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miércoles, 12 de octubre de 2011

Género y sistema de justicia

Rigoberta Menchú Tum
rigobertamenchutum@gmil.com
La coyuntura de la cual resulta la actual Corte Suprema de Justicia fue distinta de otras anteriores.
En estos momentos el hecho de que una mujer asuma la presidencia de la Corte Suprema de Justicia es relevante, sobre todo porque a pesar de las enormes dificultades sigue presente la esperanza de que el sistema se transparente y opere de acuerdo con su mandato y con los principios sobre los cuales la aplicación de la justicia debe erigirse. Ojos y corazón de mujer pueden dar lugar a continuar el trazo de esa perspectiva, junto a la determinación, que de igual manera, es propia del género y esto está más que demostrado aquí y en cualquier parte del planeta.

La coyuntura de los últimos años ha estado marcada no solamente por el reclamo sino también por el interés de crear las condiciones óptimas, tanto jurídicas como éticas que den lugar a que el país cuente con un sistema de justicia capaz de enfrentar categóricamente y con base en derecho un intrincado sistema de impunidad. En esto ha ejercido presión, sin precedentes, la sociedad y particularmente aquellas organizaciones y personas que incluso sin ser conocedoras del derecho han generado el debate y propuestas en favor de los cambios que debe experimentar el sistema.

La coyuntura de la cual resulta la actual Corte Suprema de Justicia fue distinta de otras anteriores. Primero se da en el marco de un cambio a la Ley de Postulaciones, y, segundo, sobre el proceso de postulación estuvieron, como nunca, presentes los ojos fiscalizadores tanto de los guatemaltecos y guatemaltecas como de la comunidad internacional. En esto fue fundamental el rol de la propia CICIG, por ello es que esa coyuntura toma la característica de particular. Insisto en esto porque la licenciada Thelma Aldana resulta de un proceso con las características descritas y eso mismo, a la par de su propia experiencia y trayectoria, le hace comprender la dimensión no solamente de los problemas sino también de la creciente demanda sobre el sistema de justicia del cual gran responsabilidad recae sobre el Organismo Judicial.

Un hecho que también resulta relevante es que fue electa no sólo por unanimidad sino con una rapidez inesperada. Por supuesto, habrá alguien que diga que porque hubo una negociación sellada, desde el proceso anterior, entre las dos corrientes más que evidentes al interior de la Corte. Sin embargo, el hecho en sí mismo se constituye en un mensaje positivo para el país y una decisión afortunada de cara a la propia credibilidad de la Corte Suprema de Justicia.

Ninguna duda queda; el reto de la licenciada Aldana es enorme, pero no es más que para los que ya asumieron el cargo o para quienes lo asuman en el futuro. Lo que sí es probable y no espero equivocarme, es que ella puede hacer un ejercicio diferente no solamente en favor del país sino también en beneficio de las mujeres, que, de más está decir, tienen que escalar con doble o mayor esfuerzo a estas posiciones. De que se puede, se puede. Un referente de ello es la doctora Claudia Paz y Paz al frente del Ministerio Público. Qué bueno por el Sistema de Justicia.

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