El
canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, si bien lamentó que no se hayan
logrado “pasos sustanciales” en el diálogo político con Estados Unidos,
manifestó su esperanza de que este año se destrabe el estancamiento de
las relaciones Quito-Washington.
“Hay temas que se acordaron y que necesitan ser resueltos, aterrizados”, aseguró Patiño, quien considera que depende del trabajo diplomático de la embajadora ecuatoriana en Washington, Nathalie Cely, para concretar los acuerdos a los que se llegó con la subsecretaria Adjunta del Departamento de Estado de EE.UU., Roberta Jacobson, durante su visita a Ecuador en noviembre del año pasado.
Según el ministro de Exteriores ecuatoriano, entre los asuntos aun no resueltos entre Ecuador y EE.UU. figuran los intentos de EEUU para poner condiciones en el sector comercial.
Otra traba en el proceso de las conversaciones es la solitud de Quito para la extradición de los hermanos William y Roberto Isaías, sentenciados por la justicia de Ecuador por el delito de peculado bancario, y que residen desde el año 2000 en EE.UU.
La posición de Quito en los casos del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y del extécnico de la CIA Edward Snowden, ambos reclamados por EE.UU., es otro tema que ha complicado las relaciones entre estos dos países.
Asimismo, Ecuador ha pedido explicaciones a EE.UU. por el bombardeo, en marzo de 2008, en el que intervino la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EE.UU., contra una base que la guerrilla colombiana FARC había instalado de forma clandestina en territorio ecuatoriano, y todavía no ha recibido respuesta.
Si bien el diálogo político no avanza con la celeridad esperada, Patiño comentó que hay otros ámbitos que sí se desarrollan como, por ejemplo, la cooperación científico-tecnológica con las universidades privadas estadounidenses.
Asimismo, reconoció como uno de los “pequeños” avances, el tema de migración de ecuatorianos, especialmente de niños, que recibió “la atención cordial” de EE.UU.
Las relaciones de Ecuador y Estados Unidos se tensaron en abril de 2011 tras la publicación en WikiLeaks de un cable diplomático de EE.UU. en el que se acusaba de corrupción a altos funcionarios ecuatorianos. En reacción, Quito expulsó a la embajadora estadounidense Heather Hodges.
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