Hubo protestas, pero al final, todos contentos
El mandatario salvadoreño pide cuidar
a cabeza de algodoncito
▲ En el aeropuerto de Tapachula, el presidente Andrés Manuel López
Obrador fue recibido con apapachos y reclamos de personas migrantes y
profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Tapachula, Chis., Ayer por la tarde, los más acalorados
parecían ser el presidente mexicano y su secretario de Relaciones
Exteriores. Al menos en el presídium. No fue para menos, estaba fuerte
el calor en los viveros militares próximos a Puerto Chiapas, al sur de
esta ciudad, donde se encontraron los mandatrios de México, Andrés
Manuel López Obrador, y de El Salvador, Nayib Bukele, quien por cierto
no se veía acalorado ni se le despeinaba un solo mechón, a diferencia de
sus anfitriones.
Aunque en materia de guayaberas blancas se daban el quién vive, la juventud y el aspecto hípster
de Bukele (en su país se pronuncia Bukeli) lo hacían más fotogénico,
con impecables barba y pelo azabache sobre su tez blanca y una sonrisa
que no se le borraba nunca.
Justo es reconocer que para llegar aquí el mandatario salvadoreño no
debió pasar las turbulencias de López Obrador, quien apenas arribó por
Volaris y dejó atrás la sala de llegada del aeropuerto de Tapachula, fue
recibido, apretujado, zarandeado, presionado pero también apapachado
por una cerrada multitud de maestros de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) que exigían el pago inmediato de
salarios a maestros interinos, retenidos desde 2015, y la renuncia de
Aída Domínguez, secretaria de Educación estatal.
A pesar de su explícita simpatía por López Obracdor, sus gritos
reflejaban animadversión por el gobernador Rutilio Escandón y su
secretaria de Educación:
Fuera, fuera, repetían, mientras trataban de fotografiar al mandatario, engullido por ellos mismos.
El caótico arribo del presidente mexicano impidió que se le acercara
el grupo de personas que demandan su regularización migratoria que ayer
se manifestó contra la lentitud burocrática y la discriminación que
sufren ante las autoridades de México.
En su camino al aeropuerto por la mañana, dicho grupo fue
interceptado por un gran destacamento de policías estatales, lo cual
generó tensión y congestionamiento vehicular.
Su representante legal, Luis García Rey Villagrán, gritaba desde el
volante de la camioneta en que trasladaba a mujeres y niños asustados de
Honduras con papeles en trámite: “Agarren a los narcos, los pandilleros, los polleros,
los violadores, los corruptos, los feminicidas, no a personas que
defienden sus derechos humanos y migratorios”. Finalmente pasaron, casi a
la fuerza.
El acto oficial se efectuó en un vasto prado, bajo una carpa que
cubría a la prensa y a los invitados, la mayoría miembros de
organizaciones sociales de Chiapas, muchos con camisas bordadas con las
palabras
Secretaría de Bienestar, un deja vú muy priísta, o perredista. Todavía en las afueras del Vivero Militar, otros manifestantes exigían viviendas con mantas y cartulinas.
Entre el protocolo y la soltura que aconseja el trópico húmedo, el
acto comenzó con una hora y media de retraso mientras los presidentes y
sus comitivas recorrían con los secretarios de Marina y de Defensa
Nacional los viveros, en la presentación de Sembrando Vida,
programa de comunidades sustentablesdentro del Plan de Desarrollo por la Migración, dirigido a los vecinos países de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Para empezar con el primero, se financiará mediante una millonada de
dólares la reforestación de 50 mil hectáreas en El Salvador, 200 mil en
Chiapas y la creación de
empleos fijosen ambos lugares.
Bukele, emergente figura política producto de una peculiar amalgama
de izquierda y derecha, es conocido por girar instrucciones a su
gabinete vía Twitter y decirse
admiradorde López Obrador. Pidió a la concurrencia:
Apóyenlo. Tienen un lujo de Presidente. Llamó a cuidar a
cabeza de algodoncito, porque
les va costar encontrar otro así. Celebró que su país y las demás naciones del área no suman,
nosotros multiplicamos. Coincidió con Marcelo Ebrard, canciller mexicano, al ponderar
el ejemplo que estamos dando acá. Ebrard había contado que apenas ayer se reunió en Nueva York con António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, y por lo visto lo dejó bien apantallado con el plan mexicano-salvadoreño de desarrollo.
López Obrador, partícipe del optimismo de Ebrard y Bukele, sostuvo qua la intención es que
la gente, sobre todo los jóvenes, no se vea en la necesidá ir a buscar la vida en otra parte. Definió al campo como
la más importante fábrica del país.
Con un
ven para acá, llamó a Marcelo Ebrard para que se sumara en el podio y leyera el párrafo del acuerdo que habría calmado el frenesí arancelario de Donald Trump tras
12 horas de negociacióny que habrá de crear
una zona de prosperidadfincada en
el humanismo y el cristianismo religioso. Citando aproximadamente la Biblia, dijo:
Hay que tratar bien al forastero, lo cual le valió una salva de aplausos.
Antes de pasar a sembrar en forma simbólica un par de arbolitos, los
presidentes y los cancilleres de México y de El Salvador firmaron un
acuerdo de intención que ayudará a
la fraternidad universal. Nuestra región
va a dar el ejemplo a nivel global, sostuvo López Obrador. Y todos contentos.
Foto Alfredo Domínguez
Hermann Bellinghausen
Enviado, Periódico La Jornada
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