American David Brooks
▲ Gavin Newsom, gobernador de California, ordenó aislamiento a los 40
millones de habitantes del estado para frenar la propagación del
Covid-19. Los californianos aún pueden visitar los parques, siempre que
mantengan la distancia recomendada y sigan otras medidas preventivas. La
imagen, ayer en Griffith Park.Foto Afp
Fue poco a poco y de repente que estalló esta crisis de salud, económica, social y policial. En el país más asustado del mundo, donde todo es
amenaza, y a todo se le declara la guerra –sean otros países, pobreza, drogas, terrorismo y ahora otra vez a enfermedades–, el régimen de Trump por dos meses fue, efectivamente, colaborador y cómplice del
enemigo, al declarar que todo estaba
bajo control. Ahora el país está invadido y es demasiado tarde para todo menos dejar que los doctores, enfermeras, asistentes, equipos de ambulancia y otros en las
trincherasen el frente hagan todo lo posible para rescatar al país, y eso sin el pleno apoyo del gobierno federal.
Casi toda la cúpula política ha colaborado en los hechos con el
enemigoal no responder desde un inicio. Casi todos sabían de las posibles consecuencias que, como en todas las guerras, son padecidas por los más vulnerables.
Pero detrás y debajo del escenario, como siempre, empieza a brotar lo que es la verdadera
resistenciaal desastre y que junto con el heroísmo de los trabajadores
esenciales, tendrá que rescatar al país.
Al implementarse las cuarentenas en Estados Unidos, por ahora
parciales, las autoridades han elaborado listas de los exentos de las
restricciones, los que llaman
esenciales. No sorprende que en esa lista se incluya a todo personal médico y otros trabajadores de salud, así como los de transporte público, de farmacias y del sector de distribución y venta de alimento y en algunos lugares los periodistas.
Pero aún más notable es quien no está en esa lista de
esenciales: no están los banqueros, ejecutivos ni sus abogados empresariales, ni cabilderos, ni las ONG de todo tipo (menos las que están en el sector de salud), ni los grandes analistas; o sea, todos los que en
tiempos normalesson presentados como los
maestros del universo, los que se consideran imprescindibles, esos aparentemente, no son
esencialescuando el futuro de la civilización está en juego.
Más allá de los incluidos en esa lista, aparecen otro tipo de
rescatistas. Entre ellos hay redes de voluntarios impulsados primero por
estudiantes, pero que después empiezan a funcionar como organizaciones
de
asistencia mutuade corte anarquista (sin la etiqueta) para atender las necesidades inmediatas de diversas comunidades. Por otro lado, hay iniciativas autónomas para apoyar económicamente a ciertos sectores vulnerables, sobre todo inmigrantes (trabajadores de restaurantes, empleadas domésticas, taxistas) como para compartir información vital incluso en lenguas indígenas (https://youtu.be/BRoRroQZHUQ). El famoso chef español José Andrés cerró sus restaurantes en Washington para convertirlos en
cocinas comunitarias(https://wck.org/), entre otros ejemplos.
E igual de esencial es la respuesta cultural en su sentido más
amplio. Ofrecimientos musicales de solidaridad y acompañamiento a los
millones en cuarentena por muchos artistas en la misma situación, desde
el gran violoncelista Yo-Yo Ma (https://twitter.com/Eeebee1/status/ 1241257073138176003?s=20], a Paul Simon [https://twitter.com/Eeebee1/status/ 1241257073138176003?s=20 ), a toda una gama de artistas musicales (https://www.rollingstone.com/t/ in-my-room/; http://www.sofa-king-fest.com; https://twitter.com/hashtag/songsofcomfort?src=hashtag_click), a opera del Metropolitan (https://www.metopera.org/user- information/nightly-met-opera-streams/) a funciones de cómicos (https://magnettheater.com) y programas pre grabados del Kennedy Center (https://www.kennedy-center.org/ digitalstage/).
Algunas instituciones culturales como el Museo Guggenheim ofrecen
visitas virtuales, varios nuevos proyectos ofrecen grupos de lectura
conjuntos, editoriales que ofrecen libros gratis y otros ofrecimientos
literarios como los de la Biblioteca Pública de Nueva York (https://www.nypl.org).
Son rescates, de buscar cómo estar cerca y juntos cuando nos ordenan
distanciamientoy
aislamiento, de buscar una manera de reunirnos a pesar de todo, de invitarnos a formar parte del coro para cantar juntos, todo para recordar, pues sí, lo esencial.
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