No importa si es de acero o de concreto, un muro en la
frontera entre México y Estados Unidos no solucionará la crisis
humanitaria que existe en esta área, de acuerdo con Doris Meissner y
Sarah Pierce, especialistas del Instituto de Políticas Migratorias.
Las especialistas estadunidenses destacan en un reporte que, en
contraste con el discurso que ha divulgado el presidente Donald Trump
sobre la situación de su frontera sur, la crisis recae en el sistema de
asilo en ese país, que ha empeorado a grandes pasos debido a sus
políticas y retórica.
Así, los 5.7 mil millones de dólares que ha solicitado el mandatario
para la construcción de la barrera fronteriza, podrían gastarse mejor y
destinarse a reconstruir
un sistema de asilo abrumado, adaptando la infraestructura de la frontera y los procedimientos para responder a la composición cambiante de las llegadas, y trabajando cooperativamente con México para abordar los factores que impulsan a los centroamericanos a huirde sus países.
Menos aprehensiones que en el año 2000
De acuerdo con estimaciones de las autoras del documento Un muro no puede solucionar problemas en la frontera; soluciones inteligentes para la crisis de asilo sí pueden,
la seguridad fronteriza es más robusta que nunca y las aprehensiones
por cruces irregulares del año pasado fueron menores a las 1.6 millones
registradas durante el año 2000.
Más allá de la disminución en los cruces de indocumentados, la
composición de las llegadas a la frontera entre México y Estados Unidos
ha cambiado dramáticamente, exponen las investigadoras. Las décadas en
que jóvenes mexicanos eran los que más cruzaban irregularmente y evadían
a los agentes fronterizos cambiaron ahora por centroamericanos que
huyen de una mezcla de violencia y pobreza.
En este contexto, abundaron, cada vez más familias y niños no
acompañados buscan a agentes de la Patrulla Fronteriza para entregarse y
solicitar asilo. En general, 40 por ciento de los detenidos en 2018
pertenecían a estos grupos, mientras seis años antes la proporción era
de 10 por ciento.
Ante el creciente desafío humanitario, todas las respuestas de la
administración del presidente Trump han sido punitivas. Desde separar a
niños de sus padres y endurecer las vías para solicitar y otorgar asilo,
hasta crear condiciones caóticas en las comunidades fronterizas
mexicanas al detener ahí a miles de posibles solicitantes.
Ana Langner
Periódico La Jornada
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