Alternativa Latinoamericana

  Cientos de maestros del sureño estado de Guerrero (México) se hicieron el lunes, de manera pacífica, con el control de varios edificios gubernamentales como parte de las movilizaciones públicas por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos.

De acuerdo con los medios de comunicación, alrededor de 300 personas, algunas de ellas encapuchadas, tomaron las oficinas de la Procuraduría General de la República (PGR) y del Tribunal Estatal Electoral en Chilpancingo, la capital de Guerrero.

Los maestros indignados por la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa rodearon las instalaciones de la PGR desalojando a sus empleados para luego entrar en la explanada de la oficina.

Durante el acto de protesta, que se inició a las 11:30 hora local y duró aproximadamente tres horas, los manifestantes exigieron un juicio político contra el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, así como la renuncia del titular del PGR, Jesús Murillo Karam.

Los activistas además de gritar lemas en rechazo a la actuación de las autoridades respecto al caso de los normalistas pintaron consignas en las paredes de ambos edificios, entre estas: “Fuera Peña Nieto”, “Vivos los llevaron, vivos los queremos”, “Justicia para Ayotzinapa” y “Faltan 43”.

“No hay personal retenido, la toma es pacífica”, según confirmó a la agencia francesa de noticias AFP, una fuente de la secretaría de Seguridad Pública estatal agregando que la movilización concluyó sin incidentes.

Las masivas protestas tanto en el mundo como en México, sobre todo en los estados de Guerrero, Michoacán (oeste) y Oaxaca (sur), continúan desde la desaparición de los estudiantes desde hace dos meses.

México vive un periodo de profunda tensión, después de que 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa de Iguala fueran atacados el pasado 26 de septiembre por agentes corruptos, siguiendo órdenes del exalcalde local José Luis Abarca, y posteriormente, entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos.

De acuerdo con las confesiones de detenidos de esta pandilla, tras recibir a los estudiantes de manos de los policías municipales, los mataron y quemaron sus cadáveres en la ciudad de Cocula, vecino a Iguala, y lanzaron sus restos a un río.

Sin embargo, el pueblo rechaza esta teoría y pide la aparición con vida de los desaparecidos.