Fuentes: Rebelión
El tiempo se ha cumplido, es hora inaplazable para la acción. La
pandemia del coronavirus Covid19 marca el inicio de una profunda
renovación económica, social y política de una Humanidad orientada
ineludiblemente hacia la unidad. Independientemente de donde se genera, y
si es fruto de la casualidad o de una acción agresiva premeditada, los
gobierno chino y estadounidenses se acusan mutuamente, sus efectos han
sido activados. Si la aparición de este virus en Wuhan (China) es fruto
de una acción premeditada y agresiva [i] de las élites
financieras globalistas no será la única acción. En las jugadas
estratégicas se prevé varios movimientos con antelación. Al shock del
coronavirus le seguirán otros concatenando la crisis sanitaria con la
económica, social y militar para tener una sociedad civil atemorizada,
noqueada e indefensa que clame por seguridad
sacrificando libertad y democracia. Un estado de las cosas que les
permita poner en marcha su “gobernanza única mundial” sin control social
ni político.
La
crisis sistémica y civilizatoria que vivimos supone una oportunidad para la
profunda renovación y superación que necesitamos como Humanidad. Frente a las
élites globalistas financieras volvemos a ver el resurgir de los nacionalismos
igual que a principios del S. XX, y los partidos, de izquierda o derecha,
pierden el norte porque no existe ninguna referencia a la que agarrarse. El
futuro es incierto y se vive como una amenaza para la juventud. Volver la vista
al pasado es imprescindible para recuperar la hoja de ruta que nos permita
visualizar y dar con seguridad los pasos hacia ese otro mundo mejor posible,
que surge en este punto de caos sistémico como emergencia y respuesta necesaria.
El Bien Común de la Humanidad, balanceado y en equilibrio con el Poder de la identidad
de los pueblos con un modelo económico, social y político de abajo hacia
arriba, surge como el horizonte que nos permite caminar; la luz del faro que
nos señala el puerto de destino seguro en estas procelosas aguas para el común
de los Estados-nación que conformamos esta Humanidad que ES.
En estos días se acumulan los acontecimientos para la tormenta
perfecta: La sobreinformación sobre el coronavirus Covid-19 cubre y
difumina la noticia de la esperada explosión de la burbuja financiera;
la crisis económica provocada por la bajada de la tasa de rentabilidad
del capital; la derrota militar de EE. UU. y sus socios europeos en
Siria, con la consecuente crisis y abandono de Turquía; la vergüenza
humanitaria de las hambrunas y migrantes refugiados en las fronteras
griegas, italianas, españolas, hondureñas, guatemaltecas, mexicanas y
estadounidenses; el genocidio palestino en Gaza; la represión de Piñera
en Chile; la ruptura del Brexit e implosión de las crisis
presupuestaria, valores fundacionales e identidad de la Unión Europea;
la perdida de hegemonía monetaria del dólar; el abandono de la lucha
contra las consecuencias del cambio climático provocado por un sistema
económico depredador con las personas y la naturaleza; y crisis de los
sistemas democráticos por el miedo generalizado con promesas de una
seguridad futura imposible de obtener. El sistema capitalista agoniza y
los sistemas de respiración asistida y transfusiones de sangre con las
flexibilizaciones cuantitativas desde los Bancos Centrales agotan su
eficacia. A la crisis de demanda se une la crisis de oferta y la ruptura
de las cadenas de suministros internacionales. La única salida que ven
las élites internacionales es una economía de guerra planetaria con el
pretexto de la lucha contra el coronavirus. Hace veinte años, después de
la batalla de Seattle y la aprobación de los objetivos del Milenio por
la ONU, era la guerra contra el terrorismo. Pero hay otra salida, la de
los de abajo, la del 99%.
