Representantes
de pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes de Colombia
denunciaron el martes que, pese a las negociaciones de paz del Gobierno
con las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC), deben
experimentar todavía desplazamientos forzados y actos de violencia.
"Aunque el Gobierno y las FARC estén hablando de paz, se recluta a menores, existen dinámicas de guerra y se siguen violando los derechos humanos", puso de manifiesto el vocero de la comunidad Embera Chami, Arbey Gañán.
En este contexto, el representante indígena urgió a las autoridades del país a garantizar las necesidades esenciales de este pueblo que, a su juicio, está "abandonado" por el Estado.
Gañán, en una conferencia en la capitalina ciudad de Bogotá para tratar la crisis humanitaria en el marco del conflicto armado, anunció que en su comunidad se registraron 4009 personas desplazadas en 2013.
Durante esta reunión, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y la Asociación Nacional de Afrocolombianos Desplazados (Afrodes) advirtieron sobre la delicada situación que enfrentan estas minorías por los conflictos.
El representante de Afrodes, Arnaldo Hernández, calificó de "preocupante" la condición de los afrodescendientes en la costa Caribe y criticó la inexistencia de un marco jurídico para proteger a estas comunidades.
Los pueblos indígenas, a pesar de que han expresado su neutralidad en los conflictos existentes entre las guerrillas de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) con las fuerzas militares y los cárteles de droga, han sufrido las consecuencias de sus operaciones en este país sudamericano.
Las negociaciones de paz entre el Gobierno de Bogotá y los guerrilleros de las FARC comenzaron en noviembre de 2012 en la capital de Cuba, La Habana, como un esfuerzo para alcanzar un acuerdo que ponga fin a un conflicto armado de medio siglo.
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