El ex mandatario, condenado a 12 años de cárcel, podría ser detenido en cualquier momento
Permitan que el pueblo me juzgue en octubre, escribe en Twitter el líder de izquierda
La autoridad electoral deberá pronunciarse sobre la candidatura del ex líder metalúrgico
Por Lula vale la pena luchar, se lee en un cartel durante la marcha en respaldo al ex presidente, en Brasilia
El Supremo Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil rechazó este martes
por unanimidadel habeas corpus que pidió el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para evitar ir a prisión preventiva por una reciente condena a 12 años de cárcel por corrupción, lo que abre el camino a que el ex líder metalúrgico pueda ser privado de la libertad en cuestión de semanas.
La sentencia contra el ex gobernante fue emitida en segunda instancia
el 24 de enero por un tribunal de apelación de Porto Alegre.
Nelson Mandela y Getúlio Vargas, dos casos de injusticia que provocaron destrucción irreparable; no podemos dejar que pase lo mismo con Lula y con el Brasil de hoy: ¡Lula libre!, tuiteó el Partido de los Trabajadores poco después de la decisión de STJ.
Los abogados pueden apelar una vez más con un habeas corpus de urgencia en caso de que la fiscalía pida la detención inmediata del ex presidente.
El fallo del STJ no está vinculado con la candidatura presidencial de
Lula para las elecciones de octubre, ya que sólo juzgaba el recurso de habeas corpus preventivo
presentado por la defensa inmediatamente después del fallo de Porto
Alegre. Un tribunal electoral debe pronunciarse por separado sobre la
postulación.
El habeas corpus, una antigua figura jurídica para evitar
los arrestos o detenciones arbitrarias, se puede conceder en Brasil
siempre que alguien se sienta amenazado de
coacción en su libertad de movimiento, por ilegalidad o abuso de poder, según la Constitución, y puede ser liberatorio o preventivo, como en el caso de Lula.
La apelación del STJ era uno de los pocos recursos de los que aún
disponía el ex mandatario para evitar ir a prisión, pero aún puede
intentar otras instancias legales.
El ex presidente, considerado el político más influyente de Brasil en
dos décadas, fue condenado el año pasado por primera vez por cargos de
corrupción vinculados a la operación Lava Jato y por dicha investigación deberá responder en otros seis procedimientos penales.
Lula es acusado de haber aceptado un departamento en el
litoral de Sao Paulo de la constructora OAS a cambio de favorecerla en
sus tratos con el Estado.
El Partido de los Trabajadores considera que el líder izquierdista es
víctima de una persecución mediática y judicial que pretende apartarle
de las elecciones de octubre, para las que parte como favorito.
El tribunal de apelación confirmó a finales de enero la sentencia y
aumentó la pena de nueve años y medio a más de 12, al apuntar al alto
cargo que ocupaba el ex jefe de Estado.
Este proceso es como si aún estuviéramos en los tiempos de la Inquisición, donde no se necesitaban pruebas, apenas convicciones, declaró Lula por la mañana a la radio local Metrópole, antes del fallo del tribunal.
Más tarde refirió en un tuit:
Espero que quienes van a juzgarme hoy en el STJ lean el proceso, las acusaciones y la defensa y permitan que el pueblo me pueda juzgar en octubre.
El caso de Lula tiene en vilo al país desde hace meses, porque afecta
de lleno a la campaña electoral, ya que el popular ex presidente
(2003-2010) aspira a un tercer mandato presidencial con 36 por ciento de
apoyo, según sondeos.
La justicia electoral podría impedir su candidatura en virtud de la ley de
expediente limpio.
En otro tema, un juez del STJ ordenó levantar el secreto bancario de
las cuentas del presidente Michel Temer de 2013 a 2017, como parte de
una investigación para determinar si fue sobornado al emitir un decreto,
firmado en mayo de 2017, que favorecería a la empresa del sector
logístico Rodrimar, según medios brasileños.
Foto Ap
Dpa, Afp, Reuters y Sputnik
Periódico La Jornada
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