Noticias Aliadas
Adital
Gabriela
Read
Entrevista
con dirigente de organización social Grabiel Sánchez.
El Frente
Amplio de Lucha Popular (FALPO) es una organización reivindicativa que acompaña
procesos de demandas populares en República Dominicana desde que se fundó en 1985.
El FALPO solía ser un movimiento radical que escenificaba protestas violentas, pero
estas manifestaciones han cambiado en los últimos años y ha optado por movilizaciones
nacionales, como ellos dicen, de carácter cívico, democrático y de masas. Desde
su origen, los integrantes del FALPO han sido perseguidos, reprimidos y asesinados
por las fuerzas policiales, sostieneGrabiel Sánchez, vocero nacional de la organización
desde hace tres años y con 23 años de militancia en ella. Una de las escenas más
violentas, relata, sucedió en junio del 2012 durante una protesta por la muerte
de un deportista a manos de agentes policiales en el municipio de Salcedo, provincia
Hermanas Mirabal, a 155 km de Santo Domingo, la capital. Según Sánchez, la policía
disparó contra la población en un episodio en el que resultaron 22 heridos y cuatro
muertos, según las cifras recogidas por la prensa.
Para Gabriel Sánchez, dirigente de la Falpo, las acciones del Frente han sido menos radicales para evitar la violencia. |
Gabriela
Read, colaboradora de Noticias Aliadas, conversó con Sánchez sobre la persecución
del gobierno contra quienes reclaman.
Hay quienes critican al FALPO por sus métodos
violentos de protesta social, ¿Qué puede decir al respecto?
Se ha
querido estigmatizar al FALPO como un grupo de lucha violenta. Pero venimos desde
hace cinco años desmontando esa percepción. Hoy día hemos sabido convocar muchas
protestas en las cuales no se quema una goma [neumático], y se logran los objetivos.
Siempre en los pueblos, principalmente en los pueblos pequeños, existe la tendencia
a querer quitarle la legitimidad a las protestas que convocamos, pero en su mayoría
el pueblo las acoge. El llamado que le hacemos es quedarse en sus casas, no asistir
a la escuela o al trabajo, no abrir los negocios, y al final de la tarde hacemos
una marcha para que se vea el respaldo de la comunidad.
¿La lucha violenta era concebida como válida
por el FALPO?
En muchas
de esas luchas quienes introducían la violencia eran los organismos de seguridad:
policías y Ejército, y a veces eran producidas por organizaciones paramilitares
con la intención de generar sangre, luto y que haya un descrédito de los convocantes
de las movilizaciones. En otras ocasiones, era el propio pueblo que respondía a
las ofensivas generadas por estos organismos. Cuando tienes una protesta y te están
tirando con balas, el propio pueblo se autodefendía. Y también el propio FALPO motivaba
algunas de estas acciones como enfrentamientos a pedradas contra tiros, encendido
de neumáticos y todo eso.
¿En qué momento se produce ese cambio de métodos
de lucha y por qué?
Desde
el 2010 estamos planteando eso, pero se aplica desde el 2012. Observamos que en
los procesos de lucha que encabezábamos la represión policial y militar era muy
fuerte, brutal, y veníamos recibiendo grandes golpes de los organismos de seguridad,
perdiendo grandes dirigentes asesinados, otras veces baleados, los cuales quedaban
lisiados y a veces la familia los obligaba a que se desvincularan de la lucha, e
íbamos perdiendo terreno en el pueblo, porque donde hay tiros y balas la gente no
se acerca. Hicimos un análisis y entendimos que dada esta situación era necesario
cambiar los métodos de lucha. El método que utiliza actualmente el FALPO es cívico,
democrático y de masas.
Falpo organiza protestas en comunidades pequeñas de toda la República Dominicana. |
¿Cuál es la reacción más frecuente de las autoridades
frente a las convocatorias?
La reacción
más frecuente es la violencia, a tiro limpio. Hace tres años en Salcedo se convocó
a una huelga y los altos mandos militares y policiales llamaron a nuestros dirigentes
diciéndoles que levantaran la huelga o que se atengan a las consecuencias. Policías
y militares se metieron al pueblo con armas de guerra matando personas y hubo cinco
muertos. Hubo 34 personas heridas, a algunos hubo que amputarles las piernas [cifras
recogidas por la prensa hablan de 22 heridos y cuatro muertos]. Eso fue una masacre,
y aún hoy no hay una sola persona que se haga responsable de esos hechos.
¿Qué tratamiento mediático reciben sus manifestaciones?
Los medios
locales son muy radicales contra el FALPO, pero los medios nacionales no tanto.
Los medios nacionales no tienen tantos intereses pequeños como en los pueblos. Aquí
hay una red de periodistas y medios que responden al Estado dominicano, que son
pagos y que su función es quitarle credibilidad a cualquier protesta o cualquier
ciudadano que no esté de acuerdo con el gobierno. La prensa nos da algunos niveles
de espacio. Pero la prensa prefiere una huelga violenta a una marcha. Porque en
la huelga violenta hay muertos, hay sangre, y eso lo cubren de inmediato.
¿Tienen casos de apresamientos arbitrarios y
allanamiento de morada?
Ha sido
una organización muy golpeada, sus dirigentes han sido reprimidos enormemente. El
dirigente fundador Jesús Rafael Diplan Martínez (Chú), fue asesinado de forma brutal
[por tropas mixtas militares y policiales el 28 de setiembre de 1990 tras una huelga
reivindicativa de tres días]. Ese es solamente un caso. En Navarrete [en el noroeste
del país] podemos contar decenas de dirigentes nuestros asesinados. Un sinnúmero
de compañeros heridos, principalmente en la gestión policial de Pedro de Jesús Candelier
y Rafael Guillermo Guzmán Fermín, exjefes de la Policía Nacional [entre 1999 y 2002
y 2007 y 2010, respectivamente]. Guzmán Fermín, apodado "El Cirujano”, tenía la
característica de que daba órdenes que a los dirigentes populares fueran baleados
en las rodillas para dejarlos lisiados, a otros que hubo que mutilarles las piernas
y muchos otros asesinados. A lo largo y ancho del país, el FALPO tiene una estela
de dirigentes que han sido baleados, principalmente en las extremidades inferiores.
¿Consideras que en República Dominicana se criminaliza
la protesta?
La criminalización
de la protesta es una estrategia mundial de los gobiernos para quitarle la legitimidad
a la protesta y minimizarla, detenerla desde el punto de vista legal. Aquí entendemos
que no se criminaliza la protesta, aquí se mata o se hiere a los que protestan.
Pero no hay desde el Estado una línea para elevar las penas a los dirigentes o grupos
populares. Aquí les dan un tiro en las piernas para dejarlos lisiados, o en el corazón
o la cabeza para matarlos. Criminalizar la protesta es muy malo, es una acción que
realizan los Estados para disminuir los niveles de protesta y la dimensión y la
intensidad. Pero aquí es peor: aquí se asesina a los dirigentes que protestan.
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