Esto dijo el Armadillo leyendo la ley de seguridad ciudadana
las leyes siempre las hacen,
pa’ joder a los de ruana
pa’ joder a los de ruana
El fenómeno de las mal llamadas bacrim o Bandas Criminales ha sido un tema para dar y convidar durante el trascurso de este año. Desde los medios de comunicación hasta los mandos militares y presidenciales se han referido él últimamente.
El 2011 empezó y con él, muchas denuncias de distintas voces sobre el peligro que representaban las emergentes “Bandas criminales” o Bacrim como son llamadas hoy por el gobierno de Santos. Es importante anotar que, aunque no es un fenómeno nuevo, es hasta ahora que se empiezan a tomar medidas al respecto. Las primeras voces que se refirieron al tema fueron las de las autoridades militares en 2006, que se refirieron así (bacrim) a los grupos responsables de la creciente violencia urbana y el aumento en las tazas de delitos. Luego de estas declaraciones otra voz menos escuchada y casi relegada en los medios de comunicación fue la de la Comisión para la Reparación y la Reconciliación que, en un estudio en 2007, aconsejaba al gobierno nacional evaluar con detenimiento el reciente fenómeno de las Bandas criminales en el marco de las políticas de desmovilización impulsadas por el gobierno, en ese entonces, de Álvaro Uribe.
Aún así y ante el panorama, el gobierno nacional esperó casi siete años para referirse al tema, y digo gobierno nacional en una continuidad de conocimiento, es decir, Juan Manuel Santos no se pronunció durante su papel como ministro del interior, pero si como presidente; es sólo hasta ahora cuando saca a la luz pública, y de manera sesgada, algunas preocupaciones sobre el tema.
Cabe entonces preguntarnos el por qué de su demora. Muchas son las respuestas que surgen, la mas convincente y crítica, puede ser la que hace referencia a que, no se podía generar un ambiente de incredulidad del régimen anterior y de la política de Seguridad democrática porque era necesario consolidar políticas que luego fueran a beneficiar el estado de cosas. Como ya muchas y muchos analistas de la izquierda lo decían, era necesario dar tiempo para consolidar un proyecto de control territorial de la ciudad y en ese sentido era necesario que luego de las movilizaciones de bandas paramilitares a la esfera urbana, se emperezaran a armar estructuras para actuar.
El país enfrenta entonces, algunos elementos en la lógica del conflicto que no son para nada nuevos pero que hasta ahora están siendo visibilizados, están causando “preocupación” y son motivo de algunas de las propuestas de este gobierno, como la Ley de Seguridad Ciudadana. En una entrevista que Álvaro Villarraga, coordinador del área de desmovilización de la Comisión de Reparación y Reconciliación (CNRR), hizo para la revista Semana en Enero de este año, relata en términos generales quienes son estas nuevas “Bandas Criminales” y algunas consideraciones sobre la relación directa que tienen con las falsas desmovilizaciones de bloques de las AUC en el gobierno de Uribe.
En el segundo informe (2008), que la Comision elaboró muestra, en primer lugar que el fenómeno de las “Bandas Criminales Emergentes” inicia desde Agosto de 2006 con la última desmovilización masiva en el país de grupos paramilitares. Del informe se podría decir en términos generales que, cerca de 6.000 personas pertenecen a bandas con una clara estructura militar y demarcado control territorial urbano (Cúcuta, Montería, Urabá, Cauca, Medellín y la Costa Caribe). De estas el 17% hicieron parte alguna vez de Grupos o bloques de autodefensa como las Águilas Negras, Nevados, Nueva Generación y Rastrojos. Estas cifras por supuesto no tienen en cuenta personas que no se han reinsertado y por eso puede variar, sin embargo no podemos afirmar que se trate de simple delincuencia común, pues catalogarlo de esa forma sería desconocer los nexos con los grupos paramilitares, negar las derrota de las políticas de desarme y desmovilización, sería no ver el fenómeno de forma compleja y parte de un conflicto social y político que no termina.
La violencia , los jóvenes y las políticas estatales.
