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jueves, 12 de mayo de 2016

Diferendo Bolivia-Chile: el diálogo es el camino

Imagen activaPor Carmen Esquivel *
La Paz (PL) Sin mantener relaciones diplomáticas y con un antiguo diferendo marítimo, Bolivia y Chile están inmersos en un nuevo conflicto por los manantiales del Silala, que subió de tono tras las denuncias sobre la instalación de una base militar del lado chileno.
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Ambas naciones están enemistadas desde hace más de un siglo, cuando en 1879 una invasión del país vecino le arrebató a Bolivia 400 kilómetros de litoral y 120 mil kilómetros cuadrados de territorios ricos en minerales, un litigio que el gobierno del presidente Evo Morales llevó a La Haya.

Pero la salida marítima no es el único tema pendiente entre La Paz y Santiago. A él se suman el del desvío del río Lauca, que provocó una ruptura de relaciones en 1962, el de los afluentes Caquena y Uchusuma, y el de los manantiales del Silala. El 23 de marzo último, en su discurso por el aniversario 137 de la pérdida de la salida al océano Pacífico, el presidente Morales anunció la decisión de asumir la defensa del Silala.

"Cada día Chile se aprovecha ilegal y arteramente de ese recurso natural sin compensar ni un centavo. Este acto abusivo y arbitrario que vulnera nuestro patrimonio no puede continuar", dijo el mandatario.

Al igual que el tema marítimo, en el que La Haya se declaró competente para atender la reivindicación boliviana, el presidente decidió llevar este caso al tribunal internacional, a lo que Santiago respondió con la advertencia de presentar una contrademanda.

El ambiente se caldeó aún más cuando el Gobierno boliviano denunció a la comunidad internacional la instalación de una base militar chilena cerca la frontera común.

De acuerdo con las autoridades bolivianas, el enclave en la comunidad de Cariquima fue implantado a 15 kilómetros de la línea de demarcación, cuando los acuerdos internacionales estipulan como mínimo una distancia de 50 kilómetros de las fronteras de otro país.

"Estamos hablando de una base militar, de un regimiento acorazado con un equipo bélico de alto potencial, con lanza misiles y además equipos de contacto satelital y unidades de transporte", denunció el ministro de Defensa, Reymi Ferreira.

Del lado chileno, la Cancillería negó la presencia del enclave y afirmó que lo que existe es una intensificación del patrullaje militar para impedir los ataques contra civiles, robos, contrabando y narcotráfico.

"No puedo entender que el contrabando se va a combatir con misiles, con aviones y con tanques", ripostó, por su parte, el presidente boliviano.

El mandatario citó documentos del Ministerio de Defensa del país vecino que confirmaron el refuerzo militar en algunos puntos fronterizos, entre ellos la base de Cariquima, donde soldados estrenaron nuevos trajes de combate, equipados con dispositivos de alta seguridad y protección.

Evo también se refirió a las declaraciones del comandante de la región donde se encuentra la base, Pablo Jara, quien indicó que la instalación tiene la finalidad de marcar presencia militar en zonas aisladas donde hay compatriotas ejerciendo soberanía.

Una buena vecindad no se construye con misiles, con tanques de guerra y bases militares, advirtió Morales, e insistió en la importancia del diálogo abierto y sincero para construir una amistad entre los dos países.

Para el sociólogo Eduardo Paz, el gobierno boliviano ha sido muy claro al señalar que la vía pacífica y las relaciones cordiales son el camino para solucionar los diferendos, y no la violencia y provocación.

Paz recordó que durante los últimos años las autoridades realizaron acciones diplomáticas bajo el derecho internacional, pero cuando el diálogo no funcionó, se recurrió a un tribunal internacional con validez jurídica, como es el caso de La Haya.

Según el analista, en los contratos hechos con las autoridades bolivianas, los gobiernos chilenos reconocieron en el pasado que el Silala es un manantial y no un río internacional como argumentan ahora.

Ese reservorio hídrico, conformado por 94 ojos de agua, nace en el departamento de Potosí y su curso fue conducido al territorio vecino a través de un sistema de acueductos artificiales.

Diversos estudios estiman que por la frontera pasan 180 litros del vital líquido cada segundo hacia la parte chilena, donde se abastecen varias ciudades y empresas mineras, sin compensación alguna al país de origen.

El gobierno boliviano acordó crear un consejo, encabezado por el presidente Evo Morales, para la defensa de los manantiales del Silala y de todos los recursos hídricos en la frontera con Chile.

Asimismo, decidió presentar ante el Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) un informe sobre la instalación de la base militar cerca de la línea de demarcación.

Al hacer el anuncio, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, declaró que ese organismo multilateral es el más importante de Sudamérica para temas de seguridad.

Ferreira recordó que el documento constitutivo de la Unasur plantea "construir en la región un espacio continental de hermandad y diálogo", al igual que propugna la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

En la cumbre de la Celac celebrada en enero de 2014 en La Habana, los 33 países de América Latina y el Caribe decidieron declarar a la región como Zona de Paz y expresaron el compromiso con la solución pacífica de controversias, a fin de desterrar para siempre el uso de la fuerza.

Aquí en Bolivia, dirigentes del Gobierno, políticos, parlamentarios y miembros de organizaciones sociales coinciden en que sólo el diálogo y la diplomacia serán las vías para resolver los históricos diferendos entre Bolivia y Chile, incluido el de las aguas del Silala.

*Corresponsal de Prensa Latina en Bolivia.

arb/car

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