El pasado miércoles 19 de junio, en sesión extraordinaria, el
Senado se aprobó el proyecto de ley de “Modernización y Simplificación
del Sistema Tributario Nacional”, que constituye la reforma tributaria
del Gobierno de Mario Abdo Benítez (Partido Colorado).
El proyecto fue aprobado gracias a las dos bancadas conformadas por
el Partido Colorado y el Partido Liberal Radical Auténtico (la facción
liderada por Blas Llano), que en el denominado pacto “abdocartollanista”
votaron en bloque, logrando una cómoda mayoría de 25 votos a favor (20
en contra) para darle curso –sin modificaciones– al cuestionado proyecto
en la Cámara Baja[i].
La propuesta afecta fundamentalmente a seis tributos (Tabla 1) y se
basa en el aumento del impuesto a las utilidades y dividendos –en
particular para el sector agropecuario y no residentes–. Además, incluye
cambios en las deducciones del impuesto a la renta personal que sobrecargan especialmente a las clases medias y medias bajas.
Tabla 1. Cambios impositivos del proyecto de Reforma Tributaria aprobado
Fuente: elaboración a partir de proyecto de reforma tributaria y ABC Color
La reforma pasó sin los ajustes recomendados, asociados a gravar con
más impuestos a las grandes fortunas vinculadas a las industrias de la
soja, de las bebidas y del tabaco. Ello se debió a los intereses del
expresidente Horacio Cartes (principal empresario tabacalero de la
región), cuyo apoyo, para no comprometer la gobernabilidad de Mario
Abdo, pasa por la exigencia de no tocar tributariamente a su rubro.
No obstante, esta imposición selectiva le puede pasar factura al
proyecto de reforma aprobado, frente al cual la Cámara Paraguaya de
Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) ya manifestó su
inconformidad, rechazándolo en tanto no garantiza la igualdad impositiva
en todos los sectores[ii].
“Discrecionalidad y engaño a la ciudadanía” fue la calificación que
la oposición dio a esta primera votación en bloque de la nueva mayoría
legislativa del Gobierno. Con el pacto “abdocartollanista” el Ejecutivo
gana la gobernabilidad de la que había carecido desde la toma de
posesión en 2018, y lo logra por medio de la cooptación de la parte del
Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) que lidera Blas Llano.
El senador liberal Llano resultó electo –con el apoyo de las dos
bancadas del Partido Colorado (Añeteté y Honor Colorado)– titular de la
Cámara Alta hasta 2020. Su elección se hizo en forma nominal: 24
legisladores lo eligieron frente a Desirée Massi (Partido Democrático
Progresista), que obtuvo 13 votos. En la Cámara Baja no hubo sorpresas:
allí resultó electo Pedro Alliana, del Partido Colorado.
Este pacto 2.0 no sólo ha servido para retratar a un sector del PLRA
que, lejos de representar la oposición al Gobierno, es su principal
bisagra para poder llevar a cabo el proyecto político continuista del
coloradismo. El llanismo suma 8 senadores al grupo legislativo del
Gobierno, que hasta ahora contaba con 17 senadores. Ello pone de
manifiesto un escenario de alta complejidad para que la oposición lleve a
cabo sus prerrogativas.
El hecho de que Llano se haya retratado como parte del oficialismo ha
servido también para que Efraín Alegre se convierta en la única cara
visible de la oposición al coloradismo. Pero, a su vez, ha provocado la
profundización de la grieta ya existente en el partido, al punto tal que
integrantes del PLRA han solicitado a Alegre, presidente de la
formación, que tome medidas drásticas con los opositores llanistas,
entendiendo que estos senadores ya no deberían ser parte de la
colectividad, en tanto no comparten los ideales y principios del
liberalismo.
El escenario es, sin duda, complejo, especialmente porque se acercan
dos decisiones importantes que se van a dirimir en el Senado: por un
lado, la definición de la terna para la sustitución de Raúl Torres
Kirmser en la Magistratura de la Corte Suprema de Justicia. Los ternados
son Carolina Llanes, Alma Mendéz de Buongermini y Linneo Ynsfrán, todos
son cercanos al Partido Colorado[iii].
Por otro lado, para el próximo 27 de julio está programada la votación
al proyecto presentado por el PLRA y el Frente Guasu “Ñande Energía”
para la bajada de la tarifa eléctrica en el país. Dicha propuesta ha
sido el principal caballo de batalla de Efraín Alegre (PLRA) desde las
elecciones de abril de 2018.
En este punto los escenarios previsibles para la oposición, en el
corto plazo, pasan necesariamente por un cambio en la hoja de ruta que
ha seguido hasta ahora. Tanto si Efraín Alegre toma la decisión de
retirar del partido al grupo llanista –como ya le están exigiendo sus
copartidarios–, como si opta por controlar desde la interna al llanismo
(una opción menos probable), ha de establecer una estrategia clara que
le permita 1) fomentar, acrecentar y acelerar el desgaste del
oficialismo; 2) construir los pilares programáticos que le permitan
disputarle el poder al Partido Colorado en los próximos encuentros
electorales (2020, subnacional y 2023, presidencial) y 3) dominar la
interna de sus formación pero, sobre todo, centrarse en las demandas
externas de una ciudadanía que está cada vez más convencida y movilizada
para acabar a toda costa con la hegemonía cínica, corrupta y
antidemocrática del Partido Colorado.
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