Sergio Ferrari
Adital
Sergio Ferrari*, desde
Suiza
La Declaración de Berna y Greenpeace otorgaron hoy a Chevron
el "Premio a la vergüenza superlativa”. Los 64 mil votantes vía Internet eligieron
al gigante petrolero norteamericano como peor empresa del planeta, responsable,
entre otros, del desastre ecológico en la selva virgen del norte de Ecuador.
Este premio acordado la tarde del viernes 23 de enero en la
ciudad alpina helvética, es el de la despedida del "Ojo Público”, luego de tres
lustros de existencia. La mirada ciudadana, crítica contra el poder económico y
político mundial, considera que ese Foro no representa ya el lugar más de adecuado,
ni el premio el método más efectivo de denuncia.
A partir de mayo próximo, las organizaciones que promovieron
hasta ahora el "Ojo Público”, se lanzarán con otras 50 asociaciones de desarrollo,
ecológicas, ambientales, de derechos humanos y sindicales, a una campaña política
a favor de la Iniciativa Popular "Por multinacionales responsables”.
La misma intentará con el apoyo popular de decenas de miles
de firmas, la aprobación de una ley que obligue a las multinacionales helvéticas
a respetar en el extranjero -especialmente en el Sur y en el Este- los derechos
humanos y los estándares medioambientales que deben cumplir en Suiza mismo.
Gigante "inhumano”
La organización Amazon Watch nominó a la empresa Chevron,
con sede en San Antonio, Estados Unidos de Norteamérica, por las continuas y sistemáticas
violaciones a los derechos humanos y ambientales en la Amazonía norte del Ecuador.
Según la ONG, desde el inicio de sus acciones de exploración
en la zona (1964), hasta la fecha, Chevron tiene el récord de más de 50 años de
una práctica inmoral y antiética que ha afectado de manera directa a las poblaciones
asentadas en las provincias de Orellana y Sucumbíos, en la selva ecuatoriana.
Amazon Watch recuerda que Chevron Corp., fue ya sentenciada
por la justicia de Ecuador a pagar 9.500 millones de dólares debido a los daños
ambientales provocados por su mala operación, con impactos nefastos en la salud
y bienestar de los pobladores que habitan en las zonas afectadas, además de las
implicaciones directas para el calentamiento global y la destrucción de la Amazonía.
"A pesar de ello, ha usado todo el poder económico y político
para huir de la justicia mundial y poner en marcha todo el sistema de impunidad
frente al abuso de las transnacionales, lo que ha llevado a los luchadores indígenas
y campesinos ecuatorianos a recurrir a las Cortes de Argentina, Canadá, Brasil,
e incluso a la Corte Penal Internacional en La Haya”, recuerda la organización acusadora.
Davos: entre el
poder y la denuncia ciudadana
Muchos países destinan menos recursos públicos para educar
a los niños de los segmentos más pobres de la población que a los menores pertenecientes
a las clases más altas, revela un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia.
En algunos casos, la asignación de fondos educativos al 20%
más rico llega a ser hasta 18 veces mayor que los destinados al 20% más pobre, detalla
el estudio recientemente elaborado y que fue presentado en el marco del Foro Económico
Mundial de Davos que se realizó en Suiza entre el 21 y el 24 de enero. Este Foro
reúne cada año a los grandes patrones de la economía mundial así como a representantes
de Gobiernos e instituciones financieras internacionales.
El informe del UNICEF pugna por un gasto más equitativo en
la educación, llamando a los Gobiernos a dar prioridad a las necesidades de los
niños más marginados.
La directora ejecutiva adjunta de UNICEF, Yoka Brandt, señaló
que en la actualidad hay en el mundo mil millones de niños en edad de asistir a
la primaria o secundaria y que muchos de ellos no reciben una educación de calidad
debido a la pobreza, los conflictos y la discriminación por cuestiones de género,
discapacidad o etnicidad.
"Para cambiar esta situación necesitamos revisar a fondo nuestras
prácticas otorgando más recursos y distribuyéndolos igualitariamente”, apuntó. UNICEF
indica que faltarían 26.000 millones de dólares para la provisión de educación universal
básica en 46 países de renta baja y alertó que desde 2009 la asistencia oficial
a la educación ha disminuido 10%. En este sentido, urgió a gobiernos, donantes y
sector privado a incrementar el gasto en educación y a garantizar que los fondos
se utilicen de manera inteligente y equitativa.
La concentración
brutal de la riqueza
El documento crítico de la UNICEF se suma a otras voces de
denuncia sobre la mala distribución de los recursos naturales y la riqueza en el
mundo.
Apenas horas antes de iniciarse la 45 edición del Foro Económico
Mundial, OXFAM Internacional había presentado a la intención de las personalidades
presentes en Davos, un estudio que indica que en 2016, el 1% de la población mundial
acumulará más riqueza que el otro 99%.
El Informe "Insaciable riqueza: siempre más para los que tienen
ya todo” muestra que el patrimonio mundial que posee el 1% más rico del planeta
pasó del 44% en 2009 al 48 % en 2014 y superará el 50% en 2016. En el 2014 cada
miembro adulto de esta élite internacional poseía en promedio 2,7 millones de dólares.
Ese pequeño grupo dispondrá de más de la mitad del dinero
del planeta a partir del 2016, en un marco internacional preocupante en el que una
de cada nueve personas carece hoy de alimentos suficientes y más de 1.000 millones
de personas viven con menos de 1,25 dólares al día.
El año pasado, un informe de OXFAM había creado estupor en
Davos. Revelaba que las 85 personas más ricas contaban con una riqueza similar a
la mitad más pobre de la población mundial. En 2015, son 80 los multimillonarios
que tienen el mismo patrimonio que 3 mil 500 millones de personas. Es significativo
recordar que en 2010 se trataba de 388 multimillonarios. En términos nominales,
la riqueza de las 80 personas más enriquecidas del mundo se duplicó entre 2009 y
2014, subraya OXFAM.
La ONG internacional llama a los Estados a adoptar un plan
de 7 puntos para luchar contra las desigualdades crecientes. Entre las propuestas:
terminar con la evasión fiscal de las grandes empresas y fortunas; invertir a favor
de la gratuidad y la universalidad de los servicios públicos como la salud y la
educación; repartir con justicia la carga fiscal; instaurar un salario mínimo y
trabajar a favor de un salario decente; instaurar una legislación a favor de la
igualdad salarial; promover una política de protección social que favorezca a los
más empobrecidos e internacionalizar y generalizar la lucha contra la desigualdad.
*Sergio Ferrari, en colaboración con E-CHANGER/COMUNDO, organización
helvética de cooperación solidaria integrante de la Asociación *Derecho sin Fronteras*
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