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domingo, 8 de enero de 2012

Bolivia, el juego de la oposición

La Paz, 8 ene (PL) La oposición boliviana apela a argumentos muchas veces increíbles para demeritar la labor del gobierno que encabeza Evo Morales, sin darse cuenta de que su ardid puede volverse, como un boomerang.
  En los últimos días, la asunción de los magistrados electos por el pueblo sembró de malestares el camino de la derecha y muchos de sus líderes consideraron un fracaso todo el proceso.

Al parecer, la justicia limpia, la verdadera, era la que resolvía la mayoría de los casos con dinero, y dejó miles de procesos engavetados, corrupción en tribunales y magistrados, y llenó de dudas a un pueblo acostumbrado por años al servilismo, aseguró Richard Garbán, un joven estudiante interpelado por Prensa Latina.

El propio presidente reconoció que no fue un proceso perfecto, pero advirtió que "pese a las dificultades se profundiza la democracia, pese a deficiencias hay un resultado que reconoce el pueblo boliviano".

Para los opositores, todo está mal, las elecciones judiciales fueron una farsa y los años que se avecinan serán funestos para la justicia en Bolivia, reflexionó.

Situaciones similares ocurrieron, rememoró, cuando el Gobierno dio a conocer el presupuesto destinado a la salud, o a la educación, en un país donde la inmensa mayoría de la población vivió abandonada durante muchos años, sobre todo los indígenas.

Por doquier, entonces, aparece alguien dispuesto a criticar la política de educación o salud del actual gobierno, como si antes los bolivianos hubieran disfrutado a plenitud de esos derechos, dijo.

Para Garbán, nunca Bolivia tuvo mejores condiciones de salud que ahora, lo cual no quiere decir que todo está perfecto, pero al menos Evo (Morales) se preocupa.

Soy muy joven, pero mis padres me cuentan. Y creo que la oposición solo hace juego político para restarle méritos al Gobierno, aunque nosotros, los humildes, ya no somos tan atrasados y sabemos por dónde se mueve el juego.

En los días finales de 2011, cuando se conocieron los resultados económicos del año, nada de lo hecho en los últimos 12 meses estuvo bien, según los opositores.

Las reservas acumuladas, el aumento en las exportaciones, del Producto Interno Bruto, la solidez económica de un país que crece por encima de la media en la región, son apenas inventos del oficialismo, argumentan algunos.

Otras veces, cuando no hay de donde agarrarse, los enemigos del Gobierno apelan a acusaciones infundadas la mayoría de las veces contra las principales figuras del Movimiento al Socialismo (MAS), en tanto otros se hacen las víctimas.

El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, no se cansa de repetir que es víctima de persecución política, porque el Gobierno "quiere apartarme del camino para las próximas elecciones", aludió.

Costas enfrenta un proceso por desacato y difamación contra el vicepresidente Alvaro García, a quien acusó de vínculos con el narcotráfico y de corrupción.

García recordó esta semana que no hay ninguna cacería política. El solo pretende -ha dicho- que Costas muestre sus pruebas, o de lo contrario se retracte en público y admita su equivocación.

Costas, una de las principales figuras de la oposición, no presenta prueba alguna -tal vez porque no las tiene- pero tampoco se retracta, en un juego en el cual podría irle muy mal.

Analistas consultados consideran que la posición de la derecha de ver con malos ojos todo lo que hace el Gobierno es una actitud consecuente con su manera de actuar, solo con el objetivo de virar al pueblo contra el mandatario.

Sin embargo, reconocen que los bolivianos, hasta los más humildes y con menos instrucción, saben que en los últimos años sus vidas han cambiado y para bien.

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