En estos días se cumple el centenario del libro más influyente de
Lenin “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”. Fue
escrito entre el 20 y el 24 de enero de 1920 como informe para la III
Internacional. Publicado como libro en mayo del mismo año. La revolución
bolchevique había triunfado en 1917 en Rusia, un país atrasado y
esencialmente campesino, en contra de los planteamientos de Marx y
Engels. Era la primera revolución proletaria dirigida por marxistas que
triunfaba. En los años previos a la Primera Guerra Mundial los
nacionalismos habían arrastrado a los partidos socialdemócratas
destruyendo la alianza y solidaridad internacional de la clase
trabajadora. Rusia se enfrentaba a los ataques de los otros países
aliados con el objetivo común de no permitir la consolidación de la
revolución rusa. En este contexto Lenin se plantea los objetivos: 1)
Legitimar la revolución rusa como avanzadilla de la revolución
proletaria, en contra de los planteamientos de Marx y Engels que habían
defendido una revolución mundial, dando la razón a Proudhon que hablaba
de ir Estado-nación por Estado-nación 2) Cada Estado-nación tenía su
propio camino a la revolución por lo que había que analizar las
condiciones concreta, sus posibilidades y estrategia en cada uno de
ellos, compaginando la participación en las elecciones políticas con la
organización y movilización social 3) Unificar la posición de todos los
partidos comunistas con la defensa de la revolución rusa, recuperando el
internacionalismo proletario y esperando debilitar la reacción de los
estados vecinos en contra de la misma.
Tuvo un gran éxito y fue el elemento esencial para poder conformar la
alianza de estados contra el nazismo en la II Guerra Mundial que
permitió la derrota de Italia, Alemania y Japón. La unidad en torno a la
defensa de la URSS se empezó a resquebrajar con las crisis de Hungría y
Checoslovaquia a mediados de los cincuenta, con la crisis de los
misiles de 1962 con China y, por último, con el eurocomunismo en Italia,
Francia y España en los sesenta y setenta del S. XX. En 1989 la caída
del muro de Berlín marca el colapso ideológico definitivo desapareciendo
la URSS. China, segunda potencia económica mundial actualmente sigue
dirigida por el partido comunista, comenzó su integración en el sistema
capitalista mundial integrándose plenamente en 1993 en la OMC,
convirtiéndose en un elemento clave de la globalización neoliberal.
Existe una autodenominada cuarta internacional conformada por los
partidos trotskistas que nunca han detentado poder.
A lo largo de estos cien años el mundo fue cambiando: los contextos,
actores sociales, y las contradicciones del propio sistema se han ido
agudizando. La revolución rusa fue el primer intento de superación del
sistema capitalista ¿Qué queda de sus fundamentos tras los
acontecimientos históricos acaecidos y el avance científico?
Materialismo dialéctico
como teoría científica
El materialismo dialéctico o es científico o no es nada. Está sujeto
al método científico de contrastación con la realidad y al diálogo
permanente con los avances y descubrimientos científicos en todos los
campos.
La
experiencia de los países comunistas nos habla de triunfos, aciertos, progreso
acelerado de sociedades y países, pero también de errores, falta de
transparencia, burocratización excesiva, carencia de democracia real, condiciones
de estancamiento investigador y falta de mecanismos de renovación económica y
social. La experiencia es distinta entre los países de la antigua URSS que
colapsaron, Cuba que ha resistido aislada durante medio siglo soportando un
bloqueo económico luce como sociedad igualitaria, modelo ante el cambio
climático, exportadora de solidaridad internacional, profesionales de la
medicina, profesorado e investigación adaptándose a la mundialización del S.
XXI. Vietnam y Corea del norte luchan por hacerlo en sus condiciones
específicas. China es un caso especial en la medida en que ha logrado ser un
actor principal en la economía mundial, convirtiéndose en el rival geopolítico
de EE. UU. mientras sigue dirigida por el PCCh con estrategias a medio y largo
plazo. Hace cien años Rusia representaba un ideal referente para millones de
personas de las escalas sociales bajas. Hoy los países comunistas realmente
existentes han dejado de ser el sueño y la utopía futura para la Humanidad.
