Por José Gabriel Martínez* La
Habana (PL) Cuba y su Héroe Nacional, José Martí, constituyen para las
fuerzas progresistas del orbe valores que inspiran a creer en la
posibilidad de otro orden mundial, alejado de muchos de los graves
problemas que hoy aquejan al existente.
Ello quedó constatado en la segunda conferencia internacional Con todos
y para el bien de todos, una cita que entre los días 25 y 28 de enero
reunió en el Palacio de Convenciones de La Habana a 750 delegados de 51
países.
Centrado en el ideario del Apóstol de la isla
(1853-1895), el cónclave tuvo como objetivo fomentar el debate sobre
problemas acuciantes para la humanidad entre personas de buena voluntad;
una meta que se cumplió, a juzgar por la acogida que tuvo el encuentro y
la intensidad de su programa.
De esta forma, la conferencia se
erigió como uno de los foros de pensamiento plural más grandes del
mundo, tal y como reconoció el subdirector general de la Oficina del
Programa Martiano, Héctor Hernández.
En su opinión, el hecho de
que haya tenido lugar en la pequeña Cuba, donde se ha demostrado el
valor de las ideas frente a apetencias imperiales, y en homenaje a ese
extraordinario pensador y político de nuestra América que fue y es
Martí, reafirma la disposición de la humanidad para construir un orden
mundial más justo y racional.
Además de esto, la directora del
Centro del Estudios Martianos, Ana Sánchez, consideró en entrevista con
Prensa Latina que la acogida y buen desarrollo del evento demuestran la
importancia internacional de la isla en la lucha por los anhelos más
justos.
Igualmente, aseguró, constatan la vigencia y actualidad del pensamiento de su principal prócer, marcadamente ético.
Con respecto a esto último, Sánchez afirmó que el ideario martiano es
universal y atemporal, lo cual se refleja en su capacidad de atraer a
muchísimos intelectuales y académicos de diversas tendencias.
Martí legó una obra que lo define como uno de los pensadores más
relevantes incluso de la actualidad, ya que en ella se da salida a
muchos de los problemas que aún hoy debe enfrentar la humanidad para
salvarse, sostuvo.
Criterios similares a los de Hernández y
Sánchez, miembros del comité organizador de la conferencia y directivos
del sistema institucional del programa martiano de Cuba, fueron
manejados por los prestigiosos intelectuales y académicos participantes
en el evento.
Uno de ellos, el teólogo brasileño Frei Betto,
resaltó el sentido de la ética de la Revolución cubana, un valor que
definió como su principal capital simbólico y resultado de siglos de
resistencia.
En opinión del fraile dominico, el proceso
socioeconómico iniciado en enero de 1959 en la isla ha sido durante
todos estos años marcadamente ético, lo cual fue posible gracias a la
conciencia desarrollada por su pueblo tras casi un siglo de lucha por la
independencia económica y política.
El destacado intelectual,
que impartió la primera conferencia magistral de la cita, explicó que la
ética es una de las armas fundamentales que permite enfrentar la crisis
de valores y principios que afronta la humanidad, por lo que debe
contemplarse en todos los programas encaminados al desarrollo y un orden
justo.
Betto señaló las figuras deMartí, del líder histórico de
la revolución, Fidel Castro, y del presidente Raúl Castro, como
paradigmas que nunca han cedido a la corrupción, némesis del sentido
ético, razón por la que además la continuidad de los ideales martianos y
revolucionarios ha podido mantenerse.
Ninguno, subrayó, se dejó
seducir por la abundancia y el poder ni traicionaron los objetivos de
su lucha por conseguir una Cuba soberana, ética y justa.
De manera similar se expresó el senador y expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) en la última conferencia.
Según comentó, Cuba siempre sorprende por su capacidad para romper
esquemas y unir a la vanguardia de las fuerzas progresistas y la
izquierda mundial. "Parecen los niños traviesos de las costumbres
humanas; muchas gracias por eso", acotó.
Mujica manifestó a los
delegados que es la izquierda la encargada de solucionar los grandes
problemas y desafíos que enfrenta el mundo, amén de que no disponga del
poder político.
La historia política del hombre, dijo, es como
un movimiento pendular con una cara conservadora y otra de cambio. No
obstante, apuntó, el balance del progreso dice que las incorporaciones
más nobles a la cultura de la humanidad provienen de etapas de lucha y
progreso.
El progreso encierra mucho dolor, no es inocuo,
aseveró, pero incorpora avances irreversibles. Nuestra parte es hacer
que esos avances estén guiados por la solidaridad, en pos del destino y
el bienestar integral del hombre.
En este sentido, el otrora
guerrillero resaltó el ejemplo de la Revolución cubana, que a pesar de
graves obstáculos como el bloqueo económico, comercial y financiero que
sufre desde hace más de medio siglo por parte de Estados Unidos, ha
logrado construir una sociedad justa y ética para sus ciudadanos, fiel a
los preceptos de Martí.
Organizadores y delegados coincidieron en afirmar que el saldo del evento es más que positivo.
Contribuyó a sistematizar un pensamiento alternativo, necesario para
enfrentar los desafíos contemporáneos, complejos y variados, y demostró
que las ideas martianas son un arma efectiva para analizar la actualidad
mundial.
Igualmente, materializó la sugerencia de "Sembrar
ideas y sembrar conciencia", hecha a la intelectualidad progresista por
el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en 2003, pero
además constató que Cuba y su Apóstol son valores universales de las
fuerzas progresistas, preocupadas por un mundo mejor.
Periodista de la redacción de Nacionales de Prensa Latina |
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