Otramérica
Latinoamérica
comienza un año que se promete azaroso. El proceso de paz en Colombia,
el nuevo modelo de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, las
elecciones de Venezuela o México pueden marcar la agenda, pero hay
mucho más.
Los últimos 15 años nos han perfilado una América
Latina inédita: un buen número de países con peso específicos
gobernados por movimientos y partidos soberanistas y de tendencia a la
izquierda; un crecimiento económico sostenido sorprendente; una mejora
de todos los índices sociales estadísticos; la construcción de una
nueva estructura geopolítica son Estados Unidos en su cúpula, sin
Estados Unidos; una propuesta de alternativas basadas en El Buen Vivir
inspiradora…
Pero comienza este año 2015 en el calendario
gregoriano dominante en el Occidente político y cultural y las
incertidumbres son mayoría. El agotamiento de algunos de los gobiernos
progresistas, las tensiones entre algunos de ellos y los movimientos
sociales, la contradicción permanente entre la construcción de
alternativas y desarrollismo, la dramática situación de
ingobernabilidad de México, el nuevo e inesperado escenario que se teje
en Cuba, la posible consecución de un acuerdo de paz en Colombia entre
el Gobierno y la guerrilla…. todo en un equilibrio precario que,
además, se puede enfrentar a una caída generalizada de la economía,
como apunta el periodista y politólogo José Natanson: “(…) con un
barril de petróleo que hoy cotiza por debajo de los 100 dólares, cuando
llegó a tocar los 160, el precio de la soja en caída y el comercio
mundial estancado, la región ha superado la etapa de ‘crecimiento
fácil’ y enfrenta un panorama más complicado, que se revela tanto en la
intuición de que el ‘pico distributivo’ ha quedado atrás como en las
mayores dificultades políticas que enfrentan los gobiernos de izquierda
para conservar el poder”.
Apuntamos algunos de los asuntos sobre los que habrá que estar muy atentas durante este 2015…
Tensiones políticas
El
año 2014 ha terminado con tensiones extremas en dos países gobernados,
en teoría, por presidentes que se autodenominan como revolucionarios.
En Quito, la histórica Confederación de Nacionalidades Indígenas
(CONAIE) terminó el año con una jornada de resistencia ante la
intención del Gobierno de Rafael Correa de quitarles su sede central.
Se trata de la escenificación del divorcio que existe desde hace tiempo
entre Correa y algunos de los movimientos que fueron fundamentales para
su llegada al poder.
Daniel Ortega, en Nicaragua, decidió
celebrar la Navidad con la detención de decenas de campesinos que
protestaban contra las expropiaciones de tierras destinadas a la
construcción de un supuesto canal interoceánico del que no se conoce
aún el trazado definitivo, para el que no se han hecho estudios de
impacto ambiental y cuya financiación aún es un misterio.
Si
Rafael Correa, como el propio Ortega o Evo Morales, ha controlado hasta
ahora las críticas internas con un férreo control de los movimientos
gracias a la bonanza económica del país y a la política de
redistribución, el anunciado estancamiento de la economía, la lentitud
en la descentralización del poder del Estado-nación y el congelamiento
de las Constituciones ‘revolucionarias’ pueden hacer que el año 2015
sea clave para ver como se va resolviendo la tensión larvada.
Colombia y Cuba
En
La Habana se mueven muchas cosas en estos días. Por un lado, es allí
donde se negocia desde hace dos años la paz entre el Gobierno de
Colombia y la guerrilla de las FARC. Comenzamos 2015 con un amenazado
cese al fuego unilateral de la guerrilla y el anhelo de una firma que
debería producirse antes de que acabe este nuevo año. De no ser así,
será difícil que el reelegido presidente, Juan Manuel Santos, pueda
poner en marcha todas las reformas legislativas e institucionales que
ese acuerdo provocaría. No sabemos aún cómo se articulará el anunciado
referéndum para validar los posibles acuerdos ni se ha entrado a
negociar todavía los detalles de la desmovilización e integración
política de la guerrilla en un escenario de postconflicto.