Pero, ¿Cómo todo este carreto afecta a la juventud? ¿Qué discusiones en relación al tema y la juventud podríamos hacer?. El gobierno y con él los medios de comunicación, por medio de las constantes declaraciones de diferentes personalidades políticas han caracterizado las “bacrim” como un fenómeno esencialmente juvenil, para ser mas específica de jóvenes consumidores de drogas, especialmente Marihuana, huérfanos, de estratos uno y dos que en la mayoría de los casos se dedican a robar a mano armada y a saquear apartamentos (según cifras de IDIPRON 2008). Ante esta descripción un poco caótica, desacertada y estigmatizadora de la juventud popular, podemos pensar que este fenómeno corresponde analizarlo con lupa de jóvenes.
En esta perspectiva se pueden analizar las formas en las que afecta el fenómeno a la juventud desde dos puntos; por un lado se puede pensar desde las medidas que se han empezado a tomar para “combatirlo” y por otro, lo que ha implicado para la vida de las y los jóvenes el control de los territorios de los cuáles hacen parte, por parte de lo que algunas personas llamarían, grupos neoparamilitares.
En el momento en que el presidente reconoce las bandas neoparamilitares como “el nuevo enemigo”, se emprende una campaña mediática por evidenciar la necesidad de desarrollar un modelo de seguridad urbano lo suficientemente eficaz como para reprender el crimen casi en flagrancia; se implanta un estatuto de seguridad ciudadana, que entre otras modifica la ley de infancia y adolescencia, vendidas como medidas para acabar a “garrote” con las cabecillas de las “bandas delincuenciales” y castigar a quienes hacen parte de ellas. Sin embargo, para todas y todos es claro que, esto mas que una solución parece un una estrategia que legitima el aumento de la represión y la estigmatización violenta contra la juventud popular, el aumento de la fuerza pública en los barrios populares y de la militarización de la zonas en conflicto para acabar con cualquier lazo de solidaridad y confianza entre vecinandades construidas ya hace tiempo.
Por otro lado y mirando el tema desde una perspectiva más cotidiana no se puede negar la intención de control territorial, de economía de microtráfico, la “especialización” de las bandas criminales que existían en la ciudad y su paramilitarización, para responder a la construcción de un modelo de ciudad acorde a las políticas económicas neoliberales. Lo anterior ha implicado la agudización de la guerra sucia y la impunidad de la que es cómplice. El aumento de crímenes como asesinatos selectivos por la “limpieza social” o las desapariciones forzadas, quedan en la impunidad o legitimadas bajo el discurso de que, fueron acciones no sistemáticas, aisladas por grupos de jóvenes delincuentes y formas de saldar cuentas pendientes entre estos. Aparte de esta situación existen otras que pueden verse agudizadas, por ejemplo, el aumento de violencia intrajuvenil por el control territorial y de rutas de tráfico, la construcción y agudización de una ética violenta capaz de todo por ganarse el respeto y la posibilidad de acenso económico y social por este medio.
Introducir a la discusión del fenómeno de control paramilitar de las ciudades desde una mirada juvenil, partiendo de un marco general de la situación, abre discusiones y preguntas más que aportar propuestas claras, pone puntos que por supuesto no dan cuenta de toda la complejidad de la relación Juventud-nuevas lógicas del conflicto a la ciudad, pero que abren el telón para que se profundice, sobre todo si nos percatamos que este tema está cayendo en la juventud.
Bibliografía:
“Informes de Inteligencia revelan que desmovilizados han creado 21 nuevos grupos para penetrar, entre otras, las grandes ciudades.”, tomado de, http://www.derechos.org/nizkor/corru/doc/bacrim.html. 11 de Junio de 2006.
“Pandillas ascienden a más de 1.300 en Bogotá”,Tomado de, http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/pandillas-ascienden-a-ms-de-1300-en-bogot_8785484-4 . 15 de Enero de 2011.
“Las Bacrim tendrían unos seis mil hombres, en seis estructuras”, tomado de, http://www.semana.com/noticias-nacion/bacrim-tendrian-unos-seis-mil-hombres-seis-estructuras/150361.aspx. 18 de Enero de 2011.
“La tardía guerra contra las llamadas “Bacrim””, tomado de, http://www.semana.com/noticias-opinion/tardia-guerra-contra-llamadas-bacrim/151567.aspx. 9 de Febrero de 2011.
Tags: Bacrim, control, Coyuntura
El 2011 empezó y con él, muchas denuncias de distintas voces sobre el peligro que representaban las emergentes “Bandas criminales” o Bacrim como son llamadas hoy por el gobierno de Santos. Es importante anotar que, aunque no es un fenómeno nuevo, es hasta ahora que se empiezan a tomar medidas al respecto. Las primeras voces que se refirieron al tema fueron las de las autoridades militares en 2006, que se refirieron así (bacrim) a los grupos responsables de la creciente violencia urbana y el aumento en las tazas de delitos. Luego de estas declaraciones otra voz menos escuchada y casi relegada en los medios de comunicación fue la de la Comisión para la Reparación y la Reconciliación que, en un estudio en 2007, aconsejaba al gobierno nacional evaluar con detenimiento el reciente fenómeno de las Bandas criminales en el marco de las políticas de desmovilización impulsadas por el gobierno, en ese entonces, de Álvaro Uribe.
Aún así y ante el panorama, el gobierno nacional esperó casi siete años para referirse al tema, y digo gobierno nacional en una continuidad de conocimiento, es decir, Juan Manuel Santos no se pronunció durante su papel como ministro del interior, pero si como presidente; es sólo hasta ahora cuando saca a la luz pública, y de manera sesgada, algunas preocupaciones sobre el tema.
Cabe entonces preguntarnos el por qué de su demora. Muchas son las respuestas que surgen, la mas convincente y crítica, puede ser la que hace referencia a que, no se podía generar un ambiente de incredulidad del régimen anterior y de la política de Seguridad democrática porque era necesario consolidar políticas que luego fueran a beneficiar el estado de cosas. Como ya muchas y muchos analistas de la izquierda lo decían, era necesario dar tiempo para consolidar un proyecto de control territorial de la ciudad y en ese sentido era necesario que luego de las movilizaciones de bandas paramilitares a la esfera urbana, se emperezaran a armar estructuras para actuar.
El país enfrenta entonces, algunos elementos en la lógica del conflicto que no son para nada nuevos pero que hasta ahora están siendo visibilizados, están causando “preocupación” y son motivo de algunas de las propuestas de este gobierno, como la Ley de Seguridad Ciudadana. En una entrevista que Álvaro Villarraga, coordinador del área de desmovilización de la Comisión de Reparación y Reconciliación (CNRR), hizo para la revista Semana en Enero de este año, relata en términos generales quienes son estas nuevas “Bandas Criminales” y algunas consideraciones sobre la relación directa que tienen con las falsas desmovilizaciones de bloques de las AUC en el gobierno de Uribe.
En el segundo informe (2008), que la Comision elaboró muestra, en primer lugar que el fenómeno de las “Bandas Criminales Emergentes” inicia desde Agosto de 2006 con la última desmovilización masiva en el país de grupos paramilitares. Del informe se podría decir en términos generales que, cerca de 6.000 personas pertenecen a bandas con una clara estructura militar y demarcado control territorial urbano (Cúcuta, Montería, Urabá, Cauca, Medellín y la Costa Caribe). De estas el 17% hicieron parte alguna vez de Grupos o bloques de autodefensa como las Águilas Negras, Nevados, Nueva Generación y Rastrojos. Estas cifras por supuesto no tienen en cuenta personas que no se han reinsertado y por eso puede variar, sin embargo no podemos afirmar que se trate de simple delincuencia común, pues catalogarlo de esa forma sería desconocer los nexos con los grupos paramilitares, negar las derrota de las políticas de desarme y desmovilización, sería no ver el fenómeno de forma compleja y parte de un conflicto social y político que no termina.
La violencia , los jóvenes y las políticas estatales.
Pero, ¿Cómo todo este carreto afecta a la juventud? ¿Qué discusiones en relación al tema y la juventud podríamos hacer?. El gobierno y con él los medios de comunicación, por medio de las constantes declaraciones de diferentes personalidades políticas han caracterizado las “bacrim” como un fenómeno esencialmente juvenil, para ser mas específica de jóvenes consumidores de drogas, especialmente Marihuana, huérfanos, de estratos uno y dos que en la mayoría de los casos se dedican a robar a mano armada y a saquear apartamentos (según cifras de IDIPRON 2008). Ante esta descripción un poco caótica, desacertada y estigmatizadora de la juventud popular, podemos pensar que este fenómeno corresponde analizarlo con lupa de jóvenes.
En esta perspectiva se pueden analizar las formas en las que afecta el fenómeno a la juventud desde dos puntos; por un lado se puede pensar desde las medidas que se han empezado a tomar para “combatirlo” y por otro, lo que ha implicado para la vida de las y los jóvenes el control de los territorios de los cuáles hacen parte, por parte de lo que algunas personas llamarían, grupos neoparamilitares.
En el momento en que el presidente reconoce las bandas neoparamilitares como “el nuevo enemigo”, se emprende una campaña mediática por evidenciar la necesidad de desarrollar un modelo de seguridad urbano lo suficientemente eficaz como para reprender el crimen casi en flagrancia; se implanta un estatuto de seguridad ciudadana, que entre otras modifica la ley de infancia y adolescencia, vendidas como medidas para acabar a “garrote” con las cabecillas de las “bandas delincuenciales” y castigar a quienes hacen parte de ellas. Sin embargo, para todas y todos es claro que, esto mas que una solución parece un una estrategia que legitima el aumento de la represión y la estigmatización violenta contra la juventud popular, el aumento de la fuerza pública en los barrios populares y de la militarización de la zonas en conflicto para acabar con cualquier lazo de solidaridad y confianza entre vecinandades construidas ya hace tiempo.
Por otro lado y mirando el tema desde una perspectiva más cotidiana no se puede negar la intención de control territorial, de economía de microtráfico, la “especialización” de las bandas criminales que existían en la ciudad y su paramilitarización, para responder a la construcción de un modelo de ciudad acorde a las políticas económicas neoliberales. Lo anterior ha implicado la agudización de la guerra sucia y la impunidad de la que es cómplice. El aumento de crímenes como asesinatos selectivos por la “limpieza social” o las desapariciones forzadas, quedan en la impunidad o legitimadas bajo el discurso de que, fueron acciones no sistemáticas, aisladas por grupos de jóvenes delincuentes y formas de saldar cuentas pendientes entre estos. Aparte de esta situación existen otras que pueden verse agudizadas, por ejemplo, el aumento de violencia intrajuvenil por el control territorial y de rutas de tráfico, la construcción y agudización de una ética violenta capaz de todo por ganarse el respeto y la posibilidad de acenso económico y social por este medio.
Introducir a la discusión del fenómeno de control paramilitar de las ciudades desde una mirada juvenil, partiendo de un marco general de la situación, abre discusiones y preguntas más que aportar propuestas claras, pone puntos que por supuesto no dan cuenta de toda la complejidad de la relación Juventud-nuevas lógicas del conflicto a la ciudad, pero que abren el telón para que se profundice, sobre todo si nos percatamos que este tema está cayendo en la juventud.
Bibliografía:
“Informes de Inteligencia revelan que desmovilizados han creado 21 nuevos grupos para penetrar, entre otras, las grandes ciudades.”, tomado de, http://www.derechos.org/nizkor/corru/doc/bacrim.html. 11 de Junio de 2006.
“Pandillas ascienden a más de 1.300 en Bogotá”,Tomado de, http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/pandillas-ascienden-a-ms-de-1300-en-bogot_8785484-4 . 15 de Enero de 2011.
“Las Bacrim tendrían unos seis mil hombres, en seis estructuras”, tomado de, http://www.semana.com/noticias-nacion/bacrim-tendrian-unos-seis-mil-hombres-seis-estructuras/150361.aspx. 18 de Enero de 2011.
“La tardía guerra contra las llamadas “Bacrim””, tomado de, http://www.semana.com/noticias-opinion/tardia-guerra-contra-llamadas-bacrim/151567.aspx. 9 de Febrero de 2011.
Tags: Bacrim, control, Coyuntura
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