El origen y creación de la OPEP
La
primera iniciativa para la formación de la OPEP tuvo lugar en 1949
cuando Venezuela se acercó a Irán, Irak, Kuwait y Arabia Saudita para
sugerir el intercambio de opiniones respecto al mercado petrolero y
explorar las posibilidades de mayores y mejores comunicaciones entre
los gobiernos de los cinco mayores productores petroleros del mundo
después de los Estados Unidos y La Unión Soviética. El gobierno de
Venezuela había tomado la decisión de buscar acercamiento con el resto
de países productores luego de haber promulgado en 1943 la más
trascendente de las leyes de hidrocarburos (anteriores a la
nacionalización) que incrementaba las regalías petroleras al 16,66%.
Esta medida tuvo como antecedente a la nacionalización petrolera
mexicana de 1938. Luego, en 1959, la necesidad de cooperación entre los
países productores se hizo más evidente cuando las compañías petroleras
privadas que operaban en ellos, unilateralmente, redujeron el precio
del crudo venezolano en 25 céntimos de dólar y el de oriente medio en
18 céntimos de dólar, reduciendo los ingresos por regalías petroleras
de ésos países en un 10%, lo que representaba un duro golpe a sus
presupuestos.
En Agosto de 1960, el director general de la
Exxon decide, una nueva reducción en los precios del crudo del medio
oriente entre 10 y 14 céntimos de dólar, lo que significó una nueva
bajada del 7,5% de los ingresos petroleros de los países productores.
La medida fue seguida por Shell, BP, Mobil y Amoco en acuerdos secretos
y no discutidos con los países productores. La reducción de precios
explica los mecanismos de funcionamiento de las compañías petroleras en
ésa época. Ellas controlan, a través de sus filiales en los países
productores, los principales yacimientos del planeta y sus niveles de
producción y precios. Luego, esas filiales vendían el crudo a sus casas
matrices en los países occidentales que eran quienes lo distribuían a
los mercados petroleros mundiales. El precio al cual las filiales
vendían el crudo a las casas matrices, que era siempre más bajo que el
precio del crudo norteamericano, es sobre el cual se pagaban las
regalías a los países productores. Luego, las casas matrices vendían el
crudo en los mercados internacionales a un precio mayor, generalmente
ajustado a los precios del crudo norteamericano. Esto aseguraba a las
empresas petroleras internacionales un beneficio considerablemente alto
y a los productores unos ingresos cada vez mas reducidos. Esta realidad
queda manifiesta para los ministros de petróleo de Caracas, Riyadh y
Bagdad al constatar que las compañías petroleras internacionales no
están repercutiendo la disminución en los precios de los crudos en
puertos de los países productores sobre los productos refinados
finales, sino todo lo contrario, los productos refinados han aumentado
de precio.
Unas semanas más tarde, se celebró el primer
congreso de los países productores que tuvo lugar en El Cairo, donde se
adoptó la resolución de obligar a las empresas petroleras a consultar a
los países productores antes de decidir reducciones en los precios del
petróleo. Durante ese congreso se produjo una reunión privada entre el
ministro venezolano de petróleo y el ministro Saudita, quienes
acordaron constituir la "Oil Consultant Commission" que estaría
encargada de defender la estructura del precio petrolero e ir analizado
la posibilidad de crear empresas petroleras nacionales (en inglés,
National Oil Companies, NOC´s). La indignación general en los países
productores condujo a una nueva reunión de los gobiernos de Irak, Irán,
Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, en Bagdad entre el 10 y 14 de
Septiembre de 1960, donde se constituyó la Organización de Países
Exportadores de Petróleo, OPEP, como organización intergubernamental
cuyos miembros fundadores serían Irak, Irán, Arabia Saudita, Kuwait y
Venezuela. La primera tarea de la OPEP será pedir a las petroleras
internacionales el establecimiento de tarifas estables y la anulación
inmediata de las bajadas de precios, mucho menos sin consultarlo
previamente con los países productores. Durante la primera década de
existencia de la OPEP, desde 1960 hasta 1970, la organización se dedicó
a reafirmar políticamente los derechos de los países productores en un
mercado de petróleo internacional dominado completamente por el cártel
de compañías internacionales de petróleo (en inglés, International Oil
Companies, IOC´s), conocidas como las "Siete Hermanas". Las actividades
fueron discretas, ya que la OPEP estaba estableciendo sus objetivos,
adoptando resoluciones, negociando con las empresas y definiendo la
sede que, en un primer momento quedó establecida en Ginebra (Suiza),
luego, en Abril de 1965, la conferencia de la OPEP decidió mudar la
sede a Viena (Austria), donde se encuentra actualmente. Sin embargo, la
OPEP tiene muy poca relevancia durante éste periodo. Luego del impulso
inicial, los estados productores se hunden en divisiones, son incapaces
de entenderse entre ellos y de elaborar sistemas eficaces de control de
precios. El bajo perfil inicial de la OPEP se debe fundamentalmente a
la alineación total de Arabia Saudita a las políticas de los Estados
Unidos. Cuando en 1965 se intenta fijar cuotas de producción, el
ministro Saudita de petróleo no estaba presente. Arabia Saudita,
durante la década de 1960-1970 jugaba a favor de las empresas
petroleras internacionales: producción elevada, precios bajos. Todo
esto cambiará a partir de la primera crisis del petróleo de inicios de
1970.
