“Es el resultado
directo del anuncio del presidente Trump sobre la retirada de las
fuerzas de EEUU” de Siria, afirmaba Fox News refiriéndose al atentado
que mató a cuatro estadounidense y diez civiles sirios el 17 de enero en
Manbich, norte de Siria. Para Charles Lister, del Instituto de Oriente
Medio de EEUU financiado por las petromonarquías árabes, este ataque
invalidaba la orden del 19 de diciembre de Trump de salir de este país.
La CNN, el Washington Post y otros medios de gran difusión expidieron una sentencia contundente: hay que permanecer en Siria.
Aquí hay algo que no cuadra:
1) Se trata de los primeros soldados asesinados en Siria en cuatro años de ocupación.
2)
El atentado sucede en una ciudad libre de los grupos “yihadistas”, que
está bajo el control total de las tropas de EEUU y sus aliadas “Fuerzas
Democrática de Siria (FSD).
3) Justo un mes antes, Trump anunció la retirada de las tropas porque ya “hemos derrotado a ISIS”, enfrentándose a una dura oposición del Pentágono
(cuyo jefe, el general Mattis, “dimitió” por esta razón), de la CIA,
Israel, Turquía y los jeques árabes, que le acusaron de “entregar Siria a
Rusia e Irán”. El asesor de seguridad nacional de EEUU, John Bolton,
uno de los NeoCon más peligroso y mentiroso
de la política de este país (cómplice del invento de las “armas de
destrucción masiva de Irak”) en su visita a Israel el día 7 de enero
desautorizó a su presidente prometiendo a Netanyahu a quedarse en Siria
hasta erradicar al Estado Islámico.
¿El “Cui bono” del atentado?
- Aunque el gobierno sirio es el primer interesado en golpear a EEUU, ha preferido no enfrentarse directamente con el ejército más poderoso del mundo en Siria.
- Los kurdos sirios, a pesar de estar decepcionados por la (no) marcha del ejército de EEUU y el temor por un ataque de Turquía, no cometerían tal imprudencia Washington, en realidad, no les ha traicionado: la política de “usar y tirar” a los aliados es el modus operandi del imperialismo. Por eso, no se entiende que los líderes kurdos hayan acudido al presidente francés Emmanuel Macron solicitando ayuda para llenar el vacío que dejaría EEUU. Es el mismo estado que apoya las masacres de los palestinos por Israel, ha participado con entusiasmo en la destrucción de Libia (a pesar de que el “progresista” Gadafi financió la campaña electoral de Sarkozi), Afganistán, Yugoslavia, Costa de Marfil o Mali, envolviendo el cuerpo de cientos de miles de sus gentes en el sudario de Liberté, Égalité, Fraternité. Paris, con los sueños napoleónicos, regresa a Oriente para recuperar sus antiguas colonias. Fue Francia quien acogió al ayatolá Jomeini para que instalase su teocracia en un Irán frontera con la Unión Soviética y con unas fuerzas de izquierda poderosas, y es quien vuelve a respaldar a otro grupo de ultraderecha islamista (amigo de VOX) ahora que Irán vuelve a vivir una profunda crisis política.
- Tampoco beneficia a los “yihadistas”: serían el principal perjudicado. No hay ninguna prueba que les implique en el atentado, aunque suelen revindicar cualquier bomba que se estalla en alguna parte del mundo. De hecho, las tropas occidentales han ocupado ilegalmente Siria bajo el pretexto de destruirlos. Deberían estar eufóricos por la salida de EEUU del país, al menos que la organización terrorista más invencible del planeta fuese tan tonta que regalase un pretexto a sus enemigos para que sigan en Siria.
- Parece que los únicos que ganan de la mascare son los militaristas estadounidense, que incluso han barajado un golpe de estadocontra Trump si perjudica el expansionismo del imperio: seguirían haciendo de bombero pirómano en los países estratégicos: en Francia, Bélgica o España también hay atentados “yihadistas” ¿Por qué no son atacados por EEUU?.
La nueva “Santa alianza”
¿Sabían
que los nazis de las SS que tenían una división islámico-cristiana? Las
Waffen-SS (SS armadas) dirigidas por Heinrich Himmler eran fuerzas
fascistas no germánicas, integradas por los croatas cristianos y bosnios
musulmanes a los que apodaron “Mujo” (abreviado del nombre común
Mustafa, utilizado popularmente en la ex Yugoslavia para burlarse de los
hombres musulmanes). Su principal misión era luchar contra el Ejército
Rojo y los serbios.
Durante
la década de los cincuenta y con el auge de los movimientos marxistas y
nacionalistas en Asia, África y América Latina, países como EEUU,
Francia, Gran Bretaña y Alemania siguieron apadrinando a la
extremaderecha de todas las religiones (llamada “fundamentalista” para
despistar) para combatir el comunismo y – como “narcótico”- para impedir
el progreso social en los países estratégicos.
Los ultraderechistas, religiosos o no, coinciden en:
. Negar que el principal problema de la humanidad sea la aberrante acumulación de la riqueza en manos de unos pocos o el hambre que mata cada día a 100.000 personas. El choque de religiones es la tapadera de esta actitud.
