Por Ricardo Arturo Salgado Bonilla, Miembro de la Comisión Política Francisco Morazán, FNRP
Tegucigalpa, 31/08/11.- Hemos seguido de cerca los últimos acontecimientos relacionados con el Frente Nacional de Juventudes en Resistencia, lo que me ha hecho reflexionar mucho acerca del importantísimo papel que tienen las juventudes en los procesos de liberación de un país. Es imperativo examinar con detenimiento nuestra misión histórica y determinar si nuestra actitud y nuestro proceder son consecuentes con esta.
No deben olvidar que ustedes son la negación de lo viejo, lo que los obliga a desarrollar una práctica nueva, diferente, mejor que la de aquellos que son negados; tampoco deben olvidar que ya florece la generación que los ha de negar a ustedes, para con la que tienen la obligación de sentar una nueva dimensión de lucha, la cual es únicamente posible si somos capaces de diferenciar entre las contradicciones propias del sistema oprobioso que queremos cambiar, y los intereses coyunturales que eventualmente nos llegan sin que los invitemos. Debemos ser cuidadosos en identificar donde está el adversario.
Es fundamental para el país que este futuro grupo de dirigentes entienda y acepte la responsabilidad de enseñar a nuestra sociedad los valores y principios que el modelo le ha quitado, y que sea capaz de entender la fuerza moral de las ideas. Todos los días tenemos ante nosotros la impunidad y la injusticia que nos hacen cada vez más pobres; muchos compañeros cayeron víctimas de ese régimen inescrupuloso y cobarde, la mayoría de ellos jóvenes, no podemos menos que seguir el ejemplo que nos heredaron al costo de sus valiosas vidas.
Por el contrario, no es sano, en lo absoluto, que los movimientos de jóvenes sean manipulados por otras organizaciones, con fines eminentemente hegemónicos. La disputa entre sectores autodefinidos como “electoreros” o “refundacionistas” solo ha contaminado el proceso que sigue Honduras en su camino de liberación. Desafortunadamente, el debate no ha dejado más que ofensas, y controversias que termina a menudo con insultos, improperios y descalificaciones sin sentido. Lamentablemente, da la impresión de que la razón de ser de muchos movimientos es únicamente darle legitimidad al sistema mismo, el que se ufana de dar espacio a todos.
Esta confrontación, sin sentido desde sus inicios parece más bien destinada a enterrar la lucha iniciada por el pueblo hondureño que a impulsarla. Da la impresión de ser una especie de sortilegio en el que la discusión se da alrededor de absurdos, olvidando los problemas esenciales. ¿Cómo se derrota a la derecha en Honduras? ¿Cerrando los ojos? ¿Proclamando que no existe? Se ha hablado tanto de las movilizaciones, que fueron mecanismos para “defendernos” y “debilitar” al régimen. Nada de esto parece estar remotamente cerca de la realidad, en consecuencia no es fácil ver positiva la influencia de esta controversia en la actitud de las juventudes, que deberían guardar celosamente su propia identidad.
Los incidentes producidos el fin de semana ultimo, deben ser tomados como una ventana de oportunidad para lograr la inclusión, la apertura y el debate intenso sobre la construcción de la nueva Honduras. Lo sucedido no nos es extraño, nos ha sido impuesto desde siempre por las clases dominantes para mantenernos sumidos en el estupor que producen nuestros miedos, nuestra mezquindades, nuestras limitaciones; así es que nos dominan y nos han dominado por cientos de años. La lección nos dicta que debemos aprender que no debemos destruir la casa que nosotros mismos construimos, y que nuestra obligación es hacerla crecer, cada vez más fuerte.
Es deleznable que estos espacios de renovación sean manipulados descaradamente para reproducir patrones caducos, y probadamente inservibles para la causa de un pueblo que merece mejor suerte que estar cómodamente sufriendo los vejámenes de un enemigo como el que ahora enfrenta. Es imposible que nuestra historia cambie si seguimos repitiendo los vicios que nos ha implantados la burguesía por décadas, y por centurias.
Hace una semana los compañeros de secundaria desbordaron su insatisfacción en un acto de fuerza demuestra el nivel de la crisis nacional, y que entendemos muy bien. Además, repudiamos la conducta de los medios al servicio de los sin patria, que exhiben a jóvenes rompiendo sillas, pero se olvidaron de mostrar los incontables actos de salvajismo de la dictadura y sus cuerpos de represión. En cualquier caso, no podemos menos que respaldar, y apoyar la legítima lucha por la educación pública.
Muchos acontecimientos cruciales para el futuro de nuestra lucha están ahora en desarrollo y seguirán aumentando en intensidad en este mes de septiembre. El Frente Amplio de Resistencia Popular es, ante los ojos de nuestros adversarios, un enemigo formidable, al que tratan de destruir por todos los medios. No debemos descuidar nuestro Frente Nacional de Resistencia Popular, ni la lucha diaria por nuestros derechos; tampoco debemos obviar nuestro objetivo fundamental que es desplazar a la oligarquía del poder político del país.
Honduras requiere de una juventud politizada, capaz ideológicamente, pujante en el campo del desarrollo científico, pero, sobre todo, protagonista permanente y consciente de los acontecimientos que se dan en la patria. Sin embargo, sería un tremendo error confundir la politización con la politiquería barata que nos reduce como seres humanos a la condición de dóciles seguidores de unos cuantos que no representan ni lo que queremos ni lo que somos.
Es muy importante que los entuertos se solventen a la mayor brevedad posibles, y que el Frente de Juventudes de un ejemplo de democracia, tolerancia y compromiso con la patria. Los días que se acercan serán cruciales para nuestra lucha, en cualquier campo que esta tenga lugar, por lo que la juventud debe estar en su posición, firme, lista para cumplir y asumir la responsabilidad histórica que hoy tiene, Las generaciones que siguen serán herederas de lo que hoy hagan nuestros muchachos y muchachas.
Les invito, compañeros y compañeras, a que consoliden su Frente Nacional de Juventudes en Resistencia, para lo que pueden contar con nuestro apoyo pleno y decidido. Refuercen todo lo que ya han alcanzado y avancen en el debate permanente y creativo; abran las puertas, pero más aun sus mentes, en ello está el futuro de lo que ahora apenas estamos comenzando a construir.
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