Es la primera actividad institucional de los pueblos originarios para
analizar Laudato Si y su vinculación con la lucha indígena. En el
encuentro, los asistentes analizaron temas como la protección de sus
territorios y recursos naturales, así como los riesgos que enfrentan,
como el cambio climático y la industria extractiva.
La encíclica “se aproxima a nuestra agenda y nuestra doctrina. Ya no
sería sólo la defensa de los pueblos indígenas, sino también de la
iglesia católica, por una sociedad más justa y ambientalmente más
sostenible”, dijo a IPS durante el encuentro Jorge Pérez, presidente de
la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente de Perú.
En esa nación andina habitan 54 pueblos indígenas sobre una
superficie de 100.000 kilómetros cuadrados con títulos de propiedad y
otros 100.000 aún sin legalizar.
Los territorios nativos peruanos están amenazados por la explotación de hidrocarburos, la deforestación y la contaminación.
Si bien las organizaciones indígenas y sus dirigentes conocen la
encíclica, una tarea en marcha es transmitir ese contenido a las
comunidades.
“Nos ha preocupado cómo generar una conversión profunda desde las
comunidades con las nuevas generaciones, que no quede sólo en el enfoque
de un documento, sino que se viva y se predique, que permita tener más
fuerza con una palabra de aliento”, planteó a IPS el indígena tzetzal
Pedro Gutiérrez, del no gubernamental Instituto de Estudios e Investigación Intercultural, basado en San Cristóbal.
En México viven 120 millones de personas, de las cuales aproximadamente 11 millones son indígenas,
repartidos en al menos 54 pueblos originarios. Como con sus pares
latinoamericanos, los nativos se enfrentan a la discriminación, la
expoliación de sus recursos naturales y la marginación.
Los pueblos originarios quieren que Francisco escuche su reclamo y
alimente su causa, para plasmar el contenido de la encíclica y no
dejarlo en solo en un papel de buenas intenciones, plantearon los
representantes de los indígenas latinoamericanos congregados en la
capital chiapaneca.
“Toca conciencias de personas que no le han dado importancia a
nuestra lucha. Así tendremos más argumentos para reflexionar con los que
no están comprometidos con el respeto y el cuidado de los territorios”,
sostuvo Pravia.
El papa Francisco recibirá un mensaje de los participantes del
encuentro, con sus reflexiones sobre la encíclica y el pedido de
acompañarlos y respaldarlos en sus luchas, como una manera directa de
defender “la casa común”.
“Nuestro mensaje es de gratitud por referirse a nuestros derechos y
que contiene un acercamiento a los pueblos indígenas, esperamos que sea
duradero y efectivo, con metas y objetivos definidos”, manifestó Pérez,
cuya organización pertenece a la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana.
Editado por Estrella Gutiérrez
No hay comentarios:
Publicar un comentario