La experiencia de los países no comunistas nos habla del logro del
Estado del Bienestar tras la segunda guerra mundial en Europa, de la
expansión del consumo de masas, de la permanente renovación tecnológica
industrial, de la revolución urbana con procesos de democracia
participativa de la ciudadanía, surgimiento de movimientos y nuevas
identidades como el ecologismo, feminismo, derechos humanos, cosmovisión
e interculturalidad, etc. Pero también de financiarización de la
economía mundial, desigualdad, precariedad laboral, polarización social,
perdida de privacidad, fake news, manipulación mediática y perversión
de los procesos democráticos. Hambrunas y migraciones masivas de tamaño
nunca antes vistas en la historia de la humanidad. EE.UU. y la UE sigue
siendo la esperanza para la supervivencia con una vida mínima para
millones de personas totalmente excluidas de la mayoría de países
denominados anteriormente como del tercer mundo, mientras que dentro de
ellos también se dan pozos de exclusión social y carencia. Un grupo de
algo más de 2.200 personas que conforman los Consejos de Administración
de las 147 sociedades de capital riesgo (fondos buitres), que se
consideran a sí mismas como los dueños del mundo, controlan a las algo
más de 43.000 transnacionales, que a su vez controlan más del 80% de la
producción mundial [ii]. Hoy este sistema colapsa también y exige una amplia y profunda renovación.
En estos cien años la ciencia ha avanzado mucho, y en los últimos
años ha acelerado vertiginosamente sus hallazgos abriendo nuevas
ventanas y áreas a la investigación de la mano de las ciencias de la
complejidad, la ciencia de la vida. La visión holística y su
complejidad, donde todo está relacionado con todo, nos permite ver la
dialéctica evolutiva de las sociedades humanas. También sus necesarios
contrapesos. La teoría de la evolución de las especies de Darwin, donde
las especies de transforman y especializan externamente por
alimentación, protección y procreación se equilibra y balancea
necesariamente con la estabilidad de las condiciones en las que surge la
vida en el interior de las células: transformación permanente externa,
constancia inmutable interna. Esto se sabe por René Quinton [iii]
Abre la puerta a solucionar el problema de la alimentación para toda la
humanidad, pero no es negocio porque no se puede facturar. Igual que
JPMorgan bloqueó la energía abundante, limpia y barata de Nicola Tesla [iv]
porque tampoco se podía facturar, mientras había comprado los derechos
del cobre imprescindible para el cableado eléctrico de Edison. La
innovación y creatividad del ser humano en el capitalismo ha estado
limitado por la posibilidad del negocio y el beneficio.
La cuarta revolución industrial y, dentro de ella, la inteligencia
artificial está creando una nueva base sobre la que erigir una renovada
sociedad e instituciones que permitan el buen vivir para toda la
humanidad [v].
Como
dice Carlos Tuya (2017) en “Marx desencadenado. Una reformulación del marxismo
desde la experiencia histórica y el avance científico” existen evidencias
empíricas de que el mecanismo evolutivo de las sociedades humanas basado en la
relación dialéctica entre desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de
producción es sustancialmente correcto, explicando la aparición de los
distintos sistemas sociales que han tenido lugar a lo largo de la historia de
la Humanidad. Aunque subestima en parte la dimensión cultural de todo lo
humano.
En
este tiempo en que necesariamente tenemos que superar las contradicciones del
actual sistema de capitalismo financiarizado, acelerada la urgencia por la
cuarta revolución industrial en marcha, surge la Economía del Bien Común (EBC) como
proceso participativo y de co-creación para la implantación del nuevo sistema
económico, que retornando y basándose en valores éticos permita la
supervivencia a la Humanidad; síntesis de lo mejor de los dos modos de
producción antagónicos del Siglo XX. La EBC se crea sobre la multitud de
experiencias que espontáneamente y de forma dispersa han surgido como respuesta
innovadora de las personas y colectivos en su lucha diaria. El proceso de su
implantación ha de ser democrático y participativo socialmente para fortalecer
la democracia, ampliándola en coherencia con la potencialidad de las actuales
tecnologías y demandas sociales.
