Por Héctor Miranda La
Paz, 20 ene (PL) Evo Morales asumirá en unas horas su tercer mandato al
frente de Bolivia y contrario a lo que pueda pensarse tendrá por
delante tantos retos y más fuertes que aquellos que enfrentó a partir de
enero de 2006.
Durante la campaña para los comicios de octubre pasado, el mandatario
enfatizó en la posibilidad de convertir al país en centro energético de
la región, con el aprovechamiento de todas las vías para generar energía
eléctrica, desde la hídrica hasta la solar, pero con énfasis, sobre
todo, en la térmica.
Sus proyectos caminan aceleradamente y tal
vez en muy breve tiempo se hayan convertido en realidad y Bolivia,
además de exportador de gas, quinua, textiles y minerales, comience a
vender en la región electricidad.
Para Fernando Fuentes, quien
ocupó dos años atrás el viceministerio de Defensa del Consumidor y que
ha sido activo participante en la campaña electoral de Morales en la
central región de Cochabamba, el gran reto para el mandatario es seguir
adelante con el proceso de cambio a pesar de la caída de los precios del
petróleo.
En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, Fuentes
aseguró que será fundamental mantener el ritmo de inversiones a pesar de
que el país recibirá menos dinero por la venta del gas y enfatizó en la
importancia de terminar las grandes industrias que se construyen en
estos momentos, entre ellas la de urea y amoniaco.
Fuentes, sin
embargo, cree que hay potencial para superar el mal momento de la baja
de precio de los hidrocarburos y continuar la marcha.
Carlos
Aparicio, quien ocupó la secretaría de la Cámara de Diputados hasta hace
unas horas, considera que en la economía está el gran desafío del
mandatario, sobre todo para seguir reduciendo las grandes diferencias
entre la población boliviana.
"Tiene que enfrentar muchas tareas
el presidente, pero la económica es la más importante y tendrá que
seguir invirtiendo en la industria, en la producción de alimentos,
porque por más que hemos avanzado desde 2006 a la fecha, aún hay
desigualdad", destacó Aparicio a Prensa Latina.
El primer
presidente indígena de Bolivia abogó en los recientes años por la
necesidad de alcanzar la liberación científica y de contar con hombres y
mujeres capaces de darles valor agregado a las materias primas del país
y seguir adelante con su proyecto le dará un plus importante.
La construcción de una ciudadela científica en Cochabamba resultará
decisivo en la formación de hombres de ciencia, en tanto prioriza la
educación de las nuevas generaciones y la salud de la población con
énfasis en aquellos lugares donde nunca hubo un médico o un hospital.
Para continuar adelante con el proceso de cambio, Morales cuenta con el
respaldo mayoritario de la Asamblea Legislativa: 25 de 36 senadores y
88 de 130 diputados, lo cual representa más de las dos terceras partes
necesarias, pero puede encontrar oposición en las regiones.
Ganador de manera abrumadora en los comicios de octubre, el Movimiento
Al Socialismo (MAS) puede tener problemas en las elecciones regionales
de marzo próximo, sobre todo en las grandes ciudades.
Analistas
dan por seguro que el MAS no ganará las alcaldías de La Paz, El Alto y
Santa Cruz -las tres ciudades principales- y que tampoco controlará las
gobernaciones de El Beni, Santa Cruz y Chuquisaca.
Problemas
internos a la hora de elegir candidatos parecen la causa principal de la
pérdida de fuerza del oficialismo en esas ciudades y regiones, a pesar
de que Morales cuenta con el respaldo abrumador de los campesinos, de la
Central Obrera Boliviana y hasta de los empresarios.
Lograr que
prime la unidad en el seno de su partido y garantizar el respaldo de
los movimientos sociales, como hasta ahora, constituye también un reto
para el líder indígena, cada vez más empeñado en convertir a Bolivia en
una potencia económica, luego de muchos años a la zaga de la región.
Esfuerzos no escatimará el mandatario, quien aseguró la víspera que el
que inicia en dos días será su último mandato, aunque muchos de los
proyectos que inició, entre ellos la llamada Agenda del Bicentenario,
caducan años después.
La referida agenda, con fecha de
cumplimiento en 2025, cuando se celebren los 200 años de la
independencia, constituye el más ambicioso plan en la historia boliviana
y llevarla a término permitirá acabar con la pobreza en el país.
Hasta ahora, sin embargo, al presidente número 65 en la convulsa historia del país parece no detenerlo reto alguno |
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