. Afirmar que las desigualdades entre las personas,
por razón de género, sexo, clase, etnia, creencias, religión, etc. son
determinados por la naturaleza humana o por el Todopoderosos. Dejan la
aspiración de promover una sociedad igualitaria a los marxistas
. Economía de mercado
con sus amos y siervos. Ninguno reconoce los derechos de los ciudadanos
(¡perdón, rebaños!) a una sanidad y educación universal y gratuita, por
ejemplo.
. El uso de la violencia: proclaman el “ojo por ojo”, “prisión eterna revisable”, etc.
. El miedo al pluralismo en el pensamiento
y en los saberes. Prohíben o reducen el peso de las materias como
biología, historia, filosofía, ciencia política en las enseñanzas,
expulsando a Darwin, Marx, Rousseau o Voltaire de las aulas. Irán, por
ejemplo, suele ganar las Olimpiada Internacional de Matemática y es uno
de los principales países del mundo en producir ingenieros.
. Totalitarismo:
no sólo reducen o eliminan las libertades políticas (Patriot Act, la
ley Mordaza, etc.), sino también controlan las libertades personales:
Reglamentan hasta lo más íntimos de las relaciones sexuales, la forma de
vestir, los colores (de allí rosa o negro para la mujer), e incluso
multan las manifestaciones de la felicidad: besar, reír, bailar o
cantar: sacrifican la individualidad en beneficio de una nación
“uniforme” (que es una de las múltiples funciones del velo) como los soldados de un ejército.
. Ser profundamente misóginos: los fascismos se basan en el dominio de unas personas sobre otras alegando el biologismo.
. Crear grupos “civiles” de represión formados por el lumpenproletariado (presentándoles como el sector más pobre de la clase trabajadora) con el fin de atemorizar a la población.
Una de las principales diferencias entre un régimen dictatorial y uno
fascista es justamente que el segundo, además de apoyarse en las élites,
cuenta con una base social.
. No rendir cuentas ante los ciudadanos: lo harán ante Dios o simplemente ante una junta de hombre poderosos.
. Agitar la bandera de la “nación/comunidad”: así
no sólo acusan a los críticos de ser vendepatrias, sino se dan el
derecho a hacer barbarie en lo que consideran su feudo: no les gusta la
“justicia universal”. No suelen reconocer ningún tratado internacional sobre los derechos de la mujer, la infancia y los trabajadores.
. Anti-sindicalismo:
bajo el pretexto de que tales divisiones rompen la unidad de la
“comunidad” invitan a los banqueros y los desahuciados por ellos rezar a
la misma divinidad.
. El culto a un líder que además es un
hombre: dirigentes carismáticos, infalibles, mitificados. Siempre hay
un caudillo, un Führer, un Líder espiritual o Padre de la patria.
1978: un año clave
Las
continuas derrotas del bloque capitalista-EEUU en los años setenta (la
guerra de Vietnam, la caída del Sha de Irán, el triunfo del sandinismo
en Nicaragua y de la izquierda en Granada, etc.) hizo que Washington –
que ya habia contratado a miles de nazis después del fin de la Segunda
Guerra-, reactivase su alianza con la ultraderecha religiosa: La CIA creó el “Yihadismo” (una
organización internacional de mercenarios terroristas), en Afganistán
en colaboración con el MI6, el Inter-Services Intelligence (ISI) de
Pakistán y el General Intelligence Directorate (GID) de Arabia Saudí,
bajo la dirección del príncipe saudí, Osama Bin Laden, con el fin de
cercar a la Unión Soviética desde Afganistán, derrocando al gobierno del
Partido Democrático afgano. El mismo año, los G4 apoyaron el
“nacional-islamismo” de ayatolá Jomeini en Irán, otro país vecino de la
URSS, también elevan al puesto del Papa al cardenal polaco y el férreo
antiruso Karol Wojtyła en el Vaticano con dos objetivos: 1) derrocar el
socialismo en el país más religioso del espacio soviético, Polonia,
respaldando a Lech Wałęsa y su sindicato anticomunista de Solidaridad, y 2) perseguir la Teología Cristiana de Liberación en América Latina.
La
farsa de la “Guerra contra el terrorismo” es la continuidad de la misma
política después del fin de la Guerra Fría: ¡unos saudíes cometen
atentados en EEUU y éstos invaden Afganistán! Mantener la alianza mundial de la extremaderecha fu el principal motivo del primer viaje del presidente Trump a Arabia Saudí, Israel y el Vaticano en mayo del 2017. La relación entre Israel y el Estado Islámico está, además en la línea de “los enemigos de mis enemigos son mis amigos”. El director del Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat, Efriam Inbar decía que ‘La destrucción del estado islámico es un error’
por su utilidad en socavar los intereses estratégicos de Irán, Siria y
Hizbolá ¿Aunque decapiten a miles de civiles sirios, iraquíes, libios o
afganos, e incluso ciudadanos occidentales o violen y maten a miles de
mujeres?
El plan de EEUU es reconfigurar el mapa de Oriente
Próximo a medida de sus intereses del siglo XXI: Tienen planes para
balcanizar Siria y otros países. Para ello necesita mantener el fantasma
del “terrorismo islámico”, no sólo para justificar sus invasiones
militares, sino también para que dichos grupos hagan de buldócer para allanar el camino de sus tropas en los estados por ocupar: ejemplo, Siria.
No lo olviden: “La verdad es la primera víctima de todas las guerras”.
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