Sujeto social para la
transformación
Marx y Engels, hace 150 años, visualizaron una revolución
protagonizada y dirigida por el proletariado industrial de la primera
revolución industrial. Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) hace 100 años,
dirigió la revolución rusa protagonizada esencialmente por el
campesinado, en el contexto del nacimiento del imperialismo y en plena
contienda de la primera guerra mundial. En el actual contexto de inicio
del S. XXI ¿Quién debe ser el sujeto protagonista para la transformación
social y comienzo de la historia de una única Humanidad?
Mientras Lenin dirigía la revolución rusa Ford implantaba su modelo
de producción en cadena, el fordismo. Parecía que Marx y Engels
acertaban en la consolidación y disciplina del proletariado, que lo
convertiría en la clase social destinada a liberar a toda la sociedad de
todo tipo de explotación, en el sujeto social de la revolución.
Tras la Segunda Guerra Mundial se produce la expansión de países
comunistas en el este de Europa impulsado por las condiciones creadas
por la propia guerra y el lugar de ubicación en su finalización. China,
Vietnam y Cuba tienen sus propias guerras para implantar el socialismo
en sus países dirigidos por Partidos comunistas pero protagonizados
mayoritariamente por el campesinado. Ocurre en otros países en África.
En la década de los ochenta la innovación tecnológica obliga al
sistema capitalista a transformar la organización del trabajo con los
diferentes modelos de trabajo creativo, en equipo, participativo y
corresponsable. Son los sistemas de calidad total y excelencia en la
producción. La sociedad del conocimiento exigía la mayor creatividad del
personal trabajador para poder ser competitivo. La autonomía del
personal aumentó, pasando a depender la producción cada vez más del
“saber hacer” y el conocimiento de estos. El aumento de la
productividad, que agudizaba la contradicción entre desarrollo de las
fuerzas productivas y propiedad privada de los medios de producción cada
vez más concentrados, acompañado con la caída de la tasa de ganancia
del capital, obligó al sistema a dotarse de armas que neutralizaran este
poder y autonomía. Se mundializa las cadenas de producción y se
precariza el trabajo, manteniendo un amplio ejército de reserva
(desempleados/as) Los sindicatos de clase sobraban y fueron
vilipendiados y atacados con saña. Con una economía mundializada
amenazaban a los países con la deslocalización y al personal con el
paro, iniciándose la rapiña de fondos públicos a través de subvenciones a
la inversión privada. Desempleo mayoritario y precariedad económica y
social es la realidad vital con la que han tenido que vivir los menores
de 40 años. No tenía por qué haber sido así. Una mayor productividad en
beneficio de tod@s se habría hecho realidad con la reducción del tiempo
de trabajo sin merma de salario y con pleno empleo. El movimiento
sindical mundial clamaba por Globalizar los derechos laborales y la
dignidad [vi] en el Congreso de la CIOLS en el año 2000 en Durban (Sudáfrica)
Con la Cuarta Revolución Industrial que vivimos nada seguirá siendo
igual. La Inteligencia Artificial, unida a la producción industrial
totalmente robotizada, augura un sombrío panorama para el empleo y la
cohesión social si no cambiamos el modelo de producción, consumo y
distribución. La desigualdad y polarización social mundial ya es
insoportable. Para 2030 el Foro Económico Mundial estima que se habrán
destruido 75 millones de puestos del trabajo existente actualmente. La
clase obrera industrial que visualizaba Marx y Engels difícilmente será
el sujeto social mayoritario para la transformación social que
necesitamos, para construir el mundo mejor que queremos: digno,
sostenible, inclusivo, igualitario, intercultural, participativo y
democrático.
La parálisis de la actividad productiva justificada y/o provocada por
la lucha contra covid19 supone el reseteo de todo el sistema. Un apagar
y reiniciar que nunca antes había ocurrido. Y se produce cuando había
movilizaciones masivas mundiales, centradas algunas en reivindicaciones
internas de cada Estado-nación, como las de Chile, Ecuador, Hong Kong,
Irak, Irán, etc., pero otras, las más masivas, universales y
transversales socialmente, protagonizadas en defensa del medioambiente;
igualdad social y de género; por los Derechos Humanos y la Paz.
