Cristina Fontenele
Adital
Ribera de Cahuaré, poblado ubicado en el municipio de
Chiapa de Corzo (Estado de Chiapas, sur de México), hace más de 40 años que
padece graves enfermedades respiratorias provocadas por las actividades de la
empresa minera Cales y Morteros del Grijalva S.A. de C.V. La población y el
Comité Pro Mejoras de la Ribera Cahuaré luchan por el definitivo cierre de la
mina.
En un estudio epidemiológico, publicado en octubre de
2013, la Secretaría de Salud del Estado de Chiapas, alertó que el 25,9% de la
población enferma de Cahuaré presentaba infección respiratoria aguda (IRA). "La
presencia generalizada de cal sobre las casas es un factor de riesgo ambiental
determinante para el desarrollo de enfermedades respiratorias agudas”, se
resalta en el documento. Tos, estornudos, escurrimiento nasal, dolor de
garganta son los síntomas más comunes. Otro diagnóstico sanitario, en agosto de
2014, relata que el 15,7% de los habitantes entrevistados padece enfermedades respiratorias,
como rinitis alérgica, asma, bronquitis. Y el 12,3% de la muestra presenta
también dermatitis.
La Secretaría de Salud de Chiapas ha buscado
soluciones para la desinfección de frutas y verduras, con la distribución de
folletos explicativos sobre técnicas de lavado de manos e higienización de
alimentos. O sea, aún con los resultados alarmantes de los estudios sanitarios,
las autoridades no han adoptado medidas más concretas para ponerle un fin a las
graves consecuencias de las actividades contaminantes de la empresa minera
Cales y Morteros, que actúa sin permiso en un área naturalmente protegida.
Cahuaré se encuentra cerca del río Grijalva, en los
límites del Parque Nacional del Cañón del Sumidero, considerado una de las 13
Maravillas Naturales de México y Área Natural Protegida (ANP). Según el
artículo 47 de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente
(LGEEPA), es permitido el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales
en ciertas áreas de ANPs, siempre y cuando la actividad tenga bajo impacto
ambiental y que la empresa explotadora compruebe a las autoridades responsables
la capacidad técnica de explotar la región sin causar problemas ambientales.
La empresa Cales y Morteros actúa en la región desde
1963, extrayendo piedra calcárea del suelo para la obtención de cal y otros
materiales de construcción. La fábrica emite hacia la atmósfera humo, polvadera
y fuerte ruidos, día y noche. El viento dispersa el humo por toda la comunidad
de Cahuaré, ocasionando diversos problemas de salud. Además, la empresa utiliza
dinamita como detonador para la extracción de las piedras, lo que ha ocasionado
fisuras en las paredes del Cañón, Los desechos industriales también contaminan
el río. Hay también impactos sobre la fauna y la flora, en algunos de los
lugares de las excavaciones ya desaparecieron los animales silvestres.
En julio de este año la Secretaría de Medio Ambiente e
historia Natural (Semanh) de Chiapas suspendió temporalmente las actividades de
la mina. Sin embargo, tres semanas después la empresa continuaba con su
explotación.
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