La paz
sería un triunfo diplomático de Cuba, país sede y garante de esas
negociaciones. Pero, en realidad, la noticia de final del año 2014 fue
el anuncio simultáneo desde Washington y La Habana de la apertura de
relaciones diplomáticas después de más de cinco décadas de bloqueo por
parte de Estados Unidos. La noticia aún tiene demasiados flecos. Fuera
de cierta apertura en lo económico y del restablecimiento de las
relaciones, aún no sabemos cómo se va a traducir en la isla ni las
consecuencias internas en Estados Unidos, donde los sectores más
radicales ya consideran una traición la estrategia de Barak Obama
respecto a Cuba.
Elecciones
El calendario electoral
está abierto en Latinoamérica. En marzo hay comicios legislativos en El
Salvador, igual que en México (julio) y Venezuela. Peña Nieto intentará
lograr una mayoría absoluta legislativa en México en el peor momento de
su mandato, pero hay que seguir de cerca las multitudinarias
movilizaciones sociales que ha desencadenado la desaparición de los
estudiantes en Iguala, que ya es un parteaguas en la conciencia crítica
sobre la toma del poder por parte del crimen en ese país. En Caracas,
Nicolás Maduro deberá demostrar si, a pesar de la dramática caída del
precio del petróleo y de los problemas económicos que eso conlleva,
puede mantener el control de la Asamblea frente a una oposición
teóricamente unidad entorno a la Mesa de Unidad Nacional pero tan
fragmentada como en la última década.
Guatemala enfrenta elecciones presidenciales y legislativas, como Argentina.
En
Bolivia, Colombia, Uruguay y El Salvador también se celebrarán
elecciones locales. Si en Bolivia se trata de confirmar si el MAS de
Evo Morales controla de manera más o menos hegemónica el poder local,
en Bogotá Álvaro Uribe se juega la reconquista del poder con su
candidato estrella –Francisco Pacho Santos- para el segundo cargo
político más importante de Colombia.
La incógnita brasileña
En
la ecuación de las incertidumbres aparece con subrayado Brasil. El
nuevo mandato de Dilma Rousseff es realmente complicado, con el
subimperio suramericano en recesión económica y fuertes críticas
sociales a las políticas del Gobierno federal. El capital político de
la presidenta reelegida es limitado y tendrá que enfrentarse al dilema
de aplicar las reformas neoliberales a las que le empujan los sectores
empresariales y las instituciones financiaras internacionales
capitalistas o buscar caminos propios para enfrentar los graves retos
de la desigualdad brasileña.
La Cumbre más observada
Algunas de las claves del año geopolítico las podremos intuir en la Cumbre de las Américas que se celebrará en abril en Panamá.
La
foto noticiosa está garantizada, y tendrá que ver con Barak Obama y
Raúl Castro. Pero habrá muchas más lecturas entre líneas. Especialmente
sobre la estrategia de Washington respecto a las nuevas instituciones
regionales (como Unasur o la CELAC) y a su eje del Pacífico, la alianza
con los principales gobiernos conservadores de países con salidas a ese
océano para tomar posiciones en la carrera por el control de las rutas
hegemónicas durante este inicio del siglo XXI.
Si El Caribe y el
Atlántico han sido los escenarios del poder planetario durante los
últimos cuatro siglos, ahora todas las fuerzas se miden en un Pacífico
en el que países como Chile, México, Perú, Colombia o México se
convierten en puertas estratégicas para los intereses del capital
multinacional.
Avanzarán los días… y os contaremos. Mientras,
preparémonos para el primer año sin Juan Gelman, Chespirito, sin
Gabriel García Márquez, sin Simón Díaz, sin Gustavo Cerati o sin José
Cheo Feliciano, aguardemos al ano nuevo andino amazónico y pongámosle
el hombro a los que tenemos más cerca. Feliz comienzo.
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