En tiempo de Corporaciones multinacionales oligopolistas,
inteligencia artificial, robotización, inseguridad, precariado,
desempleo masivo, desigualdad y crisis climática se desarrolla el
sentido de comunidad, del Bien Común, de compartir un único planeta,
nuestra casa común, de la biosfera (Vida) de la que somos fruto y parte
consciente. Los valores de la cooperación y solidaridad arrasan a los de
competitividad y lucro personal. La orientación hacia la unidad y los
valores éticos que consolidan la comunidad y supervivencia señala a toda
la Humanidad como el sujeto social y la única protagonista de la
transformación social en este Siglo XXI. Y la juventud luchando por su
futuro es y será su núcleo duro. Obviamente los 2.200 “amos del mundo” y
sus mercenarios de todo tipo pondrán todas las trabas posibles. El 1%
frente al 99% de la Humanidad.
Bien Común de la
Humanidad internacionalismo del S. XXI
La Humanidad se encuentra ante la emergencia de un salto cualitativo
sin precedente en su historia si quiere sobrevivir: la consciencia de
ser UNA. Necesariamente tiene que orientarse hacia la unidad. Pero esta
unidad puede serun neofeudalismo planetario dirigido por la élite de
accionistas mayoritarios de las grandes Corporaciones internacionales
sin democracia, legitimidad y transparencia o, por contrario, puede ser
un Gobierno mundial democrático, legítimo y transparente basado en los
derechos humanos, sostenibilidad medioambiental, igualdad social y de
género, con una economía por y para la Vida, democracia participativa y
con un profundo, rico y diverso dialogo intercultural que genere el
espíritu, el demos de una única y todopoderosa Humanidad.
La geometría fractal de Benoit Mandelbrot [vii]
(1924-2010) herramienta de las ciencias de la Vida y de la complejidad
nos habla de triángulos superpuestos de abajo hacia arriba. En la
sociedad humana ese triángulo es el conformado por las dimensiones
económica, social y política de una única realidad determinada en un
tiempo y espacio concreto. Lo que el materialismo dialéctico denomina
“formación social”. Einstein le llamaba espacio, tiempo y gravedad.
El
vértigo que nos produce hablar de una Humanidad unida y protagonista, como
sujeto social de esta profunda transformación que tenemos por delante, se
neutraliza con la construcción desde territorios que mantienen la soberanía
alimentaria, energética, financiera y política con pleno empleo y cohesión
social. Con el Poder de su historia, cultura e identidad. La economía de
cercanía, energías renovables, monedas locales y democracia participativa. A
medida que se amplía el territorio habrá necesidades propias y empresas que la
satisfagan, adaptándose los controles sociales y democráticos sobre su
actividad. Municipios, comarcas, provincias, regiones, nacionalidades,
continentes y el planeta completo. A ese Gobierno mundial le corresponderían en
exclusiva la gestión medioambiental planetaria, igualdad social en el seno de
la humanidad con la implantación del Estado de Bienestar en el mundo,
solidaridad internacional ante crisis alimentarias y meteorológicas, y la
gestión del capital internacional en base a las herramientas, metodología e indicadores
de la Economía del Bien Común, sustentada en el objetivo prioritario de
mantener las condiciones para la Vida, y dentro de ella de la sociedad humana.
Para
que se convierta en realidad es necesario alinear con firme voluntad y de forma
consciente a la mayoría de la humanidad en este objetivo. La humanidad es libre
y tiene que elegir entre las distintas posibilidades. La victoria de la razón y
la esperanza, del equilibrio y la armonía, será la voluntad de superación de la
propia humanidad y la acción unida y solidaria de toda ella, de todas las
culturas, religiones y civilizaciones. El trabajo activo de la humanidad tendrá
la voluntad de superación necesaria que traerá el bienestar, el éxito y el
honor que abre el nuevo tiempo. La sociedad del conocimiento se liberará de las
actuales trabas para que toda la humanidad pueda desarrollar sus iniciativas y
toda su creatividad. Los negocios especulativos están y no saldrán de la
situación de angustia, y serán impotentes hasta la transformación final; el fin
de las desilusiones y dolor de todas las civilizaciones; hasta que se produzcan
los cambios en todo el mundo dando comienzo al nuevo tiempo donde la vida no
sea más que una sola vida en común.