Durante la primera década de funcionamiento de la OPEP
(1960-1970), y antes de que se diera el proceso de nacionalizaciones,
los países productores básicamente tenían muy poco poder sobre las
empresas petroleras internacionales y, además, ganaban (aunque muy
poco, como ya se ha explicado) sobre regalías proporcionales a la
producción. El malestar entre los gobiernos de los países productores
con respecto al comportamiento desleal de las empresas petroleras
internacionales, unido a la comprensión de que el establecimiento de
las empresas petroleras nacionales es indispensable para que la OPEP
pueda funcionar, impulsó la creación de las empresas petroleras
estatales o nacionales.El alto costo de oportunidad de las empresas
privadas les obligaba a buscar obtener el mayor beneficio de su
inversión en explotaciones en los países productores, lo más
rápidamente posible y antes de dejarlos por vencimiento en las
concesiones o extinción de los yacimientos. Bajo ésta lógica, las
empresas privadas buscaban siempre la máxima producción. Cuando los
países productores tomaron posesión sobre sus recursos petroleros, y
establecieron empresas nacionales, redujeron la producción, debido a la
necesidad de preservar la explotación del recurso el mayor tiempo
posible. En esta línea, también es cierto que buscaron el mayor
rendimiento con la menor inversión pero hasta el límite de no
comprometer la integridad de los yacimientos y la sostenibilidad de la
explotación el mayor tiempo posible. Solo a partir de entonces se aume
que la OPEP podría tener un real impacto sobre la regulación de la
producción y posiblemente sobre los precios del crudo. De acuerdo a las
estimaciones actuales, más de tres cuartas partes de las reservas
probadas de crudo están localizadas en los países miembros de la OPEP,
estando la mayoría de ellas en el oriente medio, donde se encuentra el
70% de las reservas de la OPEP. Los países miembros de la OPEP han
hecho importantes incrementos en sus reservas en los recientes años,
adoptando mejores tecnologías y prácticas en los procedimientos de
explotación.
La OPEP y su influencia en los precios del Petróleo
Para
discutir el impacto de la OPEP en los precios del petróleo conviene
comenzar por aclarar la repartición real del beneficio sobre la venta
final de los productos derivados de este hidrocarburo en los países
industrializados. En este sentido, de acuerdo a la página oficial de la
OPEP (http://www.opec.org/opec_web/en/data_graphs/333.htm)
, durante el 2.013 países como el Reino Unido obtuvieron un beneficio
del 58% del precio de venta final del litro de combustible contra una
fracción del 33% del costo para los países productores de la OPEP. Esto
se debe a las cargas impositivas (impuestos) que rigen la
comercialización de hidrocarburos en ese país. Con esto se evidencia la
participación tanto de los países productores como de los gobiernos de
los países más consumidores en las ganancias sobre el precio real de
venta al usuario final. El rango de impuestos puede ir desde valores
modestos, como los de EE.UU y Canadá, a valores realmente muy
importantes como los de Europa. El resultado de esto es que, en total,
los gobiernos de los países del G-7 hacen más dinero por la venta y
consumo de petróleo que los gobiernos de los países productores. En el
Reino Unido, el gobierno recibió en 2009 por impuestos casi el doble
del dinero que recibieron los gobiernos de los países OPEP por el
petróleo que le vendieron a esa nación. El total de ingresos a las
arcas de los gobiernos del G-7 por concepto de impuestos sobre los
hidrocarburos importados desde países de la OPEP, entre 2004 y 2008, en
comparación con los ingresos recibidos por los países productores sobre
ésas mismas exportaciones son casi exactamente iguales.
