Por Miguel Lozano y Pedro Rioseco
Quito, 6 sep (PL) Los efectos del agravamiento de la crisis económica en Estados Unidos pueden ser muy grandes para América Latina y el mundo, alertó el canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, al comentar algunas previsiones de la región ante esa posible eventualidad.
En entrevista con Prensa Latina, el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración, consideró importante dimensionar el problema, porque Estados Unidos debe ya más del ciento por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) anual.
Y no sólo ese país debe preocuparse, sino especialmente sus acreedores, agregó Patiño.
Cuando un país como Ecuador llega a tener un problema de deuda externa en un momento pudiera llegar a unos 12 mil millones de dólares, pero en Estados Unidos estamos hablando de unas mil veces más, de 14 millones de millones de dólares.
Si el PIB mundial es de 60 billones de dólares (60 millones de millones de dólares), la deuda externa de Estados Unidos con 14 billones de dólares, que pudiera llegar a 16 o 17 billones, significa que si llegara al punto de no poder atender esa deuda, que ojalá nunca llegue a pasar, el desbarajuste internacional sería fenomenal.
Si eso llegara a pasar, estimó el economista y canciller ecuatoriano, caería al unísono el sistema financiero del mundo, las empresas, los países que han confiado y tienen bonos del tesoro norteamericano se irían de bruces.
Porque, explicó, todo aquello que pensaron eran activos suyos puede en algún momento derrumbarse y generar una crisis de nivel impresionante.
De manera que la situación es preocupante, dijo, y en ese sentido, Ecuador y América del Sur han ido adoptando algunas prevenciones.
Una de ellas, precisó Patiño, tiene que ver con la diversificación de los mercados. En Ecuador, hace 10 años, las exportaciones totales hacia Estados Unidos correspondían a más del 60 por ciento del total.
Ahora, puntualizó, las exportaciones no petroleras hacia Estados Unidos sólo llegan al 21 por ciento del total, lo cual no hace tan grave para nosotros los efectos de una disminución de la demanda norteamericana, afortunadamente.
Pero, en cierta medida, una situación de crisis que pudiera generar un debilitamiento y devaluación del dólar, en parte puede beneficiar a Ecuador porque haría más competitivos sus productos al ser nuestra moneda de curso legal el dólar, analizó Patiño.
También, por otro lado, nos puede afectar, estimó, porque una crisis norteamericana puede disminuir no solamente su demanda sino la mundial, ya que Estados Unidos es un comprador fundamental en todo el mundo.
A pesar de que en la economía norteamericana las importaciones no son tan grandes relativamente como en otros países, pues Estados Unidos exporta del 10 al 13 por ciento de su producción, la importancia que tiene eso en el comercio mundial es muy alta, acotó.
Si Estados Unidos disminuye la demanda, agregó, se disminuirían también los niveles de producción de los otros países y, por carambola, se puede disminuir la demanda de Europa y de China para Ecuador, y el efecto dominó en la crisis puede ser muy grande.
Por un lado, señaló Patiño, Ecuador está planteando diversificar sus mercados, ampliar en América Latina lo que conocemos como comercio intrarregional, y comenzar a dejar de utilizar el dólar para las transacciones internacionales, lo cual estamos haciendo ya.
Desde hace algún tiempo eso lo hacemos con Venezuela y en transacciones próximas vamos a realizarlo también con Cuba, hemos comenzado con Bolivia, y estamos planteando que América del Sur utilice el Sistema de Compensación de Pagos (el SUCRE).
Otro tema importante, resaltó, es el de la interconexión de los bancos centrales de los diversos países, para que las transacciones financieras de la región no necesiten pasar por Estados Unidos.
En Ecuador ya lo hicimos, dijo, en previsión por una demanda que teníamos de una empresa extranjera contra nuestro país, para cuidarnos y blindarnos nos liberamos de esa relación con Estados Unidos en las transacciones financieras.
Eso habría que hacerlo en toda América del Sur para ir disminuyendo los niveles de dependencia con esa moneda, recalcó Patiño.
Estas son algunas de las medidas, resumió, junto al incremento de la complementariedad productiva regional para que muchos productos que requieren insumos de los países del Norte, ante la eventualidad de una crisis norteamericana, puedan elaborarse en nuestra región.
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