Para
la escuela pitagórica cada número tiene un significado. El 12 significa “cuando
el tiemplo se ha cumplido”. Ha llegado el momento para actuar. Es necesario la
constitución de un Gobierno Mundial democrático, legítimo y transparente, que
enfrente con unas mínimas posibilidades de éxito los desafíos que la Humanidad
tiene en este tiempo. Y esta tarea y responsabilidad nos corresponde a
nosotros, la humanidad que ES, a nuestra libertad de hacer y elegir.
La
lucha contra el coronavirus covid19 está sacando lo mejor de la ciudadanía,
haciendo recuperar el sentimiento de lo común y la interdependencia de todos
con todos. Tenemos y vamos a vencerlo unidos. Pero a la vez hay que luchar con
la miseria y escasez que provoca. Muchas familias se han quedado sin ingresos y
nos obliga a renovar la lucha también contra el hambre. Y después tenemos que
reiniciar otra forma de producción, consumo y distribución en equilibrio y armonía
con Gaia, nuestra Madre Tierra, y con justicia social. Y tenemos que prever los
próximos shocks que surgirán, mientras la ciudadanía estamos confinados en
nuestras propias casas. Convirtamos la crisis y esta lucha contra el covid19 en
el inicio del tiempo de una Humanidad unida. Y, tal como ocurrió hace cien años
en la primera guerra mundial con la revolución bolchevique, transformemos la
muerte en un renacimiento.
Hoy
más que nunca es necesaria la unidad de todas las organizaciones y partidos
políticos de todos los Estados-nación tras este objetivo de Bien Común de la
Humanidad, internacionalismo del Siglo XXI. No es tiempo de dividir y
enfrentar. Hay que unir de abajo hacia arriba también en lo político. Como se
canta en el himno de Andalucía “Por Andalucía, España y la Humanidad” pero
desde todos y cada uno de los rincones de nuestro planeta.
Francois Houtart (1925-2017) pedía la Declaración universal del Bien Común de la Humanidad por la ONU [viii].
Hoy la ONU pasa por el mismo descrédito y ninguneo que la Sociedad de
Naciones antes de la Segunda Guerra Mundial. Y no basta con una
declaración institucional, aunque sea por la ONU. Tiene que ser
vitalmente reclamado y puesto en marcha por la ciudadanía mundial, el
nuevo Poder soberano del nuevo tiempo que nace. Hay que abrir el proceso
constituyente para la primera Constitución de la Humanidad.
Notas:
[i] Bonilla-Molina, Luis. www.rebelion.org 17/03/2020 https://rebelion.org/coronavirus-o-reingenieria-social-a-escala-planetaria/ y Rafael Poch de Feliu www.rebelion.org 19/03/2020 https://rebelion.org/estados-unidos-en-el-ojo-del-huracan/
[ii] Garzón, Alberto. www.attac.es/2012/05/09/%c2%bfquien-controla-la-economia-mundial-el-poder-de-las-transnacionales
[iv] Nikola Tesla (1856-1943) https://es.wikipedia.org/wiki/Nikola_Tesla
[v] Tuya, Carlos. Marx desencadenado. Una reformulación del marxismo
desde la experiencia histórica y el avance científico. Amazon 2017 https://www.amazon.es/Marx-desencadenado-Carlos-Tuya-ebook/dp/B07MNSRZ7H
[vi] Lema del Congreso de la CIOL celebrado en Urban (Sudafrica) en
enero de 2000, donde Kofi Annan Secretario General de la ONU se
comprometió públicamente en los Objetivos del Milenio que se aprobarían
en septiembre del mismo año 2000.
[viii] http://entreparentesis.org/francois-houtart-la-declaracion-universal-del-bien-comun-la-humanidad/
Fernando Moreno Bernal. Vicepresidente Asociación andaluza EBC
No hay comentarios:
Publicar un comentario