En lo
concerniente al impacto que tiene la OPEP en el precio del crudo a
nivel internacional, hay dos tendencias polarizadas. En una primera
tendencia, de fracción mayoritaria, están los que creen que los precios
están fundamentalmente determinados por el poder de mercado de la OPEP,
y que basan su opinión en modelos de simulación de mercados
oligopólicos en los que la OPEP, o una parte de ella, se comporta como
un cártel que busca beneficios monopolísticos modificando la producción
e influyendo en los precios. Por otro lado, están los que consideran
que el mercado petrolero es un mercado competitivo y que más que la
cartelización hay otros elementos más influyentes en el incremento de
los precios como la disminución de las reservas, la incertidumbre en
los mercados occidentales con respecto a la actuación de nuevos e
importantes consumidores como China e India y sus empresas petroleras
estatales y otros aspectos tecnológicos, políticos y ambientales.
Actualmente, es casi imposible alcanzar un consenso respecto al poder
de mercado real de la OPEP. Incluso, hay otros muy minoritarios que
consideran que la OPEP actúa como un factor impulsor del máximo
beneficio social en el mercado y otros, también minoritarios, que creen
que la OPEP solo es un instrumento con otros fines sociales y
políticos. La mayor radicalización se da entre los que creen que la
OPEP tiene un poder de mercado determinante en los precios, mientras
que las posiciones intermedias basadas en modelos económicos de
mercado, con o sin productores dominantes, son menos radicales.
Históricamente, la OPEP como organización, no ha causado crisis
petroleras reales y tangibles, ni crecimientos súbitos en los precios o
volatilidad. Lo que si es cierto es que hay ciertos incidentes
políticos en algunos países de la OPEP que han contribuido en su
momento a la inestabilidad de los mercados, al generar pánico en los
inversores, en los mercados internacionales de petróleo y variaciones
importantes en los mercados Spot que afectan a los mercados futuros. La
primera de estas crisis fue la de 1973 (que podría ser objeto de debate
en otro artículo). No es cierto que se pueda afirmar científicamente
que las políticas directas de la OPEP determinan inmediatamente el
precio del crudo.
Lo que sí puede tenerse claro es que, en
los últimos 10 años la escalada de los precios del petróleo se ha
debido a un incremento en la demanda mucho mayor a lo esperado luego de
las depresiones en el mercado petrolero de los años 80`s y 90`s. La
capacidad de producción en la OPEP no estaba ajustada a este escenario
de demanda debido que los bajos precios de los 80`s y 90`s no generaban
los incentivos de inversión en capacidad necesarios para los años
posteriores. Aunque la OPEP incluyó en los precios altos entre 2004 y
2008, no fue debido a sus políticas organizacionales ni de mercado sino
a la incertidumbre del mercado acerca de su verdadera capacidad de
producción. En este sentido, se puede afirmar que la fracción de
producción petrolera de la OPEP ha variado en los últimos 50 años con
implicaciones determinantes en los precios, independientemente de que
las correlaciones sean inversas o directas. Las implicaciones de esta
afirmación alcanzan hasta poder afirmar que la OPEP ha sido un actor
determinante incluso cuando sus políticas han tenido poco impacto
“directo” en los precios. Por lo tanto, no es previsible que una cambio
o alineación de políticas en la OPEP pueda influir de manera
consistente en los precios en un corto plazo, debido a que la coyuntura
actual responde más a que la OPEP directamente, a las condiciones de
mercado y quizás la percepción el mismo tiene de la situación de las
empresas productoras de esos países y sus perspectivas de futuro.
Twitter: